Destino de Sangre (libro 11. Sicaria)

Cap. 32 Viaje

 

Punta Dorada, febrero 2013

Aunque Luciano ni siquiera había podido concretar su planteamiento ante Ángelo, él siguió adelante con sus planes y encargó a Danila la primera y más importante parte de los mismos, es decir, ocuparse de la psiquis de Aleksandra, y como él le dijo que se podía lograr lo que aspiraba, dio su consentimiento para proseguir.

El otro prisionero moriría finalmente casi un mes después de su reclusión, y luego de haber sufrido la más espantosa agonía.

JC por su parte seguía encerrado en una celda, y Luciano se complacía en pasar a diario única y exclusivamente para decirle que su hija seguía en peligro por su culpa, mientras que Dante se ocupaba de hacerle la vida miserable contándole las mil un formas en las que Damila podía ser asesinada, así como le había informado también, que él permanecería encerrado tanto tiempo como les llevase erradicar el peligro, y no porque fuese su vida la que corría el mencionado peligro y de hecho pensaban que no existía ninguno para él, y menos después de la muerte de Yánez, sino porque opinaban que era el justo castigo a su máxima estupidez.

El patrón según el que operaba el grupo de sicarios había quedado establecido con prontitud. En primer término había quedado claro que el intervalo de tiempo entre un intento y otro, iba de ocho a diez días, aunque no por eso se descuidaban durante el período intermedio. El segundo asunto que tenían claro casi desde el inicio, era que se trataba de francotiradores, razón por la cual el caso del que intentó atacar a Damila en la universidad, no volvió a repetirse. Esto fue confirmado por Danila y de acuerdo a las primeras sesiones con Aleksandra, pues la chica le había revelado que los entrenaban para despachar a sus objetivos a distancia, aunque esto no convencía mucho a Luciano y a Dante, porque de ser así, no se habría dado el caso del asesino de la universidad, y sostenían que posiblemente había de todo en aquel grupo, de modo que la orden de evitar adiciones al grupo habitual que podía acercarse a Damila, seguía vigente.

A pesar de que finalmente Francisco Javier le había dado la buena noticia del embarazo de su esposa a su madre, también le dijo que estaba al tanto de lo que sucedía con Damila, de manera que no le parecía que ella se trasladase hasta donde ellos se encontraban y que era mejor que esperasen a que el bebé naciera. Esto le supuso otro motivo de tristeza a Kelly, porque si bien le alegraba la noticia, el no poder ir a verlos, y aunque su hijo le había dicho que Fernanda estaba bien, la entristecía lo mismo.

Durante la primera semana de febrero, Ángelo daría una noticia que tampoco contribuiría en lo más mínimo a la tranquilidad de Kelly, pues anunció que debía viajar a El Valle. Esto obedecía a una reunión obligatoria de la Organización que él presidía, y que estaba muy retrasada, de manera que los otros miembros de la misma comenzaban a ponerse nerviosos y a dar más problemas de los habituales.

Luciano se ocupó de organizarlo todo tanto para la llegada y estadía de Ángelo, Albano y Nino en El Valle, como la seguridad de los que quedaban en Punta Dorada.

  • Speedy queda  cargo de las operaciones aquí – dijo en la reunión que sostuvo con su equipo – IP y Browser se trasladan en forma definitiva al centro de control de la mansión con enlace permanente a esta estación. Ícaro está a cargo del comando de las operaciones aéreas, y Hellish es el segundo al mando
  • Entendido – dijeron todos

Entre tanto y esa misma noche, después que todos subieron a sus habitaciones, Giulio se presentó en la de Nino.

  • ¿Bambino, sucede algo? – le preguntó Nino asomando la cabeza por la puerta del vestier
  • No, solo quería hablar un momento contigo

Nino juntó las cejas, pero suspendiendo el proceso de desvestirse, salió y le hizo señas a su primo para que tomase asiento.

