Destino de Sangre (libro 10. Nueva Generación)

Cap. 5 Poco convencional

 

Punta Dorada, septiembre 2011

Kelly terminaba de vestirse cuando escuchó que llamaban a la puerta y escuchó a Anita darle los buenos días a Marino.

  • Buongiorno Kelly  --  la saludó en cuanto salió
  • Buen día, Marino
  • ¿Nerviosa?  --  le preguntó con un asomo de sonrisa
  • Aterrada  --  le contestó en tono irónico y él rio en forma abierta
  • Hay alguien que quiere verte
  • ¡Ah sí, de eso estoy segura! Y quitarme la cabeza en el proceso ¿no?
  • No, no se trata de él  --  le dijo y caminó hacia la puerta abriéndola  --  Adelante  --  le dijo a alguien haciéndose a un lado
  • ¡Alejandro!  -- exclamó Kelly corriendo hacia su hermano

Aunque ella misma había cursado las invitaciones a su familia y había hablado con todos, con excepción de  Santiago, su padre que ya no trabajaba, ella sabía que los demás eran individuos muy ocupados y casi ninguno le dio seguridad de poder asistir, pero, aunque Alejandro no estaba en el país cuando habló con él, fue el único que le aseguró que asistiría, de manera que ella estaba muy feliz de verlo.

Kelly tenía cuatro hermanos, Santiago el mayor, que no había hecho ninguna carrera y se dedicaba con éxito a los negocios. Alejandro que era el segundo y se había recibido como médico, haciendo con posterioridad un post grado en oncología; Carlos Enrique era el tercero y había seguido la profesión de su padre, pues había hecho una carrera militar y era piloto de la Fuerza Aérea; y Javier, el menor, que era músico, y aunque mientras estuvo en su país era el director de una sinfónica, le ofrecieron la oportunidad de formar parte de una orquesta en el exterior y en la actualidad era el concertino de la misma, aunque eventualmente venía al país como director invitado. No obstante, y aunque se llevaba bien con todos sus hermanos, tenía poco contacto con ellos, y con el que siempre se llevó mejor fue con Alejandro.

  • ¿Cómo estás, nena?  --  preguntó él una vez que el festival de besos cesó
  • Feliz, y ahora mucho más
  • Me alegra escuchar eso, pero creo que tienes mucho que contar… bambina  --  dijo puntualizando al última palabra, con lo que le quedó claro a Kelly que ya su hermano había hablado con el señor abogado

Y en efecto así era, pues los Del Moral habían llegado todos juntos y Ángelo había dado órdenes de que en cuanto lo hiciesen, las damas y los jóvenes fuesen conducidos a sus habitaciones, mientras que los caballeros eran conducidos al estudio. Por supuesto sus órdenes fueron acatadas y en cuanto los hombres estuvieron en el estudio, Enzo fue por Ángelo. La conversación, o más bien el monólogo de Ángelo, no fue muy extenso, pero en el mismo les expuso en forma sucinta quiénes eran los Del Piero y la situación general de su familia, dejándoles extraordinariamente claro lo que podían hacer o decir y las posibles consecuencias de no obedecer. Ángelo no se caracterizaba por su simpatía, de manera que de más está decir que los parientes de Kelly no se sintieron especialmente cómodos, y en algunos casos como el de Alejandro, Carlos Enrique y el padre de todos ellos, se sintieron bastante preocupados. Santiago Alberto, el hermano mayor de Kelly, siendo que su ámbito de trabajo eran los negocios, sabía bastante más que sus hermanos acerca del Consorcio Del Piero, y en el caso de Alejandro que vivía desde hacía mucho tiempo en El Valle, pues era el director médico del Centro de Oncología de aquella ciudad, sabía más aún, pero en ambos casos el conocimiento se circunscribía más que todo a sus actividades comerciales, aunque Alejandro sabía, además, que al menos en El Valle, aquella familia junto con los Genovesse, eran casi una institución. Carlos Enrique y el señor Del Moral, en lo que se habían fijado era en el enrome despliegue de seguridad debido a su formación militar, mientras que Javier no se había fijado en nada de nada, pues aquel individuo era un artista y en opinión de sus parientes era habitante permanente de la luna. No obstante, en la mayor parte de los casos y una vez que Ángelo finalizó su exposición, se mostraron preocupados tanto por Kelly como por Damila, algo que a juicio de Luciano, que naturalmente estaba allí, aunque ellos prácticamente no lo habían notado, era muy descarado, porque Kelly estaba ahora mucho más protegida y atendida de lo que estuvo nunca con ellos.

Sin embargo, como Ángelo les expuso con claridad meridiana que no debían, bajo ningún concepto, preocupar o hacer preguntas incómodas a su mujer o a la niña, y que cualquier duda o consulta debían planteársela a él, cabe suponer que ante una exposición tan cruda y directa, a ninguno le quedarían ganas de desobedecer. Después de eso, les dijo que Enzo los conduciría hasta sus habitaciones y que en cuanto Kelly estuviese lista, se les avisaría para que pasasen al comedor para el desayuno de bienvenida. No obstante, si bien los demás se pusieron de pie y salieron acompañados de Enzo, Alejandro le preguntó a Ángelo si podían hablar un momento y lo hicieron, de manera que ahora, cuando finalmente había podido encontrarse con su hermana, y aunque había estado muy preocupado, al verla tan feliz, Alejandro se tranquilizó, pero seguía sintiendo curiosidad, pues él había conocido a Giancarlo, y la misma era natural, así que se dispuso a escuchar a Kelly. Al final no era que estuviese muy claro en cuanto a lo que había sucedido, pero decidió que si su hermana estaba feliz y se sentía bien y segura allí, él se daría por satisfecho.




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