Desde ahora decido yo

Flores del jardín.

Conocer a Alex fue muy divertido, él es divertido. Debo admitirlo. 

La mañana siguiente a ese día, desperté con un muy buen humor, hice lo que hacía todas las mañanas. Fui al baño, lavé mi cara, tomé un baño y me puse mi ropa para ir al trabajo. 

No tenía muchas ganas de ir, pero no iba a faltar solo porque me sentía incómoda, lo que estudié es lo que amo hacer y unos compañeros de trabajo no iban a cambiar eso. 

Ese día Iván había salido más temprano de lo normal porque tenía una reunión muy importante, o eso fue lo que me dejó dicho en su mensaje. 

En el cual me decía que tuviera un buen día y que se tuvo que ir temprano por una reunión, lo entendí. Pero no me gustó desayunar sola y no haber recibido ese beso de buenos días, ya me estaba acostumbrando, mucho. 

Al terminar de desayunar tomé las llaves de mi auto y salí con este, el día estaba hermoso, así que solo decidí disfrutar el camino y poner música. Me sentía muy feliz, como no había estado en un relevante tiempo ¿Qué sucedió?

No me importaba lo mal que estaba yendo al trabajo que en esos momentos, yo simplemente me llegué a olvidar de eso, no existía esa preocupación. 

Estaba pendiente al camino, cuando escuché que mi celular sonó, frené un poco para así contestar. Era Iván, con el ceño un poco fruncido contesté, porque sí, me pareció un poco raro. Él no solía llamarme, solo me dejaba mensajes de texto. 

— ¿Hola? — pregunté una vez contesté. 

Del otro lado de la línea se escuchaba un sonido algo raro, como si estuvieran arrojando algo con mucha fuerza, mi ceño se frunció aún más. ¿Qué estaba pasando ahí?

— ¿Hola? — volví a preguntar, con la esperanza de que esta vez si me contestara. 

Esperé unos minutos… Y nada, solo escuchaba como lo que sea que era eso, era lanzado.  Para este punto ya me había preocupado mucho.  ¿Y si le sucedió algo grave a Iván y por eso no respondía? 

Mi corazón latía rápido y mis manos temblaban, para este punto ya no podía manejar mi respiración y el buen humor que estaba manejando esa mañana, había sido sustituido por la preocupación. 

Rápidamente, colgué mi celular y llamé a Alex, la noche anterior había agendado su número para mantenernos en contacto y no puedo creer que esté usando su número para esto. 

Luego de un par de tonos, este fue contestado, 

— ¿Hola? — preguntaron del otro lado. 

Trate de respirar y calmarme, porque alterada no iba a lograr nada, así que respire como me había enseñado mi psicóloga en las terapias. 

— ¿Alex?

Sí ¿Con quién hablo?

— Alex, recibí una llamada muy extraña de parte de Iván, según lo que me dijiste, estás viviendo cerca de la empresa ¿Podrías por favor ir a revisar? — intento explicarle todo lo más rápido que puedo, tanto que casi no se entendió lo que dije. 

— ¿Extraña cómo? — me preguntó él, extrañado. 

— No sé exactamente qué sucedía, pero cuando contesté la llamada solo se escuchaban ruidos raros, como si estuviera, literalmente lanzando toda su oficina al piso. Escuché vidrios siendo rotos y madera caer. ¿Podrías verificar si está bien? 

— Claro, ya mismo voy para allá — escuché un montón de ruido y luego me colgó. 

No quería parecer muy preocupada, pero de verdad lo estaba ¿Qué sucedió? ¿Qué era todo ese ruido? ¿Por qué me llamó? Tantas preguntas y pocas respuestas. 

Suspirando para intentar callarme, volví a encender el auto para seguir mi trayecto a mi trabajo, mis manos aún estaban un poco temblorosas, pero podía manejar, con tal de que lo hiciera con cuidado. 

Luego de un poco de sobre esfuerzo, pude llegar, pero para este punto ya estaba media hora tarde, si contamos el trayecto que tenía que hacer, todo el tiempo que frené para contestar la llamada de Iván, todo el tiempo que estuve esperando que me hablara, el tiempo que me tomó llamar a Alex y lo lento que estuve manejando, me sorprendió que no haya llegado más tarde. 

Cerrando los ojos golpeé mi cabeza contra el volante ¿Algo más podría salir mal esta mañana?

Saliendo del coche me dirigí a mi oficina, pero antes de llegar a esta, recibí un llamado por parte de Karl. 

— Señora Malik ¿Puede venir a mi oficina un momento? — frustrada asentí ¿Es qué podía ir peor?

El camino que me hice a la oficina de mi jefe, fue largo, tanto que sentía que todos se me quedaban viendo ¿Era acaso mi imaginación?

Cuando llegue recibí una orden por parte de Karl, que cerrara la puerta. Así lo hice, pero me estaba mordiendo la lengua para no decirle que no tenía que ser tan grosero. 

— Toma asiento — así lo hice, se echó hacia delante en su escritorio y posó sus codos en este — ¿Puedo saber el motivo de tu llegada tarde?

 Tuve una emergencia la cual tenía que resolver de manera inmediata  dije sin inmutarme ante sus ojos acusadores, 

 ¿Crees que porque somos familia voy a tener tratos especiales contigo?

— Nunca pensé en eso, desde que estás aquí, he hecho mi trabajo como siempre lo he hecho, nunca había llegado tarde hasta hoy y siempre cumplo con lo estipulado a tiempo. 

— Lo siento, Charlotte, pero esta falta va a quedar en tu curriculum. 

Eso me alarmo e hizo que mis ojos se abrieran, él no podía hacer eso. 

— No puedes hacer eso — dije en un susurro. 

 Claro que puedo, pero hay una manera de que eso no suceda — dijo con una sonrisa significativa. 

— ¿Qué?  ingenuamente le pregunté. 

— Acepta una cita conmigo y nos podremos olvidar de esto — la sonrisa no cabía en su rostro. 

 ¿Estás de broma, no? — él negó  No, ni en tus más oscuros sueños saldré contigo ¿Quién crees que soy? Eres el novio de mi madre y el tío de mi esposo — negué — no, olvida esa idea. 



#19219 en Novela romántica

En el texto hay: amor, odio, dolor

Editado: 27.06.2024

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