Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 1 Recuento

 

Punta Dorada, enero 2014

Los últimos cinco meses del año que acababa de finalizar, habían sido una locura, y durante buena parte de los mismos, Ángelo había estado viviendo lo más cercano a un infierno muy parecido al de la época en la que Kelly y Gianni eran pareja.

  • No creo que esa sea la mejor forma de comenzar el año, Ángelo – dijo Enzo
  • Vete a dormir, entrometido – le contestó él

Enzo pensó en agregar algo más, pero sabiendo la inutilidad del asunto, decidió dejarlo en paz, porque después de todo Ángelo no era ningún infante y ciertamente tenía derecho a hacer lo que se le viniese en gana; de modo que abandonó prudentemente el estudio, aunque no se dirigió a su habitación, sino que miró a Piero.

  • Estaré en el salón – le dijo y el chico asintió

El primer Rossi al que Piero había conocido había sido Fredo, y aunque inicialmente pensó que aquel sujeto tenía una enfermiza obsesión por la seguridad del bambino Del Piero, a medida que fue conociendo a los demás miembros de su familia, no solo entendió a Fredo, sino que comenzó a admirar a todos los Rossi, pero en su opinión, su compañero y Enzo, ostentaban una sólida medalla a la paciencia, porque ambos tenían a su cargo a los que sin duda eran los individuos más difíciles de aquella conflictiva familia.

Una vez que Enzo abandonó el estudio, Ángelo dejó la copa sobre el escritorio, recostó la cabeza en el sillón y cerrando los ojos comenzó un repaso de los acontecimientos de la segunda mitad del año.

 

 

 

 

Agosto 2013

En cuanto Damila recibió el permiso para abandonar la unidad médica, se presentó un enorme problema, porque dadas las condiciones mentales de Kelly, ésta no tenía intenciones de volver a Aravera, y aunque Bianco había estado haciendo un maravilloso trabajo convenciéndola de casi todo lo que a juicio de Ángelo – aunque no necesariamente del suyo – era conveniente, no pudo hacer nada en contra de aquella decisión de Kelly.

Luciano que habría sido el otro que habría tenido una oportunidad, decidió que lo mejor por hacer era dejarla en paz y esperar, opinión que por supuesto estaba muy alejada de las intenciones de Ángelo, pero a menos que la llevase a casa a la fuerza, no tenía muchas oportunidades y tuvo que ceder.

Como se dijo en un principio, aquello les supuso todos los problemas del mundo, comenzando por el hecho de que Damila ahora era la esposa de Giulio y tendría que irse con él, lo que implicaba dejar a su madre sola. El otro asunto que se presentaba era que la casa en la que habían vivido pertenecía a JC, así que en realidad Kelly no tenía una vivienda, sin embargo, ella los sorprendería a todos cuando dijo que se iría al departamento de Giancarlo. Aquello estaba fuera de consideración por muchos y muy variados motivos, porque si bien cuando Kelly había ido a ver a Luciano a la UCI, la primera imagen que había acudido a su memoria había sido la de Giancarlo en una situación similar, y por ese mismo camino su posterior fallecimiento, por lo que estaba plenamente consciente de que él ya no estaba, no era de ningún modo conveniente vivir en lugar en el que estaría rodeada de sus recuerdos, algo esto último que Ángelo sabía a nivel inconsciente, pero que Samuel se encargó de poner en palabras médicas. Pero había otras razones y sería Bianco quien se encargaría de hacérselo notar a Kelly.

  • Escucha, puedo entender que no quieras vivir con tu esposo – puntualizó arriesgándose a una de aquellas miradas de las que todos huían salvo Luciano y él – porque aún no recuerdas algunas cosas, pero debes pensar en los niños. ¿Cómo crees que va a sentirse Gianni, Federico, Giovanna e incluso los niños Rossi? – le preguntó

En su prisa por huir de Ángelo, Kelly se había olvidado de ellos y ahora al escuchar a Bianco, comenzó a sentirse miserable, pues aparte de que ya tanto Bianco como Damila, le habían hablado mucho de los niños, y al verlos, ella si bien no los había recordado a todos, sí a Gianni y a Federico.

Finalmente, y como esto había sucedido unos días antes de que Damila pudiese abandonar la unidad, fue Alessandro quien proporcionó la solución sugiriéndole a Ángelo trasladarse a Monte Alto por “unos días” y de convencerlo de ello, y así fue como el asunto quedó resuelto al menos en un primer momento.

Como Ángelo se había asegurado de que Damila no fuese dada de alta hasta que no estuviese absolutamente recuperada, ya que no confiaba para nada en los instintos de su sobrino, Giulio estaba jubiloso el día que salieron de allí, pues Ángelo no andaba muy desencaminado y el bambino en verdad moría no solo por comenzar su vida de pareja con Damila, sino por partir al viaje de bodas que había planeado con tanto cuidado. Sin embargo, como no podían salir de allí directo a subirse al avión, Giulio tuvo que cambiar un poco sus planes, y lo que pensaba mostrarle a Damila a su regreso del viaje, tuvo que mostrárselo antes de partir.

  • ¿Qué haces, G? – preguntó Damila cuando llegaron al inicio de las escaleras y sin previo aviso él la alzó en brazos
  • Toda mujer debe entrar en brazos de su esposo a su hogar – le dijo mientras subía el corto tramo
  • Bien, pero ya entramos – le dijo ella cuando lo hicieron – Bájame
  • No – dijo él continuando hacia las escaleras que conducían al piso superior
  • ¿Acaso no escuchaste a Emilio?
  • Más de lo que habría querido en realidad – dijo él arrugando la frente




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