Desde ahora decido yo

Tú, yo = Pelea

Al terminar de leer el dichoso artículo llamo a Iván, con preocupación latente en mi sistema.

¿Es que acaso esta gente no tiene una vida o qué?

    • Charlotte — me dice al contestar, su voz se encuentra ¿Normal?

 

    • Iván — digo en un suspiro — ya leí el artículo, juro que puedo explicarlo — digo rápidamente.

 

    • No te preocupes Charlotte, pasaré a buscarte como te dije y hablaremos bien ¿Okey?

Inhalo y exhalo — está bien — digo finalmente.

    • Bien, en más o menos en media hora estoy llegando a tu trabajo ¿Te parece bien? — me pregunta con voz calmada.

 

    • Está perfecto, te espero — cuelgo la llamada.

Golpeo mi cabeza contra mi escritorio, me siento tan frustrada ahora mismo, tengo tanto estrés, ganas de llorar y ganas de morir. Que no sé cuál hacer primero.

Pero, por otro lado, me siento un poco aliviada de que Iván no esté molesto, aunque no debería. Prácticamente, apenas estamos aprendiendo a ser amigos.

Luego del gran chistecito del artículo no me pude volver a concentrar en mi trabajo, no podía, sentía que en cualquier momento iba a llegar alguien para preguntarme sobre mi vida y publicarla.

Traumas, traumas.

Pasan veinte minutos, cuando me rindo y comienzo a arreglar mis cosas para marcharme de este lugar que me está haciendo la vida un infierno desde hace un tiempo.

Cuando voy saliendo me encuentro a una Cheryl con un semblante de pena.

    • Char, cariño. Leí el artículo, no puedo creer que es capaz el ser humano, solo para tener más seguidores y fans. ¿Hay algo que yo pueda hacer? — me toma por los hombros.

 

    • No, gracias Cheryl — me suelto de su incómodo agarre — ¿Sabes donde está Karl? Es que necesito hablar con él sobre este tema.

 

    • Él se fue hace tan solo unos minutos, pero si quieres lo puedo llamar.

 

    • No te preocupes, mañana hablaré con él en persona, por ahora me voy. Iván está esperando por mí — con la mirada le digo que se haga a un lado.

 

    • Bueno — se separa de mí con notable incomodidad — ya sabes donde encontrarme si necesitas algo.

Da media vuelta y se va.

No confío en Cheryl, ¿Qué viene a buscar ahora tan de repente? ¿Piensa que siendo amable conmigo va a hacer que la perdone?

No pretendo ser ruda con ella, es solo que no puedo perdonar, por más que me digan que lo haga.

Ruedo los ojos y con algo de frustración salgo del lugar, justo cuando cruzo el marco de la puerta ahí veo el auto de Iván, con un pequeño trote voy hasta él y me subo del otro lado.

    • Hola — saludo poniéndome mi cinturón.

 

    • Hola ¿Quieres ir a comer en otro lado? — me pregunta con naturalidad mientras pone el auto en marcha.

En su voz no encuentro ninguna señal de molestia, así que creo que no le importó lo sucedido.

    • Si tú quieres por mí está bien — me encojo de hombros.

 

    • Siendo honestos, hoy tuve un día muy pesado, preferiría comer en casa. — dice mientras rasca su nuca.

Y parece ser cierto, en sus hombros se ve la tensión y un poco barba creciente y descuidada se encuentra en su rostro, tal parece que esta mañana no se rasuró.

    • Me parece perfecto — le sonrío y miro al frente.

 

    • ¿Por qué saliste con Karl hoy?

Sabía que tarde o temprano esta conversación iba a surgir y la verdad no tengo miedo, yo no he hecho nada malo.

    • Karl me invitó a almorzar, me había dicho que éramos familia y que la familia debía conocerse.

 

    • ¿Y de qué hablaron exactamente?

 

    • No hablamos de mucho, me contó cosas de su vida, yo de la mía. Así nos fuimos conociendo poco a poco.

Iván no me responde, solo mantiene la mirada al frente ¿Por qué está así? Tal vez sea por el día que tuvo.

    • ¿Qué vamos a hacer con la revista esa? — pregunto luego de unos minutos de silencio.

 

    • Ya hablé con mi abogado, me dijo que era un delito el que te sigan y publiquen cosas de ti sin tu consentimiento. Así que los podemos denunciar.

Esa información me da un poco de esperanzas.

    • Espero y todo vaya bien, no quiero salir y tener que mirar a todos lados solo para revisar si me están siguiendo.

 

    • ¿Y eso por qué? ¿Acaso ocultas algo, para que nadie te pueda seguir?

 

    • ¿Qué? — pregunto sorprendida de que Iván me hable así. — claro que no tengo nada que ocultar, vivo contigo. Llego casi a la misma hora que tú, sabes donde trabajo y con quiénes. Créeme, ni, aunque quisiera engañarte no puedo.

Me cruzo de brazos indignada y mito hacia otro lado. ¿Cómo se atreve a dudar de mí?

El viaje se vuelve tan incómodo, que la tensión se podría cortar con una tijera.

Cuando llegamos a la casa bajo rápido del coche, sin decir ninguna palabra.

    • Charlotte — me llama Iván, pero lo ignoro — Charlotte, espera — me toma de la mano haciendo que me voltee hacia él.



#15807 en Novela romántica
#2955 en Joven Adulto

En el texto hay: amor, odio, dolor

Editado: 26.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.