Destino de Sangre (libro 10. Nueva Generación)

Cap. 19 La familia crece

 

Punta Dorada, diciembre 2011

Giulio y Damila habían dispuesto todo para volar a El Valle una vez que saliesen del compromiso en el complejo, pero esa mañana a primera hora, Angelo había llamado y le había comunicado a Giulio el fallecimiento de Beatriz, y como ellos tenían pensado regresar de inmediato, eso dejaba sin efecto el viaje de los chicos. Con las cosas así, y aunque se sintieron apenados por el niño, marcharon junto con Nino hacia el complejo.

El acto inaugural de la nueva etapa estaba pautado para las 10 de la mañana, y aunque Giulio solía demorarse para todo, en cuestiones de trabajo era sumamente puntual, de manera que comenzaron justo a la hora prevista. Como Giulio no podía hacer apariciones públicas siendo él, quien representaba oficialmente al Consorcio era Nino, de manera que el discurso inaugural estuvo a su cargo. Después de eso hicieron el recorrido por las nuevas instalaciones en compañía de los invitados especiales, y luego asistieron al almuerzo. Una vez concluido éste, había una pequeña recepción, aunque Damila habría podido calificarla de cualquier forma menos de pequeña, o al menos no desde  el punto de vista de la cantidad de personas asistentes. A Damila no le gustaban aquella clase de cosas, pero hizo su mejor esfuerzo, y aunque no habló mucho, sí prestó atención a lo que los demás decían. Con lo que le costó un poco más lidiar, fue con el descarado coqueteo de las mujeres, y o bien ella se había vuelto repentinamente invisible, o eso no les importaba mucho. Sin embargo, Giulio no la dejó sola en ningún momento y prestó escasa atención a las que pretendían llamar la suya, y aunque hubo una especialmente insistente, salió muy mal parada.

  • ¿Me permites, querida?  --  le dijo a Damila en un momento que Giulio se había girado para escuchar a Nino, pero dejó eso en forma inmediata
  • ¿Qué es exactamente lo que debería permitirle?  --  preguntó él sujetando el brazo de Damila
  • Solo quería conversar un  momento contigo, querido
  • Usted dirá
  • No es necesaria tanta formalidad  --  dijo ella  --  ¿Podrías acompañarme? No creo que tu hermana no pueda quedarse un momento con…
  • En primer lugar  --  la interrumpió él en tono acerado  --  si lo que desea hablar está relacionado con el complejo, el señor Genovesse es el más adecuado para ello, y en segundo, la señorita no es mi hermana, es mi prometida, de modo que no tengo intenciones de dejarla con nadie

Fue evidente la sorpresa y la incredulidad de la mujer, pero se disculpó y se marchó.

  • Creo que acabas de perder a una amiga, G
  • No es mi amiga  --  dijo él con disgusto

Como Fredo estaba al tanto de la hora a la que había despegado Luciano, le avisó a Giulio cuando estaban a punto de llegar, de modo que se despidieron y se marcharon, llegando a Aravera con tiempo apenas suficiente para cambiarse de ropa y de hecho Damila aun no terminaba cuando entró Francesca en carrera a avisarle que estaban llegando, de modo que bajaron a todo correr solo unos minutos antes de que entrasen a la casa.

Apenas Gianni había entrado, lo primero que llamó su atención fueron las pinturas, de manera que venía haciéndole preguntas a Kelly acerca de las mismas, pero se detuvo con brusquedad al escuchar las voces.

  • Bienvenido a casa, Gianni  --  dijeron todos

El chico los miraba con los ojos muy abiertos, y la primera conclusión a la que llegó, era que él no se parecía a ninguno de los miembros de su familia. Sin embargo, hizo eso a un lado y una vez que su mirada se había paseado por todos a una velocidad increíble, soltó la mano de Kelly y dio un paso al frente.

  • ¿Mila?  --  preguntó con cierta vacilación, pues allí estaba también Francesca y él se sintió inseguro
  • Aquí  --  dijo Damila

En ese momento Gianni sonrió con amplitud y corrió hacia ella que se arrodilló para recibirlo en brazos. Después de eso el chico se separó y sujetó el rostro de Damila con ambas manos.

  • Aunque te veías muy bonita en el recital, lo eres mucho más en persona
  • Óyeme jovencito, eso…
  • ¡G!  --  lo interrumpió Damila
  • ¿G?  -- preguntó Gianni, pero enseguida pareció caer en cuenta  --  ¡Giulio!  --  exclamó y caminó hacia él

Si bien todos estaban ansiosos por conocer al chico, Giulio lo estaba quizá mucho más, pues aquel era el hijo de uno de sus hermanos, de modo que estiró los brazos y lo alzó.

  • Bienvenido a casa, bambino  --  dijo muy emocionado
  • Tenía muchas ganas de conocerte  --  dijo Gianni y luego agregó  --  bueno a todos, pero…
  • Entendemos  --  dijo Nino sacando al niño de la repentina incomodidad
  • ¿Y tú eres…Luigi, Nino o...?
  • Nino  -- le contestó él con una sonrisa
  • Me alegra conocerte, primo
  • También a mí  --  le dijo y luego el chico miró hacia el grupo, llevándole muy poco tiempo identificar a Luigi y caminó hacia él
  • También quería conocerte a ti, mi tía dijo que eres arquitecto y yo quiero serlo también  --  le dijo mientras estrechaba su mano, ya que Luigi no era especialmente dado a las expresiones afecto




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.