¿Accidente?
Unas horas antes
- Ya todo está listo. – Anuncia con emoción Valentina, mientras cae rendida en el mueble al lado de Rafael quien aún está hablando con Maximiliano.
- Muchas gracias amiga. – Dice Sofia con una gran sonrisa sentándose al lado de su esposo.
- Han hecho un gran trabajo chicas. – Elogia Rafael, pues en verdad todo ha quedado de maravilla.
- Claro que sí, después de todo somos las mejores. – Responde Valentina con una sonrisa de satisfacción a la que Sofia asiente, mientras ellos ríen, obviamente no podía ser de otra manera, definitivamente son las mejores.
- Creo que deberíamos irnos para que te puedas poner aún más bella de lo que eres. – Sugiere Rafael con lo que Valentina está de acuerdo, pues tiene el tiempo justo.
- Tienes razón. – Acepta poniéndose de píe. – Sofí nos vemos más tarde, ponte bella. – Sonríe mientras le guiña un ojo.
Todos se despiden con la promesa de verse más tarde, pues la fiesta dará inicio sobre las 8 de la noche.
- Vamos. – Dice Maximiliano poniéndose de pie, mientras Sofia lo mira incrédula, ella solo quiere quedarse por lo menos un rato más allí tirada en ese mueble.
- ¿A dónde? – Pregunta con pesar.
- A almorzar, mira la hora que es. – Reprocha Maximiliano ya que Sofia jamás perderá la mala costumbre de olvidarse de comer cuando está ocupada en alguna cosa, esa mirada por parte de su esposo hace que caiga en cuenta de que son casi las 3 de la tarde y es verdad que desde el desayuno no había comido nada y ya tenía hambre solo que por estar concentrada en todos los detalles no se había percatado, pero para eso tiene a su alarma humana llamada Maximiliano.
- Tienes razón, ¿tú ya comiste? – Pregunta tomando la mano de su esposo que la guía con todo su amor hasta el comedor, donde ya están poniendo la mesa para servir el almuerzo, pues Maximiliano así lo había ordenado hacia un rato, ya que si ella no terminaba igual el planeaba llevarla a rastras si era necesario para comiera.
- Siempre tengo la razón. – Menciona Maximiliano con suficiencia a lo que Sofia pone los ojos en blanco.
- Claro, claro, lo olvidaba. – Murmura Sofia con absoluto sarcasmo.
- Respondiendo a tu pregunta. – Dice Maximiliano mientras acomoda la silla para que se siente su esposa. – No, aún no he comido, te estaba esperando. – Añadió haciendo sentir culpable a Sofia, pues ella sabe perfectamente que Maximiliano es un como un reloj siempre come a horas y ese día no lo había hecho solo por esperarla.
- Perdón. – Murmura apenada.
- No hay problema. – Le resta importancia. – Solo no olvides que no importa lo ocupada que estes, debes alimentarte a horas, ¿está bien? – Pregunta.
- Está bien. – Se compromete dejando en beso en los labios de su marido, para Sofia aun le parece algo irreal vivir lo que ha estado viviendo con Maximiliano, en su momento pensó que sería imposible pero ahora disfruta de un matrimonio hermoso, con un eso amoroso que la cuida y está pendiente de ella, lo que la hace muy feliz, deseando que las cosas sigan siendo así para siempre.
Para Maximiliano la sensación de plenitud era algo que no podía expresar en palabras después de años de sufrimiento auto impuesto al alejarse de Sofia y tratarla con indiferencia ahora podía amarla abiertamente, expresándole todo lo que se había guardado por años, tantos que llego un punto donde se había acostumbrado tanto al dolor que hasta se creyó que podría vivir así para siempre, mientras Sofia estuviera cerca no le importaba dejar sus sentimientos encerrados en los más profundo de su corazón sin ninguna oportunidad de salir, pero Sofia jamás seguía sus reglas fue muy inocente de su parte creer que en esa ocasión las cosas serian distintas, por lo que cuando se fue, rompió toda esa pantalla que había creado para ocultarse dejándolo completamente indefenso y perdido, pero fue justo ese momento que lo llevo a tomar la mejor decisión de su vida, luchar por su esposa.
Aun cuando todavía no sabía que todo había sido una mentira Maximiliano ya estaba seguro que lucharía por ella hasta el final, pero luego la gran culpa que sintió por no haber investigado antes, por no preguntar logro hacerlo dudar de si mismo, pero no se rindió y Sofia nuevamente lo sorprendió cuando decididamente volvió a abrirle las puertas de su corazón, algo que definitivamente valoraría para siempre.
- ¿En qué tanto piensas? – Pregunta Sofia intrigada al ver como Maximiliano sonríe mientras observa su plato sin comer.
- En nada, solo lo feliz que soy de que seas mi esposa. – Dice mientras sonríe con profundo amor.
- Es verdad, eres demasiado afortunado. – Responde Sofia con firmeza a lo que ambos ríen mientras terminan de comer, son absolutamente felices.
*****
Rafael estaba tranquilo viendo la televisión mientras Valentina se había adueñado por completo de su baño, si le preguntaban si, ¿eso le molestaba?, por supuesto que no, él era más que feliz de que ella invadiera su espacio, su departamento, su corazón y su vida, por lo que una sonrisa de absoluta felicidad se reflejaba en sus labios, esto hasta que su celular sonó.
- Erick, ¿Qué paso?, ¿ahora que necesita tu jefe? – Pregunta con una sonrisa, que se borra inmediatamente Erick habla envuelto en absoluto pánico.
- Señor Rafael, estoy en el hospital, los señores han tenido un accidente.