Destino de Sangre (libro 10. Nueva Generación)

Cap. 17 ¿Bien o mal?

 

Punta Dorada, diciembre 2011

Iván se marchó muy temprano al día siguiente del recital, y lo hizo en compañía de su madre y de Ángelo, pero mientras él se dirigía al aeropuerto donde ya lo esperaban Gianluca y Romeo, el matrimonio lo hizo hacia las instalaciones del GA desde donde partirían hacia El Valle. Aunque a Damila y a Giulio les habría gustado ir con ellos, Giulio tenía muchos compromisos y Damila debía asistir al almuerzo de despedida que organizaba la academia para Michel, de manera que si bien no podían acompañarlos, Giulio les dijo que si no estaban de vuelta en un par días, entonces ellos podrían ir.

Ese viernes en verdad Giulio estaba muy atareado, pues tenía varias reuniones, y para el día siguiente había programado un viaje rápido al complejo para una última revisión antes de la inauguración de la nueva etapa que estaba pautada para el domingo. Sin embargo, con ayuda de Alfredo y de Nino, pudo despachar lo más importante y estar libre a tiempo para acompañar a Damila al fulano almuerzo, y tuvo que aguantarse el sermón de Fredo mientras iban por ella y por Francesca.

  • Escucha, el tipo no me es más simpático a mí que a ti, pero no es culpable de nada, así que si no quieres terminar en una pésima posición y que miss simpatía te envíe directo al infierno, haz el favor de comportarte

Aunque Fredo hacía mucho tiempo que había dejado de llamar a  Damila de aquel modo, lo hacía cuando quería hacerle notar a Giulio que iba directo al desastre. No obstante, por una combinación de buen juicio e instinto de conservación quizá, Giulio se comportó, si no simpático, al menos tranquilo. Si bien las chicas de la academia habían suspirado toda la vida por Vladislav, y envidiaban la relación que éste tenía con Damila, pensando incluso que la misma iba más allá de la simple amistad, tuvieron que hacer un verdadero esfuerzo por cerrar sus bocas al verla no solo presentarse en compañía de Giulio, sino al enterarse de que ese era su novio, pues al igual que lo había hecho Michel, las pocas que alguna vez habían visto a Gianpaolo esperando a Damila, pensaban que él lo era, así que estaban sorprendidas.

Los GA habían tenido mucho trabajo con aquel almuerzo, pues siendo que se efectuaba en un club debido a que la academia era grande y asistían no solo los directivos, sino el alumnado, se requería de un lugar con las dimensiones adecuadas, de manera que habían escogido aquel, y aunque por fortuna ya lo conocían, porque había sido donde se efectuase la boda de Kelly y Ángelo, en la presente ocasión y a diferencia de la anterior, estaba en pleno funcionamiento y debían cubrir un área grande.

Como los alumnos podían llevar un acompañante, Fredo fue como compañía de Francesca, mientras que Gianpaolo y Gino se las arreglaron para pasar inadvertidos y efectuar la vigilancia cercana. Un rato después de haber llegado, Fredo estaba maldiciendo en todos los tonos, pues él se había negado a ser presentado como el novio de Francesca, y ahora estaba notando su error, ya que habiéndolo hecho como primo, había algunas jovencitas muy decididas a cazarlo.

  • Quizá la próxima vez, estés más dispuesto a escuchar los consejos de una donna, primo  --  le dijo Francesca con malignidad

Afortunadamente lograron superar aquello sin daños que lamentar y fueron los primeros en marcharse, porque si bien Giulio había podido tomarse unas horas, seguía teniendo compromisos a los que no podía faltar. Esa noche llamó a Damila y se disculpó, porque no podría llegar a tiempo para la cena, de manera que las chicas cenaron en compañía de los Rossi y de Luigi que siempre llegaba temprano.

Giulio había llegado bastante tarde y ya Damila estaba dormida, de modo que entró con sigilo a su habitación, le dio un fugaz beso en los labios y se fue a la suya, pues estaba muerto de cansancio y solo quería darse un baño y acostarse. No obstante, y si bien pudo descansar, tendría un muy duro despertar.

  • ¡Giulio Marcello!  --  escuchó en forma lejana, pero cuando el grito se repitió, abrió los ojos y se incorporó en la cama
  • Mila…
  • ¡Cállate, eres horrible y no tenías ningún derecho!  --  le gritó ella
  • Bebé no…
  • ¡No me hables!  --  lo interrumpió de nuevo  --  ¡Y no me llames bebé!

Dicho esto salió cual vendaval, pero como Giulio en verdad no tenía idea de qué estaba sucediendo, apartó el desorden de manta y almohadas y corrió tras ella.

  • ¡Mila!  --  había exclamado Fredo quien casi fue atropellado por la furiosa jovencita
  • ¡Apártate Rossi!  --  ordenó mientras intentaba seguir su camino, pero se detuvo y se giró  --  Tú también eres… eres…  --  pero no completó lo que quería decir suponiendo que supiese qué era eso, porque vio a Giulio y como no quería verlo, corrió hacia las escaleras  --  ¡Fabiani!

Giulio y Fredo se miraron con idéntica expresión, pero, aunque Giulio solo llevaba el pantalón del pijama, no lo tuvo en cuenta y corrió tras ella al igual que Fredo.

Cuando Damila había llegado abajo, venía Gianpaolo en carrera en compañía de Luciano que había llegado la noche anterior.

  • ¿Montiel?
  • Vamos, necesito que me lleves a la clínica  --  le dijo ella y él la miró con consternación
  • ¿Qué te sucede?
  • A mí nada, pero Michel está allí y quiero ir a verlo
  • ¿Cómo dices?
  • No importa, solo vamos
  • Espera, Bambi  --  la detuvo Luciano, pero ella lo miró con ira
  • Tú también eres culpable, porque tú eres el jefe de todos estos cretinos --  para ese momento ya Giulio y Fredo le habían dado alcance
  • Damila por favor  --  dijo Giulio  --  ¿Puedes decirme qué está sucediendo?
  • No te hagas el inocente, señor Del Piero  --  le dijo  --  A Michel le dieron una paliza anoche y no hay que ser un genio para…
  • Espera, espera  --  la detuvo él  --  ¿Piensas que yo tengo algo que ver en esto?
  • Estarías siendo injusta si lo hicieses, y si quieres responsabilizar a alguien, pues heme aquí  --  le dijo Luciano y ella lo miró con desconfianza, y la expresión de incredulidad de Giulio no colaboró en nada para que ella le creyese
  • Estás mintiendo, dirías cualquier cosa para salvarle el cuello a Giulio
  • No, no lo estoy haciendo
  • Sí, sí lo estás haciendo  --  se dejó escuchar otra voz




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