Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 53 Feliz acontecimiento

 

Punta Dorada, agosto 2014

Ángelo despertó y al ver a Kelly, los recuerdos penetraron en forma violenta en su mente, pero antes de que pudiese decir nada, ella se apresuró a tranquilizarlo.

  • Ella está bien – le dijo – y somos abuelos de un chico y una chica

Era evidente la enorme confusión de Ángelo, así que le tomó un momento entender lo que su mujer le estaba diciendo, pero cuando todas las piezas encajaron en el lugar correspondiente, se incorporó pues tenía la enorme necesidad de ver por sí mismo a Damila.

  • Eh, eh – lo detuvo ella – te has aficionado a darnos sustos, abogado
  • Bambina…
  • No vas a levantarte de esta cama hasta que los médicos lo juzguen conveniente
  • Disculpe – intervino Alessandro – pero la ansiedad no colabora con su estado
  • ¿Cuál estado, estúpido? – preguntó Ángelo muy neciamente pues Alessandro intentaba ayudarlo
  • Si se disgusta o está preocupado, su tensión va a subir de nuevo y es lo que debemos evitar – concluyó él ignorando al necio y dirigiéndose a Kelly

Aunque Alessandro siempre evitaba en lo posible hablar con Kelly, desplegó todo su encanto personal y toda la sabiduría de su profesión, de modo que Kelly terminaría por ceder.

  • Me debes una botella del mejor vino de tus viñedos de Marsala, abogado – le dijo Alessandro en voz baja cuando salían de la sala

**********************************

Cuando finalmente Giulio se había tranquilizado, lo primero que hizo fue comenzar a vociferar que quería ver a Damila, de modo que Fredo lo condujo hasta la habitación y como ya estaba menos alterado, Silvano le explicó que ya le habían practicado una TAC para comprobar posibles daños cerebrales que era una de las cosas que más lo preocupa al haber permanecido tanto tiempo en reanimación, pero también le dijo que el estudio no había arrojado ninguna anomalía, aunque se lo repetirían luego.

  • Está muy pálida – dijo mientras acariciaba sus cabellos
  • Recuerda que perdió una importante cantidad de sangre, pero…
  • No… soy un… vampiro, G
  • ¡Bebé! – exclamó él mientras que Silvano se apresuraba a comprobar su pulso
  • Me duele…
  • ¿Qué te duele, CC? – preguntó Silvano
  • La… cabeza

En ese momento venían entrando Kelly y Ángelo, de modo que éste compuso expresión de consternación y deteniéndose se volvió.

  • Sandro, encuentra a Camilo – le dijo y luego terminó de entrar

Un poco después entró Camilo, y aunque dudaba que alguno de los que estaba allí le obedeciese, igual les dijo que era mejor dejarla descansar. Kelly sujetó a Ángelo y lo arrastró hacia fuera, pero él iba protestando en todos los tonos y seguiría haciéndolo hasta ver salir a Silvano a toda prisa.

  • ¡Silvano! – exclamó intentando detenerlo
  • Disculpa tío, pero CC quiere ver a los niños – le dijo y siguió su camino
  • Algo que te recuerdo no me has dejado hacer, abogado

Ángelo compuso expresión de pena y comenzó a caminar tras ella que ya lo hacía por donde se había ido Silvano. Sin embargo, cuando llegaron, Ángelo miró con sorpresa que allí estaban casi todos los miembros de su familia incluido Nicola, pero lo más sorprendente para él, fue verlo literalmente pegado al vidrio de la unidad.

Mucho antes y cuando Camilo les había informado que ya los bebés estaban en la UCIN, Francisco, Iván y Sara casi habían corrido hacia allá, de modo que los primeros que habían visto a los gemelitos habían sido ellos, pero poco a poco fueron llegando los demás, y en aquel momento quienes miraban eran Nicola, Domenico y Franco.

  • Son muy… pequeños ¿no? – estaba diciendo Franco – ¿Seguro que están bien?
  • Tan bien como pueden estar siendo prematuros – le dijo Marcelino

Domenico se hizo a un lado para que Kelly y Ángelo pudiesen asomarse. La primera imagen que acudió a la memoria de Ángelo fue la de la noche que había nacido Giulio, pero el ambiente actual no podía ser más diferente a aquel, porque en el presente y a diferencia de aquella noche, podía respirarse la felicidad de todos.

  • Succede? – murmuró

La pregunta no estaba dirigida a nadie en particular y obedecía a que le pareció que Silvano discutía con otro individuo a quien no podía verle bien el rostro, ya que ambos llevaban tapabocas. Y efectivamente Silvano sostenía la mencionada discusión con el neonatólogo debido a que si bien él quería llevarles los niños a su madre, el médico se oponía. Un momento después lo vieron salir del peor humor, y aunque Ángelo quiso detenerlo para informarse, aquel chico en ocasiones podía ser muy difícil y no se detuvo, así que fueron tras él.

  • Lo siento, CC – dijo al entrar – pero de momento los gemelos no pueden abandonar la unidad
  • Bien, entonces iré yo
  • ¡No! – exclamaron tanto él como Giulio y ella los miró en forma peligrosa
  • ¿Piensan impedirme ver a mis hijos?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.