Desde ahora decido yo

Día y noche, te busco

Ahí estaba él, en silencio, repasándome con la mirada, como si aún no creyera que yo estaba frente a él, como si no fuera real. 

Iván debió notar un poco de mi incomodidad, porque se aclaró la garganta y con una sonrisa algo tensa habló. 

— Charlotte — se levantó y se acercó a mí, lento — él es Alex, mi mejor amigo — terminó de decir y mi ceño se frunció.

No sabía que Iván tenía un mejor amigo ¿Por qué no me había hablado sobre él?

Iván se acerca a mi oreja y me susurra al oído. 

— Pronto entenderás — asiento aún con dudas.

Mientras que el nombrado se levantó de donde estaba sentado y me tendió la mano con una sonrisa de boca cerrada y aun con sus ojos brillando por las lágrimas que amenazan en salir. Por inercia tiendo mi mano y estrecho su mano. 

— Un gusto verte de nuevo, Charlotte — dice aumentando su sonrisa. 

Ladeo un poco la cabeza y me muerdo mi labio inferior ¿Verme de nuevo? ¿De qué habla? Volteo a ver a Iván con confusión y él me sonríe levemente para tomar la mano que recientemente el tal Alex había soltado.

— ¿Quieres sentarte para que hablemos bien? — me pregunta. 

Asiento y los tres nos dirigimos a los sofás, Iván se sienta a mi lado y Alex se vuelve a sentar donde estaba antes, 

— Debo decirte, Charlotte — comienza diciendo Alex — estás muy hermosa. 

— Gracias — digo con una sonrisa algo tensa. 

Iván aún sigue sosteniendo mi mano, así que la aprieta para que yo sepa que él está ahí, conmigo. 

— Charlotte, Alex es militar, así que estuvo fuera del país un par de años, se fue antes de tu accidente, estuvo todo este tiempo incomunicado porque era muy peligroso tener aparatos electrónicos o enviar cartas, ya que podían rastrear su escondite.  

Asiento entendiendo un poco, después de todo he trabajo con muchos de ellos. 

— Cuando me fui — habla Alex sin ver a nadie en específico — me fui tranquilo, porque no tengo familia, la que tenía murió cuando era un niño. La familia de Iván me acogió como a uno más. Iván es mi mejor amigo, casi mi hermano, todo el tiempo que estuve fuera, estuve tranquilo, sabía que él estaba en buenas manos —posa sus ojos en los míos — en las tuyas.

— No entiendo ¿Por qué Iván nunca me habló de ti? 

— No sabía cómo tocar el tema — interviene Iván en la conversación — al no tener ninguna noticia de él, no sabía cómo hablarte sobre su existencia, antes de tu accidente Alex era una persona muy especial para ti.

Muerdo mi labio ¿Muy especial para mí? ¿En qué sentido?

— Antes de irme y antes de tu accidente, los tres solíamos pasar mucho tiempo juntos — retoma la conversación Alex — tú eras como la hermana menor que nunca tuve, según lo que tú me decías yo era el hermano que una vez deseaste tener. 

Niego levemente. 

— Lo siento, pero no me acuerdo de ti — digo apenada. 

— No tienes por qué sentirte mal — me dice Alex con una sonrisa — me enteré de tu accidente hace unos días. Llegué hace dos semanas y desde entonces me mantengo en contacto con Iván, lo siento mucho porque pasaste por eso tu sola. 

— No es tu culpa — niego — puedes estar tranquilo, igual con la ayuda de Iván estoy tratando de recordar algunas cosas. 

— Y ahora que estoy aquí, yo también puedo ser de mucha ayuda. 

Con una sonrisa agradezco el dulce gesto, porque de verdad me siento muy mal por no poder recordarlo, se ve que es una persona que en algún momento de mi vida fue muy importante para mí. 

— Cuando me enteré del accidente me puse muy mal, no podía creer que tú hubieses tenido que pasar por eso, Iván también tuvo que vivir un infierno, pensando que la persona que más amaba en el mundo se iba a ir de su vida. 

— Yo no logro recordar nada antes del accidente. 

—. Según lo que me contó Iván es normal, sufriste un gran impacto. 

Tuerzo un poco el labio e Iván aprieta mi mano, sabe que no me gusta hablar de lo que no recuerdo, me siento algo inútil, como si mi cerebro no fuera capaz de soltar aquellos recuerdos que tiene en una caja secreta bajo llave. 

Bostezo un poco y recuesto mi cabeza en el hombro de Iván, este se acerca un poco más a mí para que yo pueda estar cómoda. 

— Estoy feliz de que ustedes dos pudieran estar juntos a pesar de todo — Lo que Alex dijo le sacó una sonrisa a Iván — aunque este cabeza hueca no supo hacer las cosas bien. 

Suelto una carcajada, que hace que Alex me siga, mientras Iván pone una cara de ofendido. 

— ¿De qué estás hablando? — le dice Iván ofendido. 

—Amigo, admite que pudiste haber hecho las cosas mejor ¿Ofrecerle un trato a su padre para casarte con ella? Eso es caer muy bajo, amigo. 

Vaya, ya sé por qué ambos dicen que Alex y yo nos llevábamos muy bien, todo lo que dijo es cierto. 

Asiento de acuerdo con Alex, haciendo que ahora Iván voltee haberme indignado a mí. 

— ¿Estás de su lado? 

— Sabes que cuando se trata de ese tema, siempre voy a estar del lado del que tenga la razón.

Iván tapa su rostro con sus manos. 

— Dios, estoy pagando un karma, ahora tengo dos personas conspirando en mi contra. 

— Admite que podías haberme conquistado de otra manera — chocolate mi hombro contra el suyo de manera juguetona. 

Iván suspira y yo muestro una sonrisa de superioridad. 

— Lo admito, no estaba pensado en ese momento. 

— Ni tampoco el día de la boda — le digo para picarlo más, él me ve con terror en sus ojos. No le gusta hablar de ese tema. 

— ¿Qué pasó el día de la boda? — pregunta Alex, quien se había mantenido en silencio, ante la pequeña conversación que mantenía con Iván y nos veía con una sonrisa. 

Iván finge toser y luego un bostezo. 

— Nada importante — sonríe inocente — ¿Tienes hambre, Alex? 

— Sí, pero quiero escuchar lo que pasó en la boda. 

De verdad Alex me está cayendo bien, así que me levanto y aliso mi falda. 



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En el texto hay: amor, odio, dolor

Editado: 26.03.2024

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