Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 36 Inesperado

 

Punta Dorada, febrero 2014

Vladislav y Francesca habían salido a cubierta ya que la chica quería evitar que sus padres la escuchasen discutir con su novio. El motivo de la discusión y como todos en los últimos días desde navidad, era que Vladislav quería contraer matrimonio inmediatamente, mientras que Francesca quería terminar su carrera antes de eso. No se trataba de que ella no quisiese casarse, sino que pensaba que una vez que lo hiciese, Vladislav no la dejaría continuar con sus estudios. Por supuesto ella estaba muy equivocada, pues no había nada más alejado del pensamiento del chico, pero haber crecido en un núcleo familiar tan machista y donde lo natural era que las chicas una vez casadas se dedicasen exclusivamente a atender al marido y a los futuros hijos, hacían que Francesca y por mucho que amase a Vladislav, desconfiase de su futura libertad. Vittoria tampoco había contribuido mucho en aquel sentido, porque no podía estar más feliz dedicándose exclusivamente a su familia, así que le decía constantemente a Francesca que estaba siendo muy necia, mientras que Lía se oponía con vehemencia a aquel precipitado matrimonio, y la única que podía servir de ejemplo a Francesca era Damila, ya que ella continuaba con su vida como antes del matrimonio, pero todas estaban muy conscientes de quién era Damila y que nadie se habría opuesto a nada si Ángelo no lo hacía.

  • Definitivamente debo ser el sujeto con peor suerte en el mundo – se estaba quejando Vladislav
  • No exageres, Slava, solo te estoy pidiendo esperar a que termine mis estudios
  • Y no veo razón para ello, pues no te lo voy a impedir – repitió por centésima vez
  • Todos dicen eso, pero luego…

La frase de Francesca quedo en suspenso, y de hecho, la chica casi le cayó encima a Vladislav.

Nino y Ana era la otra pareja que había optado por salir a cubierta, pero en su caso no estaban discutiendo, pues en raras ocasiones se había visto  una pareja más tranquila que aquella.

  • ¿Qué opinas? – le preguntó Nino a su mujer sujetándola por la cintura
  • No sé Nino, Damilo solo tiene tres meses
  • Pues a juzgar por la inmejorable salud de todos mis hermanos y la mía, creo que el tiempo no es algo especialmente problemático. Sin embargo, podemos ir a ver al obstetra y pedir su opinión – le dijo, pero como ella seguía en silencio, agregó – A ver Ana, si lo que sucede es que no quieres, solo dímelo y lo entenderé

Todo aquello obedecía a que Nino quería ampliar su familia con rapidez, y sostenía que mientras más pronto mejor, porque así los niños se harían mutua compañía y crecerían más unidos. Ana, y aunque también quería más de un hijo debido a que había sido hija única, y a pesar de que la soledad que ella había vivido en sus primeros años de vida era improbable que la viviese Damilo con tantos chicos en la familia, en verdad le parecía que embarazarse estando Damilo tan pequeño, haría que pudiese dedicarle menos tiempo. Sin embargo, no alcanzó a tranquilizar a Nino con relación a lo que acaba de plantearle, pues un ruido ensordecedor seguido de unas manos que la lazaron al piso, se lo impidieron.

En cuanto Ángelo y Giulio registraron la anormalidad, sujetaron a sus mujeres, y en el caso de Ángelo, aparte de haber pegado a Kelly a su pecho, ya estaba gritándole algo a Piero mientras que Giulio casi había arrastrado a Damila hacia un sofá y la había cubierto con su cuerpo.

Todo esto sucedió a raíz de la explosión que escucharon, y mientras cada uno de los que estaba a bordo actuó según su circunstancia o profesión, en el caso de los GA, los que vigilaban, prestaban máxima atención a las órdenes de Luciano.

  • GBA1 y 2 rodeen el perímetro. AA2 y 3 ubiquen al maldito y… – esta última orden quedó interrumpida por otra explosión, aunque a mayor distancia

Luciano había determinado con rapidez que habían lanzado un explosivo a la embarcación, pues no había ninguna posibilidad de que alguien lo hubiese instalado con anterioridad, ya que la misma había sido revisada esa mañana y no había estado sin vigilancia desde ese momento. La cuestión era determinar desde dónde lo habían lanzado, ya que estaban en un lugar por donde navegaban muchas embarcaciones pequeñas con chicos haciendo carreras o simplemente paseando en sus botes.

  • Lo tengo – le llegó la voz de Silvano, pero no se había extinguido del todo cuando escucharon otra explosión un poco más cerca, y al menos Luciano y Paulo vieron que se trataba de otro yate un poco más pequeño
  • ¿Y qué estás esperando para deshacerte de él? – le preguntó Luciano
  • No es solo uno – escucharon a Romeo
  • Lucky, esto no es en contra de la familia, pero es malo lo mismo – dijo Dante
  • Prometeo y Hellish, tiempo estimado de arribo – dijo Luciano
  • Tres, máximo cinco – escucharon que decía Nico
  • Ícaro y Danger, preparados para extracción

Piero y Fredo se movieron hacia sus objetivos al igual que Bianco y Gianpaolo, pues los suyos eran a los primeros a los que había que sacar de allí.

  • Suéltala Giulio – le dijo Fredo, porque Giulio seguía aferrando a Damila
  • ¡No!
  • Vamos hombre, Pool no podrá sacarla si…
  • ¡Lo haré yo!
  • Giulio, Pool está…
  • G – interrumpió Damila cuya experiencia previa en aquellos menesteres le había enseñado a obedecer y a confiar en los GA – Fabiani se hará cargo y no dejará que me suceda nada




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