Amor eterno
- Todo esto es falso. – Grita Fabricio, mientras que Saul está completamente en silencio, pálido por lo que está viendo, solamente escuchando como su padrino intenta negar lo innegable. – Maximiliano falsifico todo esto para inculparme. – Afirma, pero es obvio que nadie en la sala le cree absolutamente nada.
- Bueno, díselo a la policía, que ya está aquí por ti. – Sonríe con superioridad Valentina en tanto varios oficiales ingresan a la sala.
- ¿Fabricio Suarez?, ¿Saul Ibáñez? – Pregunta el oficial.
- Son ellos. – Los señala Valentina.
- Acompáñenos por favor. – Indica el hombre siendo respetuoso.
- Esto es un error, no pueden hacerme esto, ¿acaso no saben quién soy yo? – Alegaba Fabricio, pero fue en vano, los oficiales se los llevaron mientras que la sala se había sumido en un profundo silencio, aun no podían creer todo lo que había sucedido en menos de una hora.
- Bien en vista de lo sucedido, creo que por el momento debemos nombrar a alguien que este a cargo en lo que mi esposa se recupera y tomara las decisiones pertinentes. – Anuncia Maximiliano tomando el control de la situación.
- ¿A quién sugieres? – Pregunta Helio Valdés aun impactado por lo que acaba de presenciar.
- Creo que la mejor opción en este momento es Néstor, el ha estado como representante mucho tiempo, así que conoce perfectamente el manejo de la empresa, en lo que resolvemos la situación a fondo. – Propone Maximiliano a lo que Néstor agradece la confianza y los socios aceptan que es la mejor decisión por el momento.
- Me gustaría ver a Sofia, no sé cuándo será posible. – Solicita respetuosamente Antonio, pues si bien es cierto ya se resolvió el tema con Maximiliano, el si quiere hablar con ella.
- Apenas ella este mucho mejor, prometo avisarle. – Responde Maximiliano, pues puede ver la verdadera preocupación de ese hombre por su bella esposa.
- Bien, con eso terminamos la junta de hoy, como saben debo regresar con mi esposa, que aun esta delicada. – Dice Maximiliano para salir de allí, desde que escuchó la voz de Sofia todo lo que ha deseado es regresar corriendo al hospital. – Valentina te encargas de lo demás. – Dice mirando a la satisfecha mujer, que en verdad agradece sea la mejor amiga de Sofia.
- Claro ve tranquilo. – Responde Valentina feliz, pues también ya se enteró que Sofia había despertado y aunque ella también quiere ir a verla, sabe que alguien se debe hacer cargo, además tristemente está segura de que, si Sofia escogiera a quien ver primero, elige al tonto de su marido, así que porque no ser buena amiga y permitirlo.
Sin nada más que decir, Maximiliano es llevado por Erick hasta el vehículo con rumbo al hospital, la ansiedad lo carcome por ver a Sofia.
- Tranquilo señor, hable con la señora Sonia y me dijo que la vicepresidenta esta fuera de peligro, así que no debe preocuparse. – Informa Erick con alegría.
- Gracias al cielo. – Murmura Maximiliano, estos días han sido completamente tensionan tés con Sofia inconsciente, escuchar esas noticias lo alivian de sobremanera, pero no podrá estar completamente en paz hasta que no la vea.
Mucho más rápido de lo normal Maximiliano ya estaba ingresando con la ayuda de muletas a la habitación de Sofia donde esta se encontraba tranquila recostada en su camilla después de las respectivas revisiones por parte de los médicos.
En el momento en que Maximiliano la vio, se dio cuenta como la gran piedra que se había instalado en su corazón y que le pesaba en todo el cuerpo se desvaneció, en ese momento reconformo que el simplemente no podría vivir son esa mujer, la amaba, la amaba profundamente, más allá de cualquier lógica.
- Hermosa. – Menciono acercándose, ganándose la mirada llena de emoción de Sofia, que rápidamente se nublo con lágrimas.
- Max. – Susurro ella bajito. – Creí que no volvería a verte. – Expuso mientras todas las lágrimas que seguramente se habían acumulado en sus lagrimales salían sin control.
- Amor. – Dijo Max acercándose completamente para besarla en la frente, ya que por el estado de Sofia no podía abrazarla y besarla como quisiera. – Te amo hermosa. – Confeso como si fuera la primera vez, para él todavía es un sueño tenerla a su lado.
- Yo también, te amo muchísimo. – Responde Sofia aun con lágrimas en sus ojos. – No sé qué harás, pero no me voy a separar de ti en ningún momento, me convertiré en tu garrapata. – Promete Sofia con convicción, la sola idea de que ese día Maximiliano hubiera podido morir la convence de lo que ya sabía, ella simplemente jamás podrá dejarlo, es más duda mucho que en verdad haya podido divorciarse y olvidarse de él, lo que ella siente por Maximiliano es irrompible, inolvidable, es como un tatuaje en su corazón, un amor eterno.
- Pues eres más que bienvenida a pegarte a mi lado para siempre. – Sonríe feliz Maximiliano ante la declaración de Sofia, aunque ella no lo hiciera, él está seguro que no le quitara los ojos de encima en la medida de lo posible.
- Lo hare. – Asegura Sofia con una gran sonrisa. – Por cierto, ¿Sabes que fue lo que sucedió? – Pregunta Sofia de pronto, pues desde que despertó ha mantenido eso en mente.