Guadalupe, julio 2013
Como el grupo de los AA se había incrementado mucho, ya Luciano no tomaba la nomenclatura de Paolo como al principio, sino que la suya había cambiado a Alfa Líder o AL y era como lo llamaban casi todos tanto si estaba en el aire como en tierra firme.
Cuando la formación de naves se aproximaba a la isla, Luciano se comunicó de nuevo con Bianco.
Aunque iban en naves furtivas, Luciano prefirió no arriesgarse y jugar a lo seguro, pero no tuvieron que esperar mucho más.
Esto obedecía a que Gianluca y Romeo tenían mucha experiencia en vuelo acrobático, y aunque Emiliano tenía menos, también era muy bueno en aquello y era indispensable, que suponiendo que el enemigo contase con las naves para atacarlos, hubiese un grupo que se encargase de desviarlos.
En este caso la decisión era, porque Giorgio, Evander y Damián eran extremadamente certeros desde el aire y todos sabían que no podían darse el lujo de permitir que aquellos desgraciados se llevasen a Damila a otro lugar.
Los dos primeros eran probados locos que le harían la vida miserable a cualquiera que decidiesen marcar, y Adriano era un poco menos alborotador que ellos, pero no menos desquiciado.
Martino Cazzola era el copiloto de Valentino, pero casi había pasado a ser el piloto titular como sucedía con Adriano, debido a que tanto Valentino como Silvano pasaban mucho tiempo fuera, bien fuese trabajando con Luciano o con el AF. El asunto era que el muchachito aquel era una copia casi exacta de Valentino e igualmente efectivo, de modo que a nadie extrañó que aquella continuase siendo la nave líder una vez que Luciano la hubiese abandonado. Sin embargo, Luciano consideró prudente darle la orden que le había dado, debido a que el niño solía tener ideas brillantes que competían casi con ventaja con las del mismo Luciano, y aunque podían dar buenos resultados, en aquel momento necesitaba una coordinación perfecta, ya que al menos a la hora de la extracción y no sabiendo en qué condiciones estarían después de la escaramuza que les esperaba, era sumamente necesario que los encargados de sacarlos de allí estuviesen en donde se suponía debían estar. Lo único que tranquilizaba a Luciano en aquel aspecto, era que Martino solía maniobrar de forma muy veloz llegando con prontitud a donde quiera que se lo requiriese, aunque con mucho escándalo casi siempre, y era lo le había valido su nombre clave.
Una vez que Luciano había recibido la ratificación de todas las posiciones, le pasó los controles de la nave a Martino y abandonó la cabina. Apenas asomó la cabeza al otro lado, Giulio clavó sus ojos en él, sin embargo, Luciano comenzó a colocarse su equipo para saltar mientras informaba a sus compañeros.
Luciano asintió y miró a Biano quien negó con la cabeza, de modo que se giró, abrió un panel metiendo la mano en él y girándose de nuevo le extendió un arma a Giulio.
Siendo que los integrantes de aquel grupo y en su mayoría, no superaban los veintiocho años, generalmente alborotaban mucho aun cuando se encontrasen a punto de entrar en combate, sin embargo en aquella ocasión se respiraba un tenso silencio, no solo por la presencia de Giulio, sino porque casi todos conocían a Damila y estaban realmente preocupados.