Isabela regresaba a su departamento pensando en lo que había pasado, insistió en llamar a un médico, pero él solo acepto que le llamara a Pablo, no muy convencida los dejo solos, había sentido un poco febril el cuerpo de Bruno y no dejaba de buscar el porqué, llegó a su departamento y subió deprisa hasta encerrarse, Pablo amablemente quedo en avisarle cuando estuvieran en el departamento de Bruno así que no se separaría de su celular en ningún momento.
Pablo llevó a Bruno hasta su departamento a regañadientes porque no acepto ir a un hospital a checarse.
— Te digo que debimos ir a un hospital no es normal que no te hayas sentido bien, apenas que me estés mintiendo — dice dejándolo en el sillón.
— Estoy bien, solo me he mareado, el médico me dijo que sería algo normal además que no he comido bien yo la verdad se lo atribuyo más a lo último — dice recargando su cabeza en el respaldo del sillón.
— Déjame ir por algo más cómodo, quítate el saco... — dice entrando a lo que parece ser la habitación de su amigo — ¡Oh por dios!, qué cosa más hermosa tenemos aquí — dice en voz alta.
— ¿De qué hablas? — dice contrariado Bruno.
— Desde cuando tú Bruno Campos tienes un gato, mira sus ojos es divino, es una cosa pequeñita... — dice alzando al pequeño gatito que maúlla levemente.
— Bájalo no le gusta que lo carguen así — dice alzando sus manos, Pablo lo acerca hasta él y el pequeño gatito se acurruca en el regazo de Bruno.
— ¿Por qué tienes un gato? Te sentías muy solo sin mí — bromea con lo último.
— Lo rescaté, no pude dejarlo solo... — miente a medias, no le dirá que ese pequeño gato lo encontró Isabela y que no pudo dejarlo en el veterinario después de verla llorar. No dirá eso porque él se llenará de preguntas, de ideas y no lo dejará en paz.
— Pues te felicito se me hace un acto muy noble de tu parte — dice palmeando la pierna de Bruno — Pero menos blablablá, cámbiate, Isabela me dio tu comida así que te la calentaré y le mandaré un mensaje — dice poniéndose de pie.
— No la molestes...
— Si es ella la que me ha pedido que le informe de ti — dice sonriendo
— ¿Ella?...
— Es un ángel esa mujer, una lástima su situación con tu hermano... — dice mientras teclea un mensaje.
— Si, lo sé — dice acariciando al pequeño en sus piernas que ahora ronronea dormido.
— Listo...
Isabela sonrió al recibir el mensaje de Pablo, tenía rato ya en la cama lista para dormir, cuando se sintió satisfecha con la noticia. La que no estaba pasando una buena noche era Xiomara no podía dormir, no después de lo que paso cuando salía de la oficina. Regreso después de la salida por su celular, cuando esperaba por el elevador para subir al tercer piso se topó con Braulio saliendo de elevador muy molesto que no midió sus pasos y se estampó contra ella que no pudo guardar el equilibrio y cayeron, él sobre ella oportunamente.
— ¡Perdón, perdón!... — comenzó a decir él apenado poniéndose de pie inmediatamente.
— No pasa nada, fue un accidente — dice ella ignorándolo, Braulio intenta ayudarla, pero Xiomara entra al elevador con la intención de subir por su celular y olvidar el incidente, pero él entra al elevador.
— Realmente te caigo tan mal — dice él al mismo tiempo que el elevador se cierra.
— No sé a qué se refiere señor Braulio — dice ella con calma.
— Esa noche en el bar, la pasamos bien... platicamos amenamente y sé que tú también estabas a gusto conmigo, pero todo cambio... — dice él acercándose.
— Yo no le di pie a que me intentara besar — dice cruzándose de brazos.
— Lo sé, te pedí disculpas por ello, no fue mi intención ofenderte solo me confundí, creí que eso era lo que tú también querías — dice alzando las manos en son de paz.
— Pues no...no era eso — dice, el elevador suena anunciando que ha llegado al tercer piso. Xiomara camino con la intención de salir de ahí.
— Por favor, solo volvamos a empezar... permíteme que ese día quede en el olvido — dice tomando su mano y haciéndola girar hacia él.
Xiomara no tuvo una respuesta corta para eso, el silencio fue incómodo después de ahí, él la espero en el ascensor hasta que regreso con su celular y bajaron juntos acompañándola hasta su automóvil, después de ahí él simplemente se alejó con una sonrisa en sus labios. Xiomara estaba repasando todas las posibilidades de su silencio. Tenía que hacer algo pronto. No puede decirle a Braulio que se aleje de ella porque su mejor amiga esta enamorada de él, seria exponer a Isa y eso solo le corresponde a ella. Se dejó caer en la cama abrumada de pensar tanto.
Al día siguiente Isabela llegó a la oficina como todos los días solo que antes de subir había algunas mujeres de recepción cuchicheando muy temprano, ella las ignoro, pero no pudo evitar notar que la miraban, pero las ignoro y subió deprisa las escaleras, al llegar a su oficina casi se va de espaldas al notar un inmenso ramo de flores rosas acomodado en su escritorio, miro confundida a todos lados, pero estaba sola, se acercó a las flores y miro una tarjeta en ellas.