Destino de Sangre (libro 12. La Boda)

Cap. 6 Zafiro

 

Punta Dorada, julio 2013

Todo estaba listo para la inauguración del centro comercial Zafiro, y aunque Gino Lorenzetti había hecho un magnífico trabajo en combinación con el servicio de seguridad del centro comercial, en cuanto Luciano llegó y después de revisar los reportes, marchó con su equipo a hacer la inspección general. Dante y Astor ya lo habían hecho y pensaron que la preocupación de Luciano por la seguridad de la familia rayaba en la obsesión, pero se abstuvieron de hacer comentarios que como mínimo serían ignorados si tenían suerte, y si no la tenían, les reportaría una visita al servicio médico. Luciano revisó centímetro a centímetro desde los sótanos de estacionamiento hasta la punta de la altísima cúpula de la plazoleta central, sitio éste al que prestó la máxima atención, pues desde allí podía verse con claridad el entarimado desde donde Nino haría el discurso inaugural.

  • ¿Qué? – preguntó Astor desde su incómoda posición

La pregunta obedecía a que Dante estaba riendo al verlo, pues sabía que no le gustaba ni dónde ni como estaba, ya que Luciano se había empeñado en subir y no de forma tradicional, de modo que se hallaban en precario equilibrio.

  • No me gusta – dijo Luciano más para sí mismo que dirigiéndose a sus compañeros
  • Créeme que a mí me gusta menos – dijo Astor y evidentemente no hablaban de lo mismo
  • Ya sabía yo que no te gustaría, pero no te preocupes, Lucky, va a estar cubierto – le dijo Dante

Luciano se imagino con facilidad que sería el mismo Dante quien se ocuparía de cubrir aquella zona, porque todos sabían que le encantaba estar colgado en lugares peligrosos.

Entre tanto en la mansión, habían tenido otro día agitado, pues Damila y Francesca finalizaron sus ensayos de ese día muy tarde y llegaron en carrera apenas con tiempo de comer algo y subir a prepararse. No obstante, Francesca que solía ser más rápida que Damila y sabiendo el humor del que estaría la chica, decidió irse a la habitación de Sara.

  • ¿Se puede? – preguntó
  • Claro mujer, sigue – le contestó Sara que terminaba de maquillarse
  • Guaooo – dijo Francesca mirando el maletín de maquillaje de la chica – ¿En verdad utilizas todo eso? – preguntó y Sara rio
  • No todo al mismo tiempo, pero sí – le contestó y luego se puso de pie – Ven, déjame arreglarte un poco

Aunque ya Francesca llevaba mucho tiempo compartiendo con aquellas personas, había ciertas cosas que debido a su formación, aun se le hacían muy violentas.

  • No, no – dijo levantando las manos – no es necesario que te molestes y solo…
  • No digas tonterías, Francis – dijo Sara empujándola para que se sentase

A continuación procedió a maquillarla y a peinarla, y cuando finalizó que le dio vuelta a la silla, Francesca ahogó una exclamación, pues casi no se reconocía a sí misma y fue justamente lo que dijo.

  • No… no parezco yo
  • No exageres, además, recuerda que los chicos son visuales, de manera que si queremos que el guapo  señor Ivanov se fije en cierta señorita, no está de más darle una pequeña ayuda – le dijo guiñándole un ojo

Francesca abrió los suyos al máximo, y luego pensó con abatimiento, que estaba en muchos problemas si ya todos comenzaban a notar su problema.

Damila había terminado de arreglarse y había bajado, pero solo estaban los niños y algunos Rossi, de modo que fue a sentarse y un momento después se le acercó Marcelino.

  • ¿Te sientes bien, Mila? – le preguntó

Como Damila no contestó, Marcelino se preocupó y estiró un brazo colocando la mano en su frente con lo que Damila se sobresaltó.

  • ¿Qué…?
  • Tranquila – dijo él – solo me aseguraba…
  • ¡Rossi! – exclamó Giulio y la mayoría de los presentes que lo eran, voltearon a verlo con sorpresa

Enrico y Aurelio reaccionaron más rápido que el aludido, y sujetándolo por los brazos lo alejaron a toda velocidad de Damila y antes de que Giulio lo alcanzase. Aurelia que era la otra chica presente, a quien miró con aprensión fue a Damila, pues siendo que ya la conocían, estaba segura que iba a lanzarse en una furiosa diatriba en contra del bambino, y aunque también se habían habituado a ello, no les resultaba menos incómodo. Sin embargo, extrañamente aquello no sucedió, y cuando Giulio llegó hasta la chica, ella se limitó a mirarlo y hacerle señas para que sentase a su lado. Era posible que a Giulio también le extrañase la ausencia de palabras, pero obedeció.

  • G, estaba pensando en algo – comenzó ella
  • ¿Y es?
  • Bueno, todo el mundo piensa que estás muerto, de modo que… ¿Con quién voy a casarme? ¿Con Giulio Del Piero o con Gianmarco Del Prete? ¿Qué va a decir mi certificado de matrimonio? ¿Cómo…?
  • Espera, espera – la detuvo Giulio
  • Es que no había pensado en ello y…
  • Y no tienes por qué preocuparte, bebé – la interrumpió de nuevo – Lógicamente vas a casarte conmigo y sabemos quién soy
  • Sí claro, pero habrá algunas personas allí y…
  • Escucha, el matrimonio civil será absolutamente privado, y los únicos asistentes serán los miembros de la familia y aquellos que están al tanto de todo como tus amigos. Y lo mismo sucederá con la ceremonia eclesiástica.
  • No, no es cierto, porque entiendo que han invitado a algunas otras personas que no son familia ni mis amigos exclusivamente
  • No bebé, a esas otras personas no se les permitirá estar allí – dijo él  y ella lo miró con exasperación
  • Vamos  G ¿Quién invita a alguien a una boda y no le permite asistir a ella?
  • Nuestros invitados asistirán solo a la recepción
  • Eso es… absurdo, por no mencionar la poca amabilidad del asunto
  • Créeme bebé, todo está arreglado y no tienes nada de qué preocuparte – le dijo, pero Damila era terca e insistió, así que Giulio aclaró – Hace poco se efectuó la boda de Nino, de modo que partiendo de allí, se les participó a los invitados a la nuestra que debido a lo numeroso de nuestros parientes, algo que pudieron comprobar en esa oportunidad, y siendo que la iglesia no es muy grande, ellos podrán ver la ceremonia cómodamente desde unas pantallas que se colocarán en el salón de la recepción para evitar la aglomeración, pero solo eso, ver – puntualizó – porque en el momento en el que se mencione mi nombre, habrá una falla en el audio ¿comprendes?




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