Después de la muerte

Cinco años después de la muerte

― ¡El amor no existe!― gritó Mel con fuerza y cerró la puerta de su habitación de un escandaloso portazo, provocando que todas las personas que caminaban por el pasillo de su piso voltearan a mirar qué sucedía. 
》》Hoy, miércoles 29 de noviembre de 2017, con veintitrés años de edad he llegado a esa escalofriante conclusión. Desde mi cuarto universitario en Princeton, Estados Unidos, a pocos meses de recibirme y a un par de semanas de que inicie el invierno que vislumbra ser: el más triste, frío y desolado de mi vida, tengo la clara convicción de abandonar el auto engaño ¡El amor, en este mundo no existe, y por lo tanto no se lo puede encontrar!―Sentenció e inmediatamente continuó hablando en un tono de voz pausado y convincente, utilizando el poder de la persuación, algo característico de su personalidad.

》》 ¿El amor? es una mentira saturada de escenas memorables, surtida de engaños y fantasías que van y vienen con el fin de velar el dolor de la existencia humana. "Me dijo, me llamó, me trajo, me miró, me regaló, nos miramos, hablamos, nos besamos dulcemente, ¡lo nuestro va en serio!, esa es la mejor de todas". Nos creemos todo eso y lo que es peor creemos que esas acciones van acompañadas de amor, pero, en realidad eso es todo mentira. Pequeños engaños que van sumándose a engaños más grandes y que toman el valor de verdad, como una trampa mortal y destructora, porque en el caso de que "algo" de toda esa sarta de engaños sea cierto, ¿cuánto dura?, ¿cómo se hace para saber la fecha de vencimiento de algo que indiscutiblemente es de dos?, y lo que es peor ¿para cuál de los dos termina primero?, ¿quién ama más?, ¿cómo se hace para amar a alguien que no te ama tanto como vos a él? nadie, absolutamente nadie, lo sabe.

>>Me duele Samy, nos pasamos la vida intentando encontrar el amor, yo lo he intentado, lo esperé años en la secundaria, esperé y nunca pasó nada con Ión que desapareció sin dejar rastros. Después de aquella desilusión y del dolor, porque eso sentí por años, tanto tiempo sin verlo me causó dolor aunque nadie me crea, aposté a conocer a Sam. ¡Y ahora esto es peor!
Ojalá se tratara solo de mí, pero no. Todos hacen lo mismo, esperan y esperan hasta que un día: entras a un bar, te subís a un tren, caminas por un parque, lo miras a escondidas en los recreos de la escuela y lo ves de cerca, y crees que lo encontraste ¡Y estás feliz!, te sentís realizada, ¡sentís que al fin algo en tu vida va genial! Claro que en ese momento, no pensás en la fecha de vencimiento de esos sentimientos, eso ni se te cruza por la cabeza porque estás tan concentrada mirando unos ojos que te atrapan, oliendo un perfume que te embriaga, deseando una espalda que necesariamente necesitas abrazar aunque no te pertenezca, que lo del vencimiento queda velado.

A partir de ahí estás al salto, en otra dimensión, esperando que esa persona completamente desconocida, de la que no sabes ni el nombre te perciba, te hable, quiera conocerte, o de algún modo mágico se interese por vos.

Y si logras que te vea, ¡uf!, esa atracción mágica, esa química que se da entre dos cuerpos jóvenes y bellos, ese imán entre dos seres que parecen destinados a unirse, te enloquece y te hace estremecer. Te hace sentir más viva que nunca y podes encontrarle el nombre que sea, porque en este maldito planeta, todo, absolutamente todo, tiene un nombre para ser designado, pero ¿amor?, ¡eso, no es amor!

Mel no podía dejar de exponer su dolor y siguió hablando, se sentía en verdad inspirada al respecto del tema y necesitaba desahogarse:

― ¡Qué ilusa Samy! Creí que había amor en todo lo que me pasaba con Sam, después de no haber encontrado nada con el chico del que me enamoré en la secundaria, me ilusioné tanto con haberlo encontrado ahora ¡Qué ilusos y soñadores somos los humanos, que malditos crédulos, por dios! Dos veces para el mismo resultado, frustración, tristeza, desesperanza y vacio.

>>Estar ahí en una especie de paraíso libidinal, creyendo que yo había conseguido eso que medio mundo busca, mientras el otro medio lo pierde o jamás lo encuentra. Y me lo creí mientras duró el enamoramiento, eso es lo peor. Me lo creí mientras duraba el juego de idas y vueltas. Ya ni recuerdo cuánto tiempo pasó, ¿un mes, cinco minutos, los dos primeros años? Debe estar escrito en algún manual de mala muerte, o en un sitio de internet, ahora todo está escrito en un sitio de internet, el enamoramiento dura un año, 3 minutos, 12 días, y después de eso ¿qué?, uno espera más, ¿y con qué se encuentra?

>>Yo te puedo decir con qué se encuentra: con una sucesión de egos pugnando para ver quién puede ser más egoísta, para ver quién se equivoca más, para ver quién lastima, engaña o abandona primero. Peleas, maltratos y gritos en medio un mar de reconciliaciones apasionadas, en una relación que está destinada al fracaso porque el amor por su formula está destinado a fracasar.

¿Tenés que oír a alguien recomendarte que hagas la maldita cuenta, de la perversa formula que inventaron en el último estudio sobre el amor unos matemáticos? Y si, tenés que oír eso, mirás la formula con un ojo mientras te desesperas para hacer la cuenta con nervios, ¿sabes que hice la cuenta Samy?, me da un poco de vergüenza pero la hice, y lo peor, ¡me dio 62 años junto a Sam!, ¿a qué hemos llegado los humanos?, a medir con matemática algo que no existe, algo que es imposible.




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