Desde aquel momento

C11- Cenar conmigo...

El mes estaba de remate trayendo lluvias sin sentido, eran casi las diez de la noche cuando se soltó un aguacero en toda la ciudad, Isabela disfrutaba de su noche acomodando algunas cosas principalmente su colección de ponis una que tiene desde niña, se trajo la mayoría de su casa a regañadientes de su madre que le insistió que una mujer adulta no podía seguir teniendo ese hobby, pero Isabela adoraba el color de cada uno y para ella eso era especial, así que lo mantiene en su departamento en una parte aislada de las miradas. Las flores las llegó acomodando en un florero improvisado con una jarra, era la primera vez que recibe un detalle de ese tipo, así que no tiene ningún florero, miraba de reojo las flores y sonreía.

Terminó y se dispuso a dormir no sin antes volver a mirar las flores de cerca y olerlas, reviso su celular provisional mientras está el suyo y nota un mensaje, al no estar familiarizada con el sonido no se dio cuenta.

Creo que mi actitud dejo mucho que desear hoy, perdóname Isabela, que pases una linda noche, nos vemos mañana.

Con cariño Braulio.

Leyó el mensaje varias veces sintiendo una pequeña opresión en el pecho una rara combinación de felicidad e incertidumbre, nunca se imaginó recibir un mensaje así de él, pero sonrió por su disculpa, decidió no contestar por la hora por lo que se fue a dormir.

Al día siguiente entra muy ilusionada por la puerta principal y de nuevo se topa en el piso de recepción a las secretarias cuchicheando y mirándola, Isa no les da importancia y rápido sube al quinto piso, al entrar a su oficina se topa con un arreglo de rosas rojas, se acerca y toma la nota.

Me disculpo por mi actitud, me encantaría que aceptaras cenar conmigo esta noche...

Braulio

— Interesante elección de color — la voz de Bruno detrás de ella la hace que deje caer su bolso, esta tan perdida leyendo la nota.

— Perdón, no lo escuche llegar — dice ella intentando levantar su bolsa, pero él la toma antes que ella.

— Hoy iré con Pablo a checar unas locaciones, firmaremos este comercial próximamente — dice entregándole su bolsa y un folder — Por favor revisa que los datos son correctos y hazme cita en los dos lugares que señalo Pablo — se queda callado un momento mirándola como si deseara decir algo, pero solo concluye diciéndole gracias.

— Si, yo me encargo de esto — dice, pero Bruno se ha ido ya.

Isabela mira de nuevo las rosas y la nota en sus manos, no sabe que hacer así que marca el número de diseño esperando que Xiomara conteste.

— Departamento de diseño....

— Necesito hablar contigo ahora, te veo en el baño... — dice así nada más, Xiomara se queda estática ante su tono de voz, teme que se haya enterado de algo, así que no pierde el tiempo y sale deprisa a los baños del cuarto piso donde siempre se encuentran, ya que al ser una zona con poco personal femenino siempre están solos.

Llega antes que ella, ya que toma el elevador y camina de un lado a otro, Isabela entra con una cara desencajada y preocupada.

— Isa...

— ¡Me invito a cenar y me mando flores! — suelta así nada más enseñándole la nota en sus manos.

— ¿Quién? — dice tomándola y leyéndola, la lee varias veces antes de regresársela sin saber que decir, se siente confundida.

— ¿Chía?

— Es lo que queríamos no, es tu oportunidad amiga... es... es maravilloso, él está mostrando interés en ti, eso es bueno... eso es magnífico — dice intentando verse feliz por ella.

— Lo sé... pero no sé, me siento rara...

— Isa, ¿Qué sucede? — dice acercándose.

— Estoy feliz, realmente lo estoy... no sé, no me hagas caso deben ser los nervios — dice colocando las manos en su cabeza.

— Si eso debe de ser, te estás bloqueando... tu tranquila y acepta esa cita es tu momento para ver que más pasa — intenta alegrarla.

— Sí...

La conversación termina mucho antes de lo planeado cuando entra al baño una de contabilidad, Isabela camina de regreso a su oficina y al entrar se topa con Braulio y una gran sonrisa.

— ¿Te gustaron? — dice acercándose.

— Son hermosas — contesta ella cohibida.

— Entonces...

— Si me gustaría ir a cenar con usted — dice levemente

— Muy bien, salimos juntos entonces — dice con calma él.

— Sí...

— Bueno, por lo pronto nos ponemos a trabajar y que el día se vaya rápido — palmea su hombro y deposita un beso en su mejilla.

Pablo entra y se topa con esa imagen, Braulio lo mira y se disculpa yéndose a su oficina, Isabela le saluda algo nerviosa, él se acerca hasta ella para saludarla, pero el arreglo de flores llama su atención.

— Hoy rojas... es el color de la pasión y no se debe dar a la ligera — dice sonriéndole.

— Es un bonito color... — contesta ella.

— Lo es, pero sin duda el rosa de ayer era mágico y sobre todo va más contigo — remata.




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