Destino de Sangre (libro 12. La Boda)

Cap. 9 ¿Noche mágica?

 

Punta Dorada, julio 2013

Damila se puso de pie después de hacer una graciosa reverencia, Vladislav besó su mano, y mientras el público seguía aplaudiendo, ella caminó hacia un lado del escenario para recibir al director de la orquesta y caminaron de vuelta al centro. Una vez que éste agradeció los aplausos, les hizo señas a los músicos y estos se pusieron de pie mientras también eran ovacionados por el público. El director se retiró y trajeron las flores para Damila y la tradicional botella de champagne para Vladislav, después de lo cual el telón cayó en forma definitiva.

  • Estuviste maravillosa, Mila – le dijo Vladislav
  • Gracias Slava, tú también – le contestó mientras se abrazaban

Caminaron de prisa hacia los camerinos y en esta ocasión Kelly dejó que fuesen Iván y Giulio los que pasasen, en tanto que ella se iba con el resto de la familia a esperar a los chicos en el hall. Aurelia a quien el BA que la acompañaba, había hecho pasar con extraordinaria rapidez, llegó incluso primero que Damila, ya que esta se había detenido un poco mientras sus compañeras y Gianpaolo la felicitaban.

  • Bien hecho, Montiel
  • ¿Debo suponer que eso es algo así como felicitaciones?
  • Aja – contestó él y ella rio entrando al camerino y lanzándole la puerta en la cara

Aurelia aun estaba felicitando a Damila cuando entraron Iván y Giulio, pero Iván fue más veloz y fue el primero en alcanzarla.

  • ¡Felicitaciones, Mila! – exclamó mientras le daba vueltas – Eso estuvo… fabuloso
  • Gracias – dijo ella muy contenta
  • A un lado, Iván Damilo – dijo Giulio con exasperación y los hermanos rieron
  • Felicitaciones, principessa, estuviste hermosa, y aunque per me, siempre serás mi Hada de azúcar, fue un trabajo excepcional – le dijo y finalizó rozando sus labios
  • Gracias G, por esas palabras y por las rosas – le dijo ella recordando el regalo - ¿Te costó mucho encontrar un vivero que las tintara?
  • No, porque no es tintada, es una rosa negra natural – aclaró y ella abrió mucho los ojos
  • ¡Mentira! – exclamó y corrió hacia la caja

Aunque la miró y la remiró, no tenía modo de saber si lo que le estaba diciendo era cierto, pero solo ella habría podido dudarlo, porque quien conociese bien a aquel individuo, sabría que no era de la clase que adquiriese imitaciones de ninguna especie.

Aurelia los corrió con tanta delicadeza como pudo, diciendo que Damila tenía que cambiarse, y aunque ninguno de los dos veía en aquello un motivo válido para marcharse, terminaron por hacerlo. Unos veinte minutos después, Gianpaolo los conducía por el pasillo que al menos Vladislav y Damila ya conocían y salieron al hall. De más está decir que el escándalo que se armó fue épico, ya que estando todos los chicos grandes y pequeños allí, no habría sido juicioso esperar otra cosa.

  • Mila, Rothbart malo é ho voluto golpearlo – dijo Federico cuando logró hacerse escuchar
  • No debes golpear a nadie, Fede
  • Slava lo hizo – insistió el niño
  • Bueno sí, pero mejor olvidamos eso ¿bueno?
  • Va bene

Después de eso y una vez que todos habían felicitado a Damila, pudieron hacerlo Kelly y Ángelo.

  • ¿Acaso no les gustó? – preguntó ella debido a que eran los últimos
  • Por supuesto que sí, pero éstos… individuos no dejaban que nos acercásemos – se excusó Ángelo mientras la abrazaba y ella reía

Damila estaba muy feliz, pero en cuanto estuvo en brazos de su madre ambas comenzaron a llorar, y aunque eran lágrimas de felicidad, tanto Ángelo como Giulio se sintieron muy incómodos.

El padre de Vladislav también se acercó a felicitar a Damila y luego comenzaron a caminar hacia la puerta.

  • A3 a equipo, preparen la salida – ordenó Piero

Aquella habría podido ser la parte más difícil, porque ellos sabían la inconveniencia de permanecer varados en una larga fila de coches, pero eso ya estaba resuelto debido a que no saldrían por donde lo hacían todos, de modo que en cuanto abordaron los vehículos, éstos se pusieron en marcha hacia Alfredo’s.

Como de costumbre, Alfredo los recibió con su cortesía de siempre y un enorme ramo para Damila, pero además de ello, aquel individuo en verdad sabía como agradar a su clientela, porque el salón estaba decorado con detalles alusivos a la obra que Damila acababa de bailar, y tanto en la pared del fondo como en la entrada al salón, había un par de enormes afiches de Vladislav y ella.

En esta ocasión los invitados a aquella cena eran más, debido a que también asistirían algunos de los músicos compañeros de Francesca, algo que por cierto la había sorprendido y emocionado hasta las lágrimas, y de hecho el día que Ángelo la había llamado a su despacho para comunicárselo y después de agradecérselo en forma exagerada, había salido de allí hecha un mar de lágrimas sobresaltando a Kelly.

  • ¿Francesca?- la había detenido ella - ¿Qué sucede? ¿Acaso Ángelo…?
  • Estoy bien – la interrumpió ella y luego procedió a contarle
  • Te lo dije ¿recuerdas? Te dije que tal vez no era muy simpático, pero aparte de querer a todos los miembros de tu familia por serlo, pronto tú te ganarías su afecto en forma personal




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