Después del contrato

Preparativos

Mientras tanto el elegante automóvil de Maximiliano parqueaba frente a CBX de donde Sofia salía tan elegante como siempre, mientras este bajaba para recibirla en sus brazos, desde que se expresaron su amor, Maximiliano no pierde ninguna oportunidad para llevarla al trabajo o pasar a recogerla, a menos de que tenga algún otro compromiso muy importante que se lo impida, entonces envía el vehiculó de Sofia, pero procura que no suceda o al menos que sea en muy pocas oportunidades pues quiere aprovechar al máximo el tiempo que puedan tener juntos y así de una u otra forma compensar todo el que perdieron por culpa de esos tontos malentendidos.

  • Hola amor. – Saluda dejando un tierno beso en sus labios mientras se separa un poco de su tierno abrazo para abrirle la puerta del carro, acto que hace sonreír a Sofia, mismo que los empleados que pasan por allí, ya no se les hace extraño, pues ya saben quién es ella y que al parecer el presidente que de paso es su esposo la adora.
  • ¿Qué tal tu día? – Saluda Sofia devolviendo el beso antes de subir al vehículo.
  • Mucho mejor al verte. – Sonríe Maximiliano. Todo lo que esta viviendo se siente algo irreal para él, pero cuando sube al auto al lado de su esposa y toma su mano, de pronto todo se vuelve real, tenerla a su lado, compartir juntos, hablar sobre como estuvo su día, todo lo que siempre soñó, ahora era una realidad ante sus ojos y hará todo lo que sea necesario para que eso no cambie jamás.

Sofia puede percatarse de la mirada de Maximiliano, una que jamás le había visto, pero no porque él no la mirara así antes, sino porque se había cuidado muy bien de nunca dejarse ver, pero ahora ya no le importa al contrario ahora lo que más desea es que Sofia y todo el mundo sepa cuanto la ama.

  • Buenas noches Erick, no olvides que vamos a pastelería. – Dice Sofia antes de que a él se puede olvidar y ese día deben escoger el pastel para el cumpleaños del abuelo.
  • Buenas noches señora, allá nos dirigimos. – Responde Erick muy contento, él ya había perdido las esperanzas de que sus jefes se arreglaran, pero parece que sus oraciones fueron escuchadas.
  • ¿Todavía te faltan muchas cosas para la fiesta del abuelo? – Pregunta Maximiliano mientras aprovecha para abrazar a su esposa.
  • No, no tantas, hoy veremos el pastel y mañana iré con Valentina para revisar lo de la comida y las bebidas, debo admitir que ella es la experta en eso. – Sonríe Sofia
  • Ya veo, entonces casi está todo listo, eres la mejor. – Elogia Maximiliano dejando un beso en su mejilla, ahora aprovecha cualquier momento para abrazar, besar o consentir a su esposa. – ¿Cuándo es tu reunión con IMEX? – Consulta pues Sofia ya le había dicho que la habían programado.
  • Estaba programada para hoy, pero al director se le presento algo, así que se disculpó y la reagendamos para la próxima semana. – Comenta Sofia. – Es por eso que estoy aprovechando el tiempo para ultimar todos los detalles de la fiesta del abuelo, así me podre concentrar en el proyecto tranquilamente. – Explica Sofia.
  • Ya veo, muy bien. – Finaliza dándole un beso más, mientras llegan a su destino.

Erick jamás se imaginó la escena que tiene frente a él, llegaron a la pastelería cuando ya está estaba cerrada, como el chef es muy amigo de Sofia los dejo entrar para probar los rellenos, las cremas y demás, pero el pobre no contaba con que, en vez de estar tratando con dos empresarios importantes, ellos más bien parecían dos niños y ahora estaban todo llenos de crema y harina por todos lados.

  • Fuera de mi cocina los dos. – Fue todo lo que el chef dijo, de todas maneras, ya habían elegido todo para el pastel.

Por su parte Erick que se había ido a hacer una vuelta mientras ellos terminaban allí, solo los podía ver salir de allí como dos niños regañados para subirse al auto y seguir riendo.

  • Serás tonto, ¿viste lo que provocaste? – Reclama Sofia una vez se suben al auto, esto intentando sonar molesta, pero en realdad no puede dejar de reír.
  • ¿Quién empezó? – Pregunta Maximiliano riendo también.
  • Tu. – Responde Sofia inmediatamente, aunque sabe perfectamente que fue ella la que no aguanto la tentación de dejar crema del pastel en la nariz de Maximiliano, pero no se imaginó que él no se quedaría quieto, sino que también hizo lo mismo y así hasta que sin darse cuenta estaban llenos de crema y harina, con la cocina hecha un desastre, lo que casi hace que le dé un infarto al pobre Lucas quien es el chef repostero.
  • Si claro. – Murmura Maximiliano. – De todas formas, yo no soy quien es amigo de Lucas. – Agrega encogiéndose de hombros, ganándose un golpe en el hombro por parte de su esposa.
  • Lucas jamás me va a dejar volver a entrar a su cocina. – Dice Sofia con pesar, pero solo le basta una mirada a su esposo para explotar en una nueva carcajada junto a él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.