  • Te escucho
  • ¿Sabes a lo que vas, no?
  • Pues claro, a una reunión de la Organización – contestó él
  • No, no es simplemente una reunión, porque en la misma, tío Ángelo anunciará que eres el nuevo Don de la familia, y sabes lo que eso significa ¿no?

Ciertamente Nino lo sabía, aunque tenía la impresión de que sus parientes pensaban que no era así, ya que el día anterior había sostenido una larga y tediosa charla con su padre. Esa mañana quienes se habían presentado de lo más inconvenientemente en su oficina, habían sido los gemelos, y a su modo habían intentado hacerlo entender la importancia de la posición que iba a ocupar ahora, y también le aseguraron que ellos no iban a permitir que nadie fastidiase a su fratellino.[1] Poco antes de la cena y cuando él volvía a casa, quien lo había detenido había sido Luigi, y como ya Nino se imagina con qué intención, se había sorprendido mucho, porque Luigi nunca había sido del tipo protector, o al menos no con él desde que se habían peleado siendo niños. En el caso de Luigi, le hizo más o menos las mismas advertencias, aunque con sus lindas maneras de siempre. De modo  que,  aunque Nino se preparó para escuchar de Giulio la misma clase de discurso que llevaba dos días escuchando, primero le aseguró que tenía claro el asunto.

  • Sí bambino, sé lo que significa – le dijo e intentando adoptar un tono alegre agregó – Más reuniones aburridas y…
  • Cierra la boca, Giovacchino – lo interrumpió Giulio – esto es serio – se removió con cierta incomodidad en su asiento y encendió un cigarrillo – Sé que no  fuimos los primos más unidos de la historia, sé que cuando éramos niños me porté como un auténtico imbécil fastidiándote y diciéndote que tío Ángelo era más mío que tuyo, sé que no tenías motivos para profesarme afecto y yo contribuí de forma inmejorable para que así fuese. Sin embargo, desde que viniste a Punta Dorada y en el tiempo que llevamos trabajando juntos, he podido darme cuenta de lo necio que fui y del tiempo que perdí intentando anularte a los ojos de tío Ángelo, y que si no hubiese sido así, habría podido disfrutar de la compañía y el afecto de quien tenía el derecho a recibirlos de mí – hizo una pausa, pero aunque Nino hubiese sabido qué decir y no sabía, estaba tan sorprendido que solo lo miraba con los ojos muy abiertos – Lo lamento, Nino, lamento no haber sido quien y como debí ser contigo, y aunque lo que voy a decir no justifica mi comportamiento, creo que era así, porque de cierta manera envidiaba lo que tú tenías y a mí me faltaba. Tú tenías unos padres que te amaban y unos hermanos que, aunque peleabas con ellos, también te amaban y te aman, mientras que mis padres nunca se ocuparon de mí y mis hermanos de lo que se ocuparon fue de hacerme la vida miserable, y aunque tenía a Fredo y a Luciano, que sabes que han sido más hermanos que los míos, yo sabía que no lo eran y encontraba muy injusto que como dije, tú tuvieses lo que yo no podía tener. Por otra parte, creyendo como creíamos que tío Ángelo era un Genovesse, y aunque eso también era un enorme absurdo, porque el tiempo ha demostrado que el amor no es una cuestión de apellidos, en ese entonces y en el fondo, pensaba que tú tenías más derechos a su amor que yo y tenía miedo de perderlo. No obstante, tú te has encargado de demostrarme el enorme error en el que viví siempre, y  a pesar de mi necedad, te has portado conmigo como yo nunca lo hice contigo, de modo que hoy por hoy, no solo te amo como siempre debí hacerlo, sino que te estoy enormemente agradecido por la forma en que cuidaste de Mila en mi ausencia y por haber continuado trabajando en mi sueño, aunque me creías muerto. Por todo lo anterior, y aunque sé que estás perfectamente capacitado para hacer frente a esta nueva responsabilidad, quiero que sepas que no estoy dispuesto a perderte, y que si tengo que golpearte para que cuides de ti mismo, o si tengo que contratar a un ejército para que lo haga, lo haré para asegurarme que mi hermano sigue y seguirá conmigo.




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