Después de dos días cuidando a mi hermana en el hospital y ver una recuperación notable, tengo que regresar a mi trabajo.
Después de todo amo lo hago.
Salgo temprano de casa, para no retrasarme, y llegando así rápido. Me siento orgullosa de este logro.
Saludo a todos mis compañeros, algunos me felicitan por mi matrimonio, mientras que otros solo se limitan a darme los buenos días.
Ingreso a mi área de trabajo, siendo consciente que tengo mucho que hacer, quiero llorar.
Lo mejor será comenzar desde temprano, necesito ponerme al día.
Y así lo hago todo el día, y gracias a Dios, sin interrupciones de alguna persona indeseada.
Alzo la mirada y encuentro a Karl recuestado en el umbral de la puerta, con una gran sonrisa.
Sin prestarle más intención busco concentrarme en mi trabajo, pero luego recuerdo algo.
Al parecer mi pregunta lo toma desprevenido, porque se pone pálido de un momento a otro, tensando todo su cuerpo.
Frunzo el ceño, pues su respuesta tardó en llegar más de lo estipulado.
Me parece raro, pues, como me dijo Iván, él estudió fotografía y no sé que hace en una de estas oficinas, donde no tiene nada que ver con su oficio.
Debido a su nerviosismo decido dejar el tema de lado, pues sé que no me va a revelar algo de gran importancia.
La información me sorprende, pues, según lo que escuché mientras caminaba, la mujer no había dado la cara nunca.
¿Quién es esa mujer tan misteriosa? ¿Por qué tanto misterio?
Decido dejar de pensar en ese tema que no me va a llevar a algún lado.
Mañana, tarde y casi noche, Me la pasé recuperando el tiempo que perdí mientras estaba de vacaciones.
Y por eso no debería tomar más de esas en mi vida, el trabajo se acumula y eso no me gusta.
Bueno, ya aprendí mi lección.
Justo cuando estoy a punto de apagar mi ordenador para irme a casa, escucho un alboroto afuera.
Salgo corriendo a ver que sucedía, cuando llego veo que hay un montón de paparazzi afuera.
Mis compañeros de trabajo me ven, yo solo puedo darles una mirada de disculpa a todos.
Con una fuerte frustración, busco mi celular en mi bolsillo para llamar a Iván y que él pueda hacer algo con respecto a esto.
Busco mil y una maneras de hacer que esas personas se vayan de aquí, pero no puedo maquinar ninguna idea. Salvo la idea de llamar a Iván.
Pero imagino que debe estar ocupado, no quiero molestarlo. Pero de igual manera no tengo de otra, después de otro, la privacidad de más personas y la mía está siendo violada.
Salto del susto, no esperaba que él estuviera detrás mío.
Cruzo mis brazos por encima de mi pecho, no quiero incomodar a nadie aquí, de verdad, yo solo quería salir adelante por mí misma.
Situaciones desesperadas, requieren medidas desesperadas, no quería llegar hasta esto, pero no tengo de otra.
Saco mi celular y llamo a mi abogado, con quien hablo por aproximadamente treinta minutos, me dice que puedo poner una demanda por acoso de parte de estos paparazzi.
Ahora que me informé un poco más, estoy más tranquila.
Armándome de un poco más de valor, tomo mi mochila y salgo haciéndome paso entre todas las personas, nunca tomé por importante contratar seguridad para mí, después de todo, eso nunca me había sucedido.