Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 39 ¿Kelly o Luciano?

 

Punta Dorada, abril 2014

Si bien Luciano había recordado con claridad lo que le había sucedido a Ángelo cuando Giulio había declarado su amor por Damila, la mente de Kelly había sido invadida por imágenes confusas, pero éstas la hicieron palidecer de forma violenta y cuando comenzó a moverse sintió que el mundo comenzaba a girar y estiró el brazo presumiblemente buscando apoyo. Luciano que ya estaba caminando hacia Ángelo, al captar que Kelly era quien parecía a punto de caer, cambió rápidamente de dirección, pero sin dejar de mirar a Ángelo.

  • Ika – dijo sujetándola por los hombros
  • Estoy bien Alex, pero Ángelo no

Bianco que no estaba en el salón, pero sí muy cerca pues se hallaba en una de las terrazas, había corrido al igual que Albano al escuchar el tono preocupado de Luciano, pero lógicamente el gemelo llegó primero; el asunto era que ambos estaban tras Kelly y Luciano los miró.

  • Atentos – ordenó mientras volvía a ponerse en marcha hacia donde estaba Ángelo
  • Tía… – estaba diciendo Albano, pero su error estuvo en tratar de sujetarla
  • Flyer no… – la advertencia que intentó Bianco llegó tarde, pues Kelly acababa de empujarlo y ya corría tras Luciano

Varias cosas sucedieron al mismo tiempo. Primero y siendo que Kelly en verdad seguía inestable, perdió el equilibrio. Segundo, que insólitamente sería Nicola quien la sujetaría para que no cayese, pero en cuanto lo había hecho y casi de forma inmediata, Kelly había emitido un grito aterrorizado. Y tercero, que por lo anterior, tanto Luciano como Ángelo se habían girado y los que tuvieron oportunidad de notarlo, creyeron estar sufriendo de alguna clase de alucinación.

  • ¡Quítale las manos de encima!

Lo sorprendente no era la orden ni el tono, sino que parecía haber sido emitido por una sola persona, pero en realidad eran dos, aunque parecían uno solo, pues lo habían hecho de forma tan idéntica y sincronizada, algo que por cierto solo lo habían escuchado de los gemelos, que fue lo que los hizo pensar que alucinaban. Con posterioridad tendrían ocasión también para sorprenderse por la extensión de la frase, porque era posible que dos personas emitiesen una palabra o una orden al mismo tiempo, pero algo tan largo era como mínimo extraño. No obstante, cualquier posible pensamiento quedó pausado al ver a Fabiano interponerse en el camino del extraordinariamente furioso Ángelo, y con ayuda de Piero sujetarle el brazo donde se veía el brillo maligno del acero.

  • Zio calmati, è tu fratello – susurró Fabiano con urgencia

Entre tanto, varios de los otros GA habían entrado a toda prisa al escuchar algo tan insólito como un grito de Luciano. La mayoría de los miembros del GA habían crecido en las instalaciones y jamás habían escuchado a aquel sujeto gritar, y en realidad no hacía falta que lo hiciera, pues bastaba con que posara sus ojos azul hielo en alguien para que el mundo de ese alguien se detuviese, y si la mirada iba acompañada de una voz que solía tener temperaturas polares, el desdichado comenzaba a temer por su vida. De modo que era lógica la extrañeza y en algunos casos el verdadero terror de algunos.

Silvano y Albano hacían titánicos esfuerzos por detener a Luciano, tarea a la que valientemente se unieron Carmelo y Paulo, pero las cosas no iban bien, pues ya Paulo sangraba mucho y no sabían exactamente si por la nariz, la boca o ambas, y Albano había caído y parecía inconsciente, cosas ambas que habían sucedido a la velocidad de la luz y posiblemente nadie lo había notado con precisión. Piero que conocía bien la peligrosidad de aquel sujeto, les había ordenado a Carmelo y a Silvano que se dejasen de delicadezas y lo neutralizaran o tendrían que comenzar a pedir ambulancias, eso por no hablar de que si llegaba a alcanzar a Nicola, el desdichado individuo se convertiría en historia. Era verdad que nadie le tenía especial simpatía a Nicola, pero en aquella ocasión y para variar, no era culpable de nada, pero aun así Bianco que había determinado con rapidez el peligro, se había apresurado a apartar a Kelly del sorprendido Nicola que  tenía aspecto de estar muy perdido.

Aunque Carmelo y Silvano eran los únicos que hasta la fecha ostentaban la marca de haber logrado abatir a Luciano, en aquel momento comprobaban que una cosa era hacerlo en una práctica controlada, y otra muy distinta cuando el susodicho había perdido el control, pues no estaban teniendo ningún éxito.

  • ¡Sushi! – dijo con urgencia Dante
  • ¿Qué? – preguntó el chico – Ya sé que piensan que estoy loco, pero te aseguro que no es así – agregó
  • Es una maldita orden – dijo Dante

Siendo que de la orden estaba ausente el habitual tono jocoso, Daiki emitió un suspiro resignado y avanzó hacia la conmoción, pero lamentablemente no estaba teniendo más suerte que sus compañeros.

El alboroto se había atraído la atención de los miembros de la familia que la tenían en Giulio y Damila, así que detuvieron las felicitaciones y miraban el asunto divididos entre el asombro y el horror, especialmente al ver caer a Albano, y el mismo creció mucho al notar que nadie parecía poder controlar a aquel sujeto, de modo que individuos como Domenico, Luigi y el mismo Nicola, pensaron que lo mejor era arrancarle la cabeza antes de que cualquier día los matase a todos, pues recordaron con claridad meridiana quién era Luciano y más importante aún, de quién descendía.




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