Destino de Sangre (libro 14. Familia)

Cap. 6 Y ahí vamos de nuevo

 

Punta Dorada, agosto 2017

Un par de días después del desafortunado incidente de la ropa de la gemela, Paulo que era quien más se quejaba de su asignación como GA de Pierangeli, aún estaba haciéndolo, aunque sus compañeros pensaban que lo hacía por puro deseo de fastidiar. A los niños de la familia y según la decisión de Ángelo, no se les asignaría un GA hasta que comenzasen a ir a la escuela, pero en el caso de los gemelos Del Piero y tratándose de quiénes se trataba, se les habían asignado los suyos cuando aún no alcanzaban las cuarenta y ocho horas de nacidos y sin siquiera haber abandonado la clínica, algo que alcanzaría también a Giuliano. Evidentemente éstos agentes se suponía no tendrían mucho qué hacer durante los primeros años de vida de los niños, y su trabajo más que todo consistiría en acompañar a los GA de los padres cuando los mismos decidieran salir con los niños, pero también estaban preparados para cualquier tipo de emergencia como las que conocían.

Los GA que habían sido asignados a los niños eran Carmelo LaStella, Paulo Graziani y Daiki Kazuki. Con el último se había presentado una situación extraña, porque en principio quien había sido considerado para formar parte del grupo había sido Leandro Radicchi, y aunque el chico no podía estar más en desacuerdo, pues era de la clase que no podía estarse quieto o en un mismo lugar por largo tiempo y tenía problemas hasta para dormir en paz. Sin embargo, como él sabía que cuestionar una orden lo conduciría directo al calabozo, se contentó con hacerles la vida miserable a sus compañeros desde que le dieron la notificación hasta que sorpresivamente, se la revocaron. Cuando esto sucedió, el incordio aquel corrió a todo lo que daba hasta llegar a la sala de control.

  • ¡Bite…necesito…! – estaba diciendo mientras recuperaba el aliento, pero se detuvo al ver a Luciano – No fui yo, Lucky – dijo y Luciano elevó una ceja – Créeme, no fui yo – insistió
  • Veamos, sin importar de qué estás hablando, ya es dudoso que no hayas sido tú, pero me gustaría saber por qué vienes a hablarme de algo que según tú, no hiciste, Jumper

Yuri ahogó la risa al ver la expresión de Leandro, pero en ese momento se presentó Daiki, de modo que le hizo una seña para que no abriese la boca o más bien para que la cerrarse, porque ya venía hablando.

  • ¿Jumper? – insistió Luciano
  • Nada – se apresuró a decir él
  • Nada – repitió Luciano – Entonces desaparece de mi vista ya
  • ¿Y qué sucede con mi asignación? – se atrevió a preguntar finalmente
  • ¿Cuál asignación? Porque hasta donde sé, no tienes ninguna, pero si no desapareces ahora…
  • Ya no estoy – dijo él y efectivamente despareció con mucha rapidez
  • Sushi, a partir de este momento eres el GA oficial del gemelo Del Piero – le dijo, pues aún no sabían qué nombres llevarían los niños
  • Genial, pero voy a extrañar hacerle la vida miserable al señor Del Piero – dijo con supremo descaro
  • Estoy seguro de eso, pero te sugiero dejar tus asuntos legales en orden suponiendo que los tengas, porque créeme, si alguien se queja de tu desquiciado comportamiento, o si por tu causa el niño resulta mínimamente lastimado, por lo primero terminarás tus días en un calabozo, y si es por lo segundo, ni siquiera llegarás a éste antes de que Atila, Pool o yo mismo, te obsequiemos con una bala en la cabeza
  • Bien – dijo Daiki – ¿Algún otro sabio consejo? – pero no esperó por la respuesta sino que corrió hacia la puerta

Aunque nadie dudaba que Nicola en verdad estuviese harto de Daiki, pues cualquiera lo estaría, eso no había hecho que Luciano se mostrase inclinado a cambiarlo, pero apenas unas horas después del nacimiento de los gemelos, sucedió la cosa más insólita, pues Nicola se fue derecho hacia Luciano.

  • ¡DiCastello, escucha! – dijo y estuvo a punto de cometer el último error de su vida al intentar sujetarlo
  • Mala idea, señor – advirtió Daiki sujetándolo a él mientras Luciano se giraba
  • ¿Acaso existe alguna improbable razón por la que yo quisiera escucharte, Nicola? – preguntó, pero desvió la mirada hacia Diaki que interpretó con corrección la orden de soltar al necio aquel
  • Quiero que me cambies al GA
  • Yo también quiero muchas cosas y no por eso estoy más cerca de conseguirlas, Nicola, como por ejemplo que tú escuchases alguna vez lo que se te dice, pero en cualquier caso…
  • Genovesse me dijo que me habías endilgado al oriental porque era extraordinariamente bueno, rápido y sobre todo letal. Y si eso es así, algo que ignoro porque lo único que hace es hablar, y como supongo que aunque mi nieto aún es un bebé, es un Del Piero y tiene derecho a la mejor escolta, quiero que se lo asignes a él

Aunque Luciano estaba convencido que ya nada podría sorprenderlo, ciertamente Nicola lo había hecho. Sin embargo, se limitó a darle la espalda.

  • ¿Acaso eres sordo? – le gritó Nicola – ¡Te estoy hablando!
  • Aunque en ocasiones quisiera serlo, es obvio que no es así, pero ya te escuché más de lo necesario

No obstante, en la mañana Giorgio Fabiani estaba sustituyendo a Daiki y éste siendo asignado como el GA oficial del gemelito, después de lo cual se fue derecho a la clínica donde ya estaba Paulo que sería el de la gemela, y Carmelo quien insólitamente había sido designado como el GA de Giuliano. Por todo lo anterior, y aunque todos los niños tendrían inmejorable protección, aquellas tres criaturas tenían una efectivamente letal para quien pretendiese acercárseles.




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