Destino de Sangre (libro 10. Nueva Generación)

Cap. 16 Triste

 

El Valle, diciembre 2011

Giancarlo se alegró mucho al ver llegar a la pareja y corrió a abrazarlos en cuanto los vio salir del elevador, después de lo cual estuvo mareándolos con sus comentarios acerca del recital, algo que sorprendió por lo menos a Kelly que no sabía que el chico había podido verlo. Después de eso, Ángelo se apartó un momento para hablar con Luciano.

  • Novedades
  • No mucho, y si me preguntas, diría que es cuestión de horas  --  dijo él y luego agregó  --  Yo tengo que ausentarme
  • ¿Por qué?
  • Trabajo
  • Lo supongo, ¿pero a dónde vas?
  • A Punta Dorada, tengo que verificar un asunto  --  dijo sin aclarar mucho y Ángelo lo miró con aprensión  --  No hay riesgo inmediato, pero no me gustan las sorpresas

Ángelo asintió y después de una rápida despedida, Luciano se marchó. La tarde transcurrió sin mayores cambios, Beatriz recuperaba la consciencia a ratos y pedía ver a su hijo o a Kelly. En una de esas oportunidades, le hizo una petición a Kelly.

  • Señora…  --  le dijo sujetando su mano  --  quiero que mi cuerpo sea cremado
  • De acuerdo  --  le dijo Kelly
  • Pero… no quiero… que guarden las cenizas…

La chica hizo silencio y Kelly pensó que había perdido la consciencia de nuevo, pero aun así aguardó un momento para retirar la mano de Beatriz que seguía cerrada alrededor de su muñeca, pero cuando estaba por hacerlo, ella habló de nuevo.

  • Quiero ir a… Aspen

Por un momento Kelly pensó que la pobre criatura estaba delirando, pues de ningún modo eso era posible, pero pensando que no era prudente discutir aquello, simplemente asintió.

  • Claro linda, es un bonito lugar  --  le dijo
  • Lo sé, allí…  --  pero no agregó nada más, pues ahora sí había perdido la conciencia

Kelly acarició su cabeza donde quedaban los escasos cabellos que algún día debieron ser una bonita melena rubia; esperó un momento y como no recuperó la consciencia, ella abandonó la  habitación. En aquel momento Ángelo no estaba y Dante le informó que había bajado un momento con el niño, y aunque esto extrañó a Kelly que ya sabía que su marido evitaba la cafetería, pensó que posiblemente el chico lo había mareado hasta conseguir que lo llevase a comprar algo. Ya Kelly había notado que aquel jovencito era muy decidido e insistente, pero no era como Giulio por ejemplo, que aunque era dulce, era también muy exigente y arrogante a la hora de perseguir algo, mientras que Giancarlo era todo miel y tenía una tremenda capacidad para envolver a su interlocutor, y sin que éste lo notase ya estaba dispuesto a hacer lo que el chico quisiese. Esta era una cualidad de Fabiano, pero siendo que ella había tenido muy poco trato con el gemelo y más que todo en la peor época del mismo, que fue la de su enfermedad, no sabía aquello.

No obstante, se alegró de que no estuviese por allí en ese momento, porque se sentía muy triste y fue a sentarse escondiendo el rostro entre sus manos. Dante y César Augusto, que eran los que estaban allí, se miraron con consternación, así que Dante abrió la puerta de la habitación  y le preguntó a Giove que seguía allí, si había alguna novedad con la chica, pero como le dijo que no, cerró y se acercó a Kelly.

Dante Cassavacchi era bueno para muchas cosas, pero si había algo que no tenía por ninguna parte, era delicadeza, y una de las cosas que más lo molestaban en la vida eran las lágrimas fuesen de alegría o de tristeza, pues en principio, le costaba mucho creer en la sinceridad de las mismas a menos que fuesen derramadas por un hombre, ya que en su opinión, las mujeres solo las utilizaban a su conveniencia y siempre con algún fin. No obstante, hizo su mejor esfuerzo, pues aquella no era cualquier mujer, y en cualquier caso, solo le interesaba saber si todo estaba en orden, y si no era así, buscar una rápida solución.

  • ¿Signora? ¿Se siente bien?  --  le preguntó
  • No 

Aunque aquello era obvio y Dante se dijo que había formulado mal la pregunta, ya se estaba preparando para inquirir las razones cuando ella levantó la cabeza.

  • Dígame qué le sucede y lo resolveremos
  • Lo dudo mucho, y si vas a hablar conmigo, haz el favor de sentarte, muchachito

Ciertamente Dante no tenía intenciones de hablar con ella, sino de resolver cualquier cosa que estuviese mal antes de que Ángelo regresase y comenzase a pedir explicaciones, pero obedeció a la orden que le estaba dando, y a partir de allí, tuvo que escucharla quisiese o no, lo curioso  fue que no le resultó un trabajo pesado, y pudo, si no resolver el problema, sí darle una posible interpretación correcta a la petición de Beatriz que parecía ser lo que la había descompuesto.

  • Tal vez solo haya mal interpretado el asunto  --  le dijo a Kelly cuando ella le planteó la triste petición de la chica 
  • ¿Mal interpretado?
  • Sí, porque si analiza bien la conversación, es muy probable que ella lo que haya querido decir, es que sus cenizas sean llevadas a Aspen
  • ¿Realmente crees eso?
  • Casi estoy dispuesto a apostar mi nuevo auto, y si lo estoy, es porque el gemelo la llevó a ese lugar, así que posiblemente sea uno muy importante para ella




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