Después del contrato

Mas de una verdad

Mientras Maximiliano se encontraba en una completa encrucijada la conversación que se llevaba a cabo en un elegante cuarto de hospital, despejaba muchas dudas y cargaba más de culpa al guapo hombre que tomaba con cariño las manos de su hermanita.

  • Hermosa más de dos años de agonía, no sabes cómo te extrañe. – Expone con grandes lágrimas en sus ojos Julián.
  • Siento mucho haberlos preocupado. – Dice Silvia con la voz ronca, pues apenas el día anterior acaba de despertar.
  • Está bien, no es tu culpa hermosa. – Expresa Julián dejando un tierno beso en su frente. – Si no de él imbécil de Maximiliano Montenegro. – Agrega con ira contenida.
  • Tampoco es culpa suya hermano, fue un accidente. – Expone Silvia esperando que su hermano no responsabilice a ningún inocente, menos a Maximiliano.
  • No lo defiendas. – Espeta molesto Julián.
  • No lo defiendo solo digo la verdad, ese día fui a verlo por mi propia voluntad, él no me cito ni nada por el estilo. – Le explica a su hermano.
  • ¿Cómo así? – Cuestiona sin entender bien Julián. – Tu estabas preparando tu traslado a este país por él, ya habías dejado listos todos tus asuntos fuera, para venirte con él. – Expone Julián seguro de lo sucedido, para el Maximiliano había engañado a su tonta hermana con ilusiones y cuando se había cansado de ella simplemente la había dejado para casarse con otra mujer a la que según él también estaba engañando, hasta estaba seguro que Maximiliano había planeado el accidente para que nadie se enterara de su relación con Silvia, como él no sabía quién era ella, pensó que lo más lógico para un hombre como Maximiliano era deshacerse de lo que le estorbaba.
  • Te equivocas Julián, Maximiliano y yo jamás tuvimos una relación por lo menos no romántica. – Explica Silvia con nostalgia, ese era su sueño, pero nunca pudo ser. – Éramos buenos amigos y como Maximiliano casi no se relacionaba con nadie, pensé que yo era especial para él, es por eso que decidí seguirlo aquí, es solo que cuando me enteré de su compromiso adelante los planes con el fin de confesarle mis sentimientos, al menos si se iba a casar con otra mujer quería que supiera lo que sentía por él y así pudiera tomar una decisión. – Recuerda su conversación, si bien rompió su corazón también le dio paz, pues él fue muy sincero con ella.

Lo que escuchaba parecía ser increíble para Julián que de pronto estaba sintiendo todo el peso de sus decisiones.

  • Silvia, ¿me estás diciendo que tu dejaste todo por una ilusión que te habías creado sola? – Pregunta incrédulo.
  • Bueno. – Murmura Silvia un tanto avergonzada. – Se podría decir que si, aunque de todas formas este país me parecía el lugar perfecto para iniciar mis sueños. – Quiso aclarar no todo era por Maximiliano, aunque el si jugaba un papel clave en su decisión.
  • Entonces, ¿Qué sucedió ese día? – Cuestiona Julián quizás queriendo encontrar algo con que culpar a Maximiliano y así liberar un poco la culpa que empezaba a ser un peso insoportable.
  • Pues no mucho. – Responde. – Maximiliano me recibió, hablamos. – Relata recordando en momento. – Le confese mis sentimientos y el muy amablemente me rechazo, entendí que la mujer con la que se iba a casar, es la mujer que ama, espero que este siendo felices juntos, ese fue mi deseo en ese momento. – Le cuanta Silva. – Cuando vi el brillo en sus ojos al hablar de ella lo entendí todo, debiste verlo, era pura devoción. – Recuerda Silvia con anhelo deseando que alguien hable de allí así un día.

Sin que Silvia lo supiera esa confesión estaba condenando a su hermano al más cruel de los infiernos, la culpa. Pues por sus tontas especulaciones había lastimado a personas inocentes y ahora alguien que menos tenía que ver estaba en coma como su hermana estuvo.

Mientras los demonios de Julián se apoderaban de él, la junta en Industrias Villareal seguía su curso, con muy pocas posibilidades para Maximiliano.

  • Presidente Montenegro, dada la gravedad de las acusaciones, creo que lo mejor es que escuchemos a Sofia, como propone el director Ibáñez podemos hacer una llamada telefónica. – Dice Antonio seguro, pues su prioridad siempre será la seguridad de Sofia y si lo que Saul y Fabricio dicen es cierto, es posible que Maximiliano solo se quiera aprovechar de ella y ahora de su situación para quitarle todo.

Sin más salidas Maximiliano se preparaba para comunicarle el verdadero estado de Sofia aun a sabiendas de que eso solo levantaría más sospechas sobre él y no podría hacer nada para evitar que se nombrara a Fabricio como presiente en posesión, pues con las cosas así él no podría votar por Sofia sino solo con sus acciones.

  • Lamentablemente… - La intervención de Maximiliano se vio interrumpida por Erick quien rápidamente lo detuvo.
  • Presidente, creo que la señora Sofia ya salió de sus exámenes, intentare contactarla en este momento. – Dice desconcertando a Maximiliano quien entiende que Erick solo quiere intentar demostrar que la comunicación no es posible, pero él sabe que eso será inútil, tanto como Fabricio que sonríe con satisfacción viendo los esfuerzos en vano que están haciendo, pero su sonrisa desaparece cuando una voz del otro lado responde un tanto débil, pero está ahí.
  • Erick, ¿sucede algo? – Cuestiona Sofia lentamente.




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