Punta Dorada, septiembre 2017
Ángelo se pasó toda la noche bebiendo como un cosaco, algo que no había hecho desde hacía mucho tiempo. Alessandro parecía el único verdaderamente preocupado, pues los demás y en su mayoría, estaban furiosos o simplemente molestos por aquella actitud de Ángelo, y desconociendo el motivo pues era algo que solo sabían los hombