Punta Dorada, diciembre 2013
La última mañana del año y cuando Ángelo llegó a Aravera, casi fue derribado por los niños que jugaban en el jardín bajo la atenta aunque inútil vigilancia de los GE, o al menos eso pensaba Ángelo que seguía sosteniendo que tiraban el dinero con aquellos individuos que parecía incapaces de evitar que los niños hiciesen cualquier cantidad de desastres.
Aunque Gianni era un Del Piero tan malcriado y egoísta como cualquiera de ellos, con relación a Federico no se comportaba de aquel modo, lo que había hecho pensar a Ángelo, muy neciamente en opinión de Luciano y Alessandro, que el pequeño Giancarlo no lo quería tanto como el resto de sus sobrinos a los que había visto crecer peleándose por su atención. Lo que Ángelo no sabía, era que Gianni y si bien no era muy diferente a sus parientes, poseía inteligencia emocional y había llegado a la conclusión de que Federico necesitaba más atención que él, pues el niño no tenía un padre mientras que él sí.
Después que Ángelo dedicó un momento a saludarlos a todos, aunque con cierto esfuerzo, pues tenía a Federico en brazos, lo colocó en el piso.
Ahora fue Ángelo quien juntó las cejas en un gesto similar al del niño hacía un momento, y no porque le extrañase que llamara a Guido nonno, porque siendo que todos los Rossi lo hacían al igual que Gianni, Federico también, sino porque no era habitual que Guido estuviese en su habitación a esa hora, de modo que comenzó a preocuparse y se apresuró hacia la casa mientras Federico regresaba con los demás.
Y ciertamente a Ángelo no le gustaba aquello más que a Enzo, de modo que tomó nota mental para hablar con Camilo y que éste se hiciese cargo.
Con quien primero se encontró Ángelo al entrar fue con Giulio quien lo miró de arriba abajo y elevó las cejas.
Independientemente de lo que pensase decir, las palabras murieron en sus labios al ver a Kelly que se dirigía al comedor en compañía de Samuel.
Ángelo hizo su habitual cuenta regresiva antes de arriesgarse a abrir la boca.
Pero ciertamente él estaba lejos de la calma y en realidad le extrañaba que el mismo Giulio lo estuviese siendo como era, pero intentó escuchar lo que decía.
Dicho esto comenzó a caminar a toda prisa hacia las escaleras, y aunque su intención había sido ir a su habitación a cambiarse la camisa, primero se detuvo en la de la pareja.
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Editado: 26.06.2022