Desde ahora decido yo

Veronica open the door please, ¿O era? Charlotte abre la Puerta.

Hoy me siento tan mal que no creo poder salir de la cama.

Mis emociones están al tope, no me siento capaz de hacer nada, solo he podido llorar toda la mañana con un bote de helado a mi lado mientras veía una película.

Hoy es unos de esos de días que te sientes tan mal sin razón alguna, cuando solo tienes ganas de llorar y lamentarte muchas cosas pasadas de tu vida.

Eso es lo que me sucede ahora mismo, no tengo explicación para lo que siento, solo desperté así.

Cancelé todas mis citas de hoy y le avisé a mamá que no iría a casa hoy, no se tomó muy bien eso de que no le dijera una explicación “lógica” según de ella.

Anoche agenda una cita con psicóloga, decidí que después de un tiempo iba a retomar mis cesiones.

Considero que me harán muy bien, sobre todo con lo que está pasando.

La boda está a la vuelta de la esquina y no sé cómo sentirme, creo que esta es una de las razones por las cuales me siento así, una boda organizada solo me traerá más problemas de los que tengo en mi vida cotidiana.

Solo falta un mes y me estoy volviendo loca, mi cabeza solo logra pensar en lo que sucederá en ese matrimonio, digo, ni siquiera conozco a mi futuro esposo.

Fácilmente, podría escapar, tengo dinero como para vivir en otro país por unos cuantos meses, también tengo suficiente experiencia como para conseguir trabajo rápido.

Pero sé que papá es capaz de encontrarme y hacerme pagar por hacerle perder un buen negocio, porque eso es lo que soy para él. Un negocio, una buena inversión.

Más lágrimas salen de mis ojos y corren por mi rostro, me hago un bolillo en mi cama y me cubro con mi manta hasta el cuello.

No tengo idea de como debo lucir ahora mismo, pero sé que no luzco para nada bonita, y la verdad no me importa, vivo sola y debo aprovechar eso lo más que pueda.

  • Si así estas un mes antes de la boda no me quiero imaginar como estarás un día antes o el mismo día — me digo para mí misma.

Me acurruco un poco más y cierro los ojos, la película que estaba viendo ya terminó y mi helado igual.

Hoy no me quiero levantar y no lo haré, a menos que mi apartamento se esté incendiando nada me levantara de la comodidad de mi cama.

No tengo idea de en que momento me quede dormida, pero me sirvió para sentirme un poco mejor, de verdad.

Pero aun así no me quiero levantar de mi cama…

  • Charlotte, abre la puerta — escucho que dicen a lo lejos en la puerta — Soy yo, Iván. Necesitamos hablar.

A solo es él, no pienso levantarme solo para abrirle la puerta. Cierro una vez más los ojos y lo ignoro.

No estoy aquí.

  • Sé que estás ahí, tu madre me lo dijo.

Rayos.

Abro los ojos de golpe y me siento de un salto en mi cama.

Le dije a mamá que no le dijera a nadie donde estaba, esa traicionera.

No digo palabra alguna, pero aun así sigue el imbécil del otro lado de la puerta, sigue insistiendo.

  • Oh vamos Charlotte, abre la puerta. Esto que te voy a decir es importante, ya luego me voy.

Suspiro con frustración y me levanto a regañadientes, arrastrando mis pies y mi manta en el recorrido de la cama a la puerta principal.

Que se note que hoy menos nunca quiero estar en este horrible mundo, que se pudre cada día más con la avaricia, odio y que gente basura.

Al llegar a la puerta veo por la pequeña rejilla de esta y si, efectivamente, es él.

Abro la puerta y ahí lo veo, tan impotente y elegante a donde sea que vaya, siempre con un traje y con su cabello perfectamente peinado hacia atrás.

Su mirada está preocupada y sus manos juegan con sus anillos, su zapato golpea constantemente contra el piso y su muerde su labio muy fuerte.

  • Hasta que por fin abres — pasa por mi lado sin siquiera esperar que le del permiso — lo que te voy a decir es importante así que presta atención.

Su seriedad me hace entender que lo que me tenga que decir en serio es fundamental, el poco sueño que me quedaba se escapa de mi cuerpo y deja en su lugar una preocupación.

Inconscientemente, llevo mi mano a mi boca y comienzo a morder mis uñas.

  • Por Dios Iván, habla de una vez — le digo al ya sentirme ansiosa por su silencio.

 

  • Debemos adelantar la boda lo más antes posible — suelta por fin, dejándome quieta en mi sitio.

 

  • ¿De qué hablas? ¿Adelantar la boda? Pero si ya casi está cerca, no veo la necesidad de eso.

 

  • Charlotte, tengo mis motivos para decirte esto y que si no fuera porque es urgente ni siquiera te lo dijera.

 

  • Pero dime ¿Por qué quieres adelantar la boda? — pregunto finalmente.

 

  • Porque está sucediendo algo en la empresa — Va hasta uno de mis muebles y se sienta.

 

Entierra su rostro en sus manos y suspira profundamente.

  • El día del anuncio mi tío había regresado al país luego de estar unos meses fuera — comienza a contar y yo tomo asiento en el sillón de en frente.

 

  • ¿Y qué sucede? — pregunto arropándome más con mi manta.

 

  • Lo que sucede es que mi tío tiene mi misma edad, al parecer mi abuelo tuvo una aventura con una de las amigas de mi abuela y de ahí nació Karl.

 

  • Vaya, no lo sabía.

 

  • Nadie lo sabe, si saben de la existencia de Karl, pero todos piensan que él es uno de sus actos de caridad y lo adoptaron.

 

  • Aun así, no lo sabía — rectifico.

 

  • No tenías por qué saberlo — dice con severidad — Como te decía, Karl regresó y por ser hijo de mi abuelo, tiene derechos en la empresa, así estaba estipulado en el testamento que dejó el abuelo antes de morir.



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En el texto hay: amor, odio, dolor

Editado: 26.03.2024

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