Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 30 Sushi

 

Punta Dorada, enero 2014

Si bien era cierto que cuando el grupo Alfa se había formado, lo había hecho bajo la visión de Luciano y no la de Ángelo, quien por cierto nunca pensó en una agrupación como la que ahora tenía, pues su idea inicial había sido la formación de Luciano para la protección de Giulio, Luciano seguía participándole las cosas importantes. Entre éstas y en un inicio, estuvo la del ingreso de nuevos chicos, pero dado el acelerado crecimiento que adquirió el programa y después de los primeros pleitos por los extranjeros, el asunto perdió relevancia. Sin embargo, poco después que Luciano había puesto en activo al segundo GA, se presentó una situación muy inusual y en la que él mismo se vio envuelto.

Un amanecer en el que terminaban un ejercicio de campo y todos venían insultando a Luciano en todos los tonos, repentinamente éste se detuvo y se giró. Aquello era extraño, pues normalmente no les prestaba atención y ellos lo sabían, de manera que hicieron inmediato silencio y de hecho Fabrizzio le colocó una mano sobre la boca a Dante que era quien ya iba a hablar. No obstante, como Luciano no dijo nada, sino que tenía expresión atenta, los chicos entendieron con rapidez que había captado algo que ellos no, algo  que tampoco era tan extraño siendo que Luciano se desconectaba mientras ellos despotricaban en su contra, pero si bien lo hacía de lo que decían, no del resto del mundo y fue por ello que escuchó lo que sus compañeros evidentemente se habían perdido. Unos segundos después, les hizo una seña que  ellos entendieron y procedieron según la necesidad, es decir, se desplegaron mientras sacaban los seguros a sus armas. No tardaron mucho en llegar al lugar y prestaron atención.

Un grupo de sujetos rodeaba a tres chicos y por la actitud de los primeros y las armas en sus manos, les quedó claro que estaban a punto de despachar a los segundos. Les gustó poco o nada escuchar una voz  femenina, pero como aún estaban a cierta distancia no pudieron entender lo que decía, así que se acercaron más.

  • Cierra la boca – estaba diciendo uno de los sujetos – no sirves ni para lo básico, niña
  • Y estamos perdiendo el tiempo – dijo otro elevando el brazo donde sostenía su arma
  • Lo tengo, Lucky – escucho Luciano la voz de Astor

A decir verdad no solo Astor habría podido despacharlo limpiamente, sino cualquiera de ellos, pero aparte de que era Luciano quien en situaciones como aquella identificaba un blanco y a partir de ahí todos apuntaban a uno diferente en el sentido de las agujas del reloj, igual habrían podido hacerlo con el marcaje de Astor, pero antes de que Luciano diese la orden escucharon otra voz.

  • Les propongo algo – dijo el más alto de los niños – si dejan esas cosas – agregó señalando las armas – y soy capaz de ponerlos fuera de combate, nos dejan marchar en paz

A continuación escucharon las risas de los hombres, aunque eso no detuvo al chico.

  • Les sugiero aceptar, porque si no lo hacen, voy a romperles el cuello a todos
  • ¿Tienes algún hermano perdido aparte de Ice, Lucky? – preguntó Fabiano en obvia alusión a la suprema arrogancia del muchachito aquel
  • Es eso o ese chico está loco – dijo Fabrizzio
  • Lo que por el camino corto vendría a confirmar el hecho en sí – agregó Dante
  • Preparados para intervenir en cinco – dijo Luciano que no estaba prestando atención a las necedades de Biano y Dante

En el momento que ellos se movían para sorprender al grupo, quienes se sorprenderían serían ellos, pues el chico que había estado hablando acababa de desarmar a quien estaba apuntándolo y efectiva e indudablemente le había roto el cuello y ya iba por otro. Si bien la sorpresa paralizó a los atacantes no a los Alfa que tuvieron ocasión de inmovilizarlos antes de que comenzasen a dispararles a los chicos.

  • Ahora tranquilícense y aclaremos qué está sucediendo aquí – dijo Luciano
  • ¡Métanse en sus propios asuntos! – vociferó el que tenía sujeto Luciano
  • Eres muy mal agradecido, porque según lo que acabamos de ver, es posible que a estas alturas estuvieras muerto, aunque es claro que ese es tu destino final y…
  • Speedy – dijo Luciano para silenciarlo, algo por lo que Fabrizzio, Alberto y Bianco agradecieron en silencio – Ahora tú – dijo señalando al chico – ¿Tendrías la amabilidad de explicarnos lo que sucede?

Sin embargo, el jovencito aquel no parecía muy inclinado a hablar mientras que el individuo que tenía sujeto Luciano era otro asunto.

  • ¡Estos mal nacidos…!
  • Eh, eh – lo detuvo Luciano apretando su garganta – no te hablo  a ti
  • ¿Son ustedes policías? – preguntó el chico haciendo que Dante, Biano y los gemelos rieran con poco disimulo
  • No, pero no creo que eso nos haga  amigos de éstos, algo que nos pondría más cerca de serlo de ustedes

El chico aun pareció pensarlo un momento, mismo que le pareció muy largo a Luciano, pero cuando se disponía a hablar de nuevo, escuchó al otro.

  • Daiki…




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