Destino de Sangre (libro 10. Nueva Generación)

Cap. 13 Desagradable

 

El Valle, diciembre 2011

Si bien Ángelo había escuchado con atención el relato de Luciano en todas sus partes, como en esta ocasión no hubo material gráfico, y aunque Luciano había mencionado que bastaba ver al niño para saber que era un Del Piero, por algún motivo Ángelo se lo había imaginado como otro pequeño Giulio, de manera que al verlo, su corazón pareció detenerse y fue lanzado sin consideración alguna a su infancia y al primer día que había visto a Gianni, pues aquel caballerito era una copia casi exacta de su hermano. Era verdad que los gemelos también lo habían sido, pero tal vez por el hecho de haberlos visto día a día, y aunque era consciente del parecido, no lo había registrado como en este momento al encontrarse de improviso con un Gianni en miniatura.

  • ¡Santa Madona!  --  exclamó en forma ahogada y el niño clavó sus verdes ojos en el recién llegado

Kelly que se había asomado por un lado, también ahogó una exclamación, porque, aunque ella no había conocido al Gianni niño, era evidente para ella que así debió haber sido, de modo que los ojos se le llenaron de lágrimas en forma automática. Como ninguno de los dos parecía poder moverse, Luciano los apartó y entró.

  • Buongirono bambino  --  lo saludó
  • Buongiorno Luciano  --  correspondió el chiquito

Luciano hizo una silenciosa pregunta a Giove que le hizo un gesto con la cabeza, así que Luciano volvió a mirar al pequeño.

  • Como tu mamá está dormida ¿podrías acompañarme un momento?  --  le preguntó

El niño que se encontraba encaramado en una silla al lado de la cama, se inclinó para darle un beso en la frente a su madre y luego se dispuso a bajar.

  • Yo puedo solo, profe  --  le dijo a Giove cuando este quiso ayudarlo

Kelly había sujetado a Ángelo haciéndolo salir y luego empujándolo hacia un sillón, pero él aun parecía ausente y en realidad lo estaba, pues seguía clavado en el recuerdo de la imagen de su hermano a los seis años. Cuando Alessandro vio al chico que venía de la mano de Luciano, tuvo la misma sensación que Ángelo, solo que él no la expresó en voz alta.

  • Escucha  --  dijo Luciano inclinándose para quedar a la altura del chico  --  ¿Recuerdas que te dije que tenías más parientes que pronto vendrían a conocerte?

El niño asintió, pero sin darle tiempo a Luciano a explicarle nada más, corrió hacia donde estaban Ángelo y Kelly, con lo que quedaba demostrado que independientemente de quién fuese su padre, era tan inquieto como cualquiera de los dos hipotéticos progenitores. No obstante, disminuyó la carrera al acercarse y llegó con algo más de mesura, pero sorprendió lo mismo a Ángelo.

  • ¿Tú eres mi papá? -- preguntó juntando las cejas
  • No  --  dijo Ángelo en forma automática y que sonó casi agresiva, aunque lo que estaba era muy sorprendido aun

Kelly lo miró muy mal, pues le parecía que podía haber sido algo más delicado, pero en realidad no podía, pues aparte de que la repentina aparición de aquella personita frente a él lo había sacado de los recuerdos con la misma violencia que lo había enviado a ellos, también estaba preguntándose, por qué todos los chicos le adjudicaban una paternidad de la que ciertamente era incapaz. No obstante, pronto a Kelly y a todos a decir verdad, les quedaría claro que el jovencito aquel no parecía especialmente susceptible.

  • Ya decía yo  --  dijo el niño  --  eres un tipo muy viejo para ser mi papá

Ni con la mejor buena voluntad, y no la tenía, Kelly habría podido evitar reír, algo que pareció una reacción en cadena, pues tanto Luciano como Alessandro y el maligno Dante, lo estaban haciendo también mientras que Piero y Aurelio se las veían negras para no hacerlo.

  • ¿Entonces quién eres?  --  siguió el niño
  • Soy tu tío  --  contestó él
  • Okay  --  dijo extendiendo su mano  --  yo soy Juan Carlos, aunque imagino que eso ya lo sabes, pero mi mamá dice que hay que presentarse cuando no conocemos a la gente  --  aclaró mientras Ángelo estrechaba la pequeña mano y luego miró a Kelly que aun estaba sonriendo 
  • Hola  --  le dijo ella  --  yo soy Kelly, la esposa del tipo viejo  --  agregó y el niño rio haciendo que a ella le doliese el corazón al reconocer aquella sonrisa

Pero no tuvo mucha ocasión para pensar en ello, porque el niño se colgó a su cuello y cuando se separó  arrugó el entrecejo, gesto éste que les era común a todos los Del Piero.

  • ¿Estás triste por mamá?  --  le preguntó en forma directa  --  ¿La conoces?
  • Sí, estoy algo triste, pero no es porque conozca a tu mamá, sino porque…  --  hizo un ligera pausa y agregó  --  me recuerdas a alguien a quien quise mucho y ya no está  --  le dijo con honestidad y el niño volvió a arrugar el entrecejo
  • ¿Y ya no quieres a esa persona?
  • Por supuesto que sí
  • ¿Entonces por qué estás triste? Mi mamá dice que no debemos sentirnos así, sino que debemos estar…  --  se detuvo y parecía no saber como concluir
  • ¿Agradecidos?  --  probó Kelly
  • Aja  --  dijo él
  • Y tu madre tiene razón, pero a veces cuando echamos de menos a alguien, podemos sentirnos algo tristes
  • Pero está mal, porque entonces esa persona también se pondrá triste




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