Destino de Sangre (libro 12. La Boda)

Cap. 56 Recuperaciones

 

Punta Dorada, agosto 2013

Silvano terminaba de tomarse el café que le había llevado Paulo cuando le avisaron que Gianpaolo estaba despierto, de manera que corrió hacia donde estaba.

  • ¡Ícaro! – exclamó el chico al verlo – ¡Déjame en paz hijo de…!
  • Calma compañero – dijo Silvano

Esto estuvo acompañado de una seña al médico para que se apartase, algo que él susodicho estuvo muy contento de hacer.

  • Ícaro, Montiel…
  • Ella está bien – lo interrumpió
  • Pero esos mal nacidos se la…
  • ¡Pool! – dijo un poco más alto – Si no te callas voy a ponerte a dormir de nuevo
  • Tendría que pasarse toda la vida dormido – escuchó que decía Lisandro

Silvano no le prestó atención y una vez que consiguió que Gianpaolo se tranquilizase un poco, comenzó su relato. No le resultó tampoco tan sencillo, porque en medio del mismo y cuando llegó a la parte en la que le decía que Damila había resultado herida, el chico intentó incorporarse y empezó a vociferar lo que a todos les parecieron incoherencias a pesar de que entendían perfectamente el idioma en el que estaba hablando. A Silvano le tomó otro buen tiempo calmarlo de nuevo para poder concluir su relato.

  • De manera, que gracias a ti logramos seguirle la pista y llegar a tiempo, compañero

Gianpaolo cerró los ojos recordando el día que Giulio le había pedido colocar el dispositivo de escucha en el anillo de Damila y lo muy indignado que él se había sentido en ese momento, pero por otra parte se alegró de haber incorporado también el rastreador.

  • Pool – dijo Silvano pensando que se había quedado dormido
  • ¿Cómo me fue? – preguntó el chico haciendo pensar a los que escuchaban, que por allí debió comenzar
  • No tan mal teniendo en cuenta las circunstancias
  • ¿Qué significa eso? ¿Perdí algo importante?
  • No, pero tendrás que pasar un tiempo en cama
  • Define un tiempo
  • Yo diría que uno o dos meses
  • ¡¿Qué?! ¿Por qué?
  • Verás, los que nos atacaron sabían que llevábamos chalecos blindados, de manera que atacaron nuestras cabezas o nuestras piernas, de modo que considérate afortunado porque en tu caso fueron las piernas
  • ¿Afortunado?
  • Vamos hombre, si se hubiese tratado de tu cabeza no estaríamos teniendo esta conversación
  • Y créeme que habría sido mejor, porque Montiel querrá quitármela ella misma

Tanto Silvano como los que escuchaban, rieron y pensaron que Gianpaolo tenía mucha razón al menos en lo último.

Dinka y Khabir acababan de abandonar sus habitaciones y ambos reían por lo que le estaban escuchando a Gianpaolo, pero dejaron de hacerlo al encontrarse con Melisa ya que no se suponía que ella estuviese en aquella área que era de uso exclusivo de los agentes.

  • Señorita Velázquez, no debería estar aquí – dijo Dinka haciendo que ella se girase sobresaltada
  • ¿No? Bueno… lo siento, pero es que este lugar es enorme y no hay letreros ¿saben? Así que es fácil perderse

Dinka se limitó a señalarle el camino y abandonaron el lugar. Una vez fuera, se detuvieron.

  • ¿Hacia dónde se dirigía?
  • A ver a Mila, claro – dijo ella y el GA elevó una ceja
  • ¿A esta hora? – preguntó ya que eran poco más de las cuatro de la mañana
  • Escucha amigo, aquí tampoco hay ventanas, – puntualizó –así que no tengo ni idea de qué hora es
  • Entiendo – dijo él sin señalar que si bien no había ventanas, lo que sí había eran relojes en casi todos los pasillos y suponiendo que ella no tuviese uno –  Pero seguramente la señora Del Piero aún no ha despertado – agregó
  • No quiero ver a Kelly, necio
  • Y no me estoy refiriendo a ella, sino a la otra señora Del Piero
  • ¡Diablos, claro! – exclamó  – Olvidé que ahora ella también es la señora Del Piero – dijo ahogando la risa – Bueno, supongo que tengo que ir a mi habitación ¿no?
  • El siguiente pasillo a la izquierda – le indicó él
  • Gracias Dimitri, o como te llames – dijo ella mientras se alejaba
  • ¿Sabes que está mintiendo, no? – le preguntó Khabir cuando se quedaron solos
  • Seguro, pero como no creo que tuviese intenciones de colocar una carga de C-4 en nuestras habitaciones, tal vez solo estaba aburrida
  • No sé, lo que tal vez deberíamos…
  • Deja de preocuparte Kazajo, porque quizá Hunter lleva razón – les llegó la voz de Dante – Si mal no recuerdo, nuestra mini AG dice que a esta signorina le gusta admirar ciertos paisajes. De manera que tal vez solo quiso distraer su vista con sus anatomías, niños
  • ¡Speedy! – se escucharon algunas voces
  • CC “no” dice eso y me alegra que no te haya escuchado – agregó Silvano
  • En realidad lo lamentablemente trágico es que no lo haya hecho Ícaro, porque de haberse dado ese caso, nuestra amable doncella tal vez nos habría concedido lo que el creador no, suprimiendo de la “anatomía” de este insufrible bufón, un aditamento que nos produce tanto desagrado




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