Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 27 Franco

 

Punta Dorada, diciembre 2013

A pesar del mucho escándalo que había armado Giulio, ni los niños ni muchos otros de los habitantes de Aravera, se habían enterado del feliz acontecimiento, de manera que en la noche y cuando Giulio y Damila entraron al salón, Franco se fue derecho hacia ellos.

Una vez que Damila se había marchado con Gianpaolo, Franco había hecho todo lo posible y hasta lo imposible por enterarse de lo que había sucedido, pero Enzo le había advertido a Camelia guardar silencio con respecto a sus sospechas, y siendo que hasta ese momento era la única que creía saber lo que le sucedía a Damila, Franco no pudo adelantar mucho más. Por supuesto aquello lo dejó de un humor criminal y los chicos comenzaron a preocuparse, porque usualmente aquel individuo se pasaba la vida intentando hacer miserable la de alguien más, pero esa tarde ni siquiera Amelia logró sacarlo de su mutismo y cabe destacar que lo intentó con verdadero ahínco. Con las cosas así, en cuanto lo vieron avanzar en actitud obviamente hostil, al menos para Gianni y Renzo fue obvio que el habitual deseo de Franco de masacrar a Giulio, estaba por hacerse efectivo, así que su primer pensamiento salió disparado por su boca.

  • ¡Giove!

Aunque una vez que Gianni se había integrado a la familia, el GA que le había sido asignado era Dinka, y a pesar de que se llevaba muy bien con éste y Dinka era en realidad poco perseguidor, porque aun conociendo los usuales escondites y lugares de escucha que utilizaban Gianni y sus primos, nunca los echaba de cabeza, Gianni seguía teniendo una relación muy estrecha con Giove que había sido su primer lazo de unión con sus parientes, de manera que cuando se metía en verdaderos problemas o cuando sucedía algo que lo alterase mucho, el primer nombre que acudía a su mente era el de éste sujeto. Giove por su parte, parecía no respirar si Gianni no se lo ordenaba, de modo que más tardó el chico en completar el nombre que él en hacerse presente, y de hecho, había empujado con escasa ceremonia a Luigi y a Nicola que obstruían en ese momento su camino.

  • ¿Bambino? – preguntó con ansiedad, aunque era evidente que ahí no podía correr ningún peligro
  • Protege a G – fue la orden de Gianni

Aquello no podía estar más fuera de lugar, pero siendo que por lo anteriormente explicado y como no había forma de que Gianni soltase a Giove, éste no solo formaba parte de su escolta, sino que lógicamente estaba conectado a la misma frecuencia del GA, de modo que al escuchar aquello, Fredo soltó el vaso que tenía en la mano y de forma automática corrió hacia donde estaba Giulio.

No obstante, todo esto era innecesario, porque si  bien en efecto la percepción de Gianni había estado acertada, no había forma de que Franco le hiciese nada a Giulio, aunque tampoco la había de que guardase silencio, y lo que diría iba a sorprender  a varias personas.

  • Yo estaba ahí cuando juraste que ibas a protegerla, pero unas horas después dejaste que aquellos hijos de perra se la llevaran y que le hicieran daño – dijo en tono helado – Según yo, y por lo que vi hoy, no pareces muy bueno para cumplir tus juramentos y no me importa si no cumples cualquier otro, porque el único que interesa es el de protegerla – en este punto dio otro paso hacia el asombrado Giulio – pero como yo si cumplo los míos, te juro que si vuelve a sucederle algo, y aunque justo ahora no pueda porque soy un bambino, voy a crecer G – dijo imprimiendo algo que se parecía mucho al odio – y cuando lo haga, y aunque soy un Rossi y tú un Del Piero, créeme que voy a matarte, infeliz

Como se dijo antes, Franco estaba muy lejos de poder hacerle algo verdaderamente peligroso a Giulio, pero no por eso dejó de intentarlo, porque ante al asombrado silencio de todos los presentes, clavó su pequeño puño en el abdomen de Giulio.

Damila que había sido la de más rápida reacción, había sujetado a Franco; Enrico estaba rogando a los cielos que alguien lo matase a él, porque estaba segurísimo que sus parientes iban a hacer fila para masacrarlo haciéndolo responsable por el comportamiento criminal de su hijo; la madre de la criatura había perdido el conocimiento; Francesca quería apalear a su hermano, pero aparte de que eso estaba fuera de discusión, Vladislav la tenía firmemente sujeta y además tenía una sonrisa malvada en los labios, pues aunque ahora se llevaba un poco mejor con Giulio, seguía disfrutando mucho cuando alguien apaleaba al muy malcriado. Ángelo miraba la escena sin poder creérselo, porque ni Luciano en sus peores momentos había exhibido un comportamiento como aquel, lo que haría que se reafirmase en su idea con respecto a que aquel muchachito iba a traerles muchos e inmerecidos dolores de cabeza. El resto de los presentes fuesen jóvenes o adultos, parecían en estado de shock, mientras que los cerebros de los niños corrían a todo lo que daban pensando cómo sacar a Franco del soberbio lío en el que sin duda acababa de meterse, con excepción de Federico que aun sin estar muy seguro de lo que estaba sucediendo, parecía tener muy claro que había algunas cosas que no podían hacer y entre ellas estaba la de pelearse con sus mayores, así que tenía las manitos en la boca y sus ojos parecían enormes canicas azules. Y en el caso del GA al completo, estaba pensando lo que Dante, por supuesto, pondría en palabras.

  • Yo en el lugar de AG, ordenaría encerrar al pequeño señor Rossi en una caja acorazada por tiempo indefinido




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