Desde ahora decido yo

¿Dónde demonios estás?

Iván

Pasé toda la noche en el hospital, por seguridad y para que los doctores pudieran asegurarse de que todo estaba bien conmigo, pero sinceramente creo que era una total exageración.

No pude usar mi celular todo ese tiempo, porque, bueno lo había dejado en la oficina en medio de todo el desastre, desastre del cual estoy muy arrepentido. 

Pero bueno, al no tener celular, lo único que pude hacer es quedarme pensando ¿Por qué reaccioné así? Nunca en mi vida me había sucedido y que me suceda ahora me parece algo alarmante. 

Toda la noche me la había pasado en eso, pensando, en mí, en mi futuro, en lo que sucedería ahora que Charlotte recuperó la memoria ¿Seguiríamos con el matrimonio falso? ¿Cómo seríamos a partir ahora?

Mis dudas y preguntas eran muchas, pero a eso de las tres de la mañana decidí dormir, no muy cómodo, pero lo hice.

A la mañana siguiente desperté con un fuerte dolor de cabeza, la luz me daba de lleno en la cara y hacía que mi dolor aumentara. 

El doctor entró con una pequeña sonrisa y unos papeles en las manos.

— Buenos días — ojea sus papeles — al parecer en unos minutos podrás salir, en tus estudios no arrojaron nada que nos pudieran alertar, solo que deberías venir alguna veces más para examinar algunas cosas que muy posiblemente pudimos pasar por alto. 

Asiento escuchando todo. 

— Le voy a redactar el acta para darlo de alta — le agradezco al doctor — una cosa más — dice antes de darse vuelta para irse — un amigo suyo está afuera ¿Lo dejo pasar?

Pienso un poco y en quien primero pienso es en Alex, quien seguramente vino con Charlotte para acompañarme a casa, asiento y el doctor sale.

Cinco minutos después veo a Alex entrar, pero este no tiene su semblante sonriente de siempre, esta vez está serio, casi distraído. 

— Hola — le saludo. 

— Charlotte no me contesta las llamadas, ni los mensajes — es lo primero que me dice — fui a su casa y no me contestó. 

Mi preocupación se dispara, se supone que ahora que había renunciado, ella estaría en casa, atendiendo las plantas, justo lo que dijo que quería hacer todo el día. 

— ¿Qué quieres decir con eso?

Rebusca entre sus bolsillos y de uno saca una hoja de papel doblado. Lo tiende hacia mí y puedo ver la preocupación en su mirada. 

— Gracias a la llave que me diste hace unos días, pude entrar a tu casa, en la cocina pude encontrar este papel, esto fue esta mañana.   

Con el ceño fruncido desdoble el papel y la primera línea me dejó helado. 

Adiós. 

Adiós, Iván. 

Gracias por todo este tiempo que pasamos juntos, que aunque todo fue falso, lo pude disfrutar, que aunque haya perdido mis recuerdos, los recuerdos que creé contigo, se van a quedar conmigo siempre. 

 En muchas ocasiones la pasé muy bien contigo, pero no puedo recordarte y eso me está matando, tengo que irme, para siempre, no me busques porque no podrás encontrarás, me aseguraré de que no puedas encontrarme. 

Te pido por favor que cumplas con mi deseo, quiero el tiempo para mí, a tu lado nunca fui feliz, siempre me sentí miserable en un matrimonio donde nunca hubo amor ¿Qué querías que hiciera?

Adiós para siempre, por favor escúchame y no me busques. 

Término de leer la carta y no puedo decir que no estoy desconcertado ¿Qué necesita sus recuerdos? Pero si ayer me había dicho que ya los había recuperado ¿Me mintió?

— Y eso no es todo — lo miro suplicante y de su abrigo saca su celular, donde abre la sección de noticias. 

Una vez más comienzo a leer. 

La vida de la ira. 

Hace poco por nuestras fuentes confiables, descubrimos que el magnate del mundo de los videojuegos, no es tan perfecto como todos creíamos, porque según un trabajador anónimo de su empresa, el joven Malik tuvo un ataque de ira. 

¿Será por este problema que su esposa, Charlotte, renunció a su trabajo?

Por lo que dicen algunas de nuestras fuentes, el joven Malik dejó prácticamente su oficina destruida ¿Qué está pasando con el joven? ¿Esto estará afectando a su esposa? 

Amiga, si necesitas ayuda. No dudes en alzar la voz.

Este joven fue salvado de las manos de la ira, gracias a su mejor amigo Alex Cazas, quien al llegar, encontró todo vuelto añico y a su mejor amigo todo moribundo, afortunadamente llegó a tiempo y lo atrapó para que este cayera desmayado. 

Aún está internado en un hospital, pero será dado de alta hoy. 

¿Qué sucederá ahora con el joven, Iván Malik? Sigan leyéndonos para más actualizaciones. 

Casi quiero tirar el celular lejos, creí que ya nos habíamos librado de esa maldita revista gracias a la demanda que había puesto. 

— ¿Qué sucederá con Charlotte, Iván?

— ¿Estuviste hablando con Charlotte acerca de como éramos antes?

Alex niega — no, ayer que ella llegó solo hablamos de tu situación, no tuvimos tiempo para nada más.

Yo asiento y suelto la bomba. 

— Charlotte ayer me dijo que había recuperado sus recuerdos, hasta me había llamado xodó.

Alex abrió sus ojos impresionado, no lo podía creer así como yo no lo creí ayer.

— Eso solo lo sabían ustedes dos, eso quiere decir que… — asiento.

— Charlotte no escribió esa carta y alguien está detrás de todo esto. 

Cuando termino de decir eso, un celular empieza a sonar en la habitación, pero no es el de Alex, es el mío y el sonido proviene del bolsillo de Alex. 

— Encontré tu celular ayer, mientras limpiaba la oficina ¿Quieres que conteste? — asiento perdido en mis pensamientos, saca el celular y revisa — es un número desconocido. — atiende — no, él está indispuesto, sí, sí, no, bueno, muchas gracias. 



#19219 en Novela romántica

En el texto hay: amor, odio, dolor

Editado: 27.06.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.