Destino de Sangre (libro 12. La Boda)

Cap. 25 Extrañas felicitaciones

 

Punta Dorada, julio 2013

Aunque lo usual era que los novios partiesen en primer lugar y mucho después comenzasen a marcharse los demás, dadas las especiales circunstancias ya todos los vehículos que trasladarían a la familia estaban perfectamente alineados y a la espera, así que una vez que Luciano recibió el reporte del AA y la verificación de posiciones, dio su consentimiento para que comenzasen a abordar los vehículos.

  • Vamos Racer – escucharon los GA que decía Dante – es una inmejorable oportunidad para que exhibas tus habilidades
  • ¿Qué culpa tienen los pobres bichos de que alguien haya tenido el poco juicio de atarse neciamente en matrimonio? – preguntó Astor

No obstante, Dante siguió dando la lata para que Astor disparase a las palomas y varios de sus compañeros se unieron a él haciendo groseras apuestas en cuanto al número al que Astor podría despachar.

  • Atención equipo – dijo Luciano y todos los bromistas guardaron silencio – Alfa 1 abandonen posición actual. Escolta especial iniciando en cinco.
  • Copiado – contestaron todos

En principio, la limosina blanca donde irían los novios y aparte de la escolta habitual, llevaría dos agentes en motocicleta, posiciones estas que les habían sido asignadas a dos BA, pero a última hora Fabiano había pedido ser uno de ellos y Luciano aceptó el asunto asignando además a Gino Lorenzzeti como el compañero, y aunque Gino ya llevaba varios años trabajando casi exclusivamente como jefe seguridad en el Consorcio de Punta Dorada, estaba especialmente contento con aquella asignación, porque sentía la misma pasión que Biano por las motos y en cualquier circunstancia lo encontraba mucho más satisfactorio que ir encerrado en un auto.

Poco antes de que Biano se encaminase hacia su puesto, fue detenido por Gianni.

  • ¿A dónde se supone que vas? – le preguntó
  • Trabajo, compañero – le contestó él
  • Espera, espera – lo detuvo de nuevo – ¿No se supone que estás de permiso?
  • Verás, es que a Lucky no le gusta vernos ociosos y siempre se las arregla para fastidiarnos hasta nuestros días libres, porque eso le divierte – dijo con desparpajo

Luciano que naturalmente estaba escuchando, no le prestó atención al mentiroso aquel, mientras que el resto de sus compañeros sí y comenzaron las bromas. No obstante, no tuvieron mucha ocasión para ello, o al menos no para hacérselas a Luciano que era hacia quien Dante y Paulo habían dirigido su artillería llamándolo entre otras cosas esclavista.

  • Estás mintiendo, Cray, y lo haces mal, además – dijo Gianni

Aquello sorprendió a la casi totalidad de los que escuchaban, porque si bien entre ellos había excelentes mentirosos y de hecho eran entrenados para mentir en diversas circunstancias, si había algo que hacía extraordinariamente bien aquel individuo y que precía una habilidad innata, era justamente mentir, y no solo mentía su boca, sino que todo su lenguaje corporal lo hacía del mismo modo, lo que habría hecho de Biano un talentoso actor si hubiese sentido alguna inclinación por el teatro.

  • ¡De ningún modo! – exclamó él – En verdad tengo trabajo, formo parte de la escolta del bambino – aclaró
  • Eso puede ser cierto, pero estás mintiendo con relación a Luciano, porque cuando él hace algo, no lo hace por diversión, sino porque tiene una excelente razón para hacerlo – dijo el niño en tono helado, pues lo que Biano no sabía, era que Gianni podía pelearse con todos los miembros del equipo de seguridad y al mismo tiempo, pero defendía a Luciano a sangre y fuego

Pero obviando lo anterior, ahora fue el turno de Fabiano de rememorar no su infancia como había hecho Giulio, sino su adolescencia.

En una oportunidad y siguiendo su desquiciada costumbre de fastidiar a Giulio, había intentado enemistarlo con Luciano, pues en su opinión, tanto sus tíos como su abuelo estaban siendo muy necios al permitir que el bambino se relacionase con un Di Castello, porque independientemente de la edad de éste, por fuerza tenía que ser la misma clase de escoria que sus parientes; y por otra parte, simplemente a él parecía molestarle mucho cualquier cosa que hiciese feliz a su hermano y se las arreglaba para desbaratársela.

  • Giulio – dijo entrando una noche a su habitación
  • Cosa vuoi? – había preguntado Giulio apresurándose a proteger el nuevo Ferrari a escala que le había llevado Ángelo
  • Hay algo importante que debo decirte con relación al chico Di Castello – pero como Giulio no había dicho nada él prosiguió – Estás muy pequeño aun y hay cosas que no sabes, y si el nonno no considera apropiado decírtelas, naturalmente yo no voy a hacerlo, pero sí considero mi deber advertirte que debes alejarte de ese niño
  • Perché?
  • Porque es peligroso
  • Non mi stai dicendo niente con esso [1] – le dijo y luego agregó con una sonrisa maligna – Poi, devo scappare da te? Perche sei pericoloso [2]
  • Pero yo soy tu hermano, y a diferencia de ese tal, yo no te haría daño – le había dicho, aunque estaba consciente que eso no era del todo cierto y posiblemente Giulio también – Escucha bambino, no debería decirte esto, pero los Di Castello son unos criminales y ese chico no puede ser muy diferente




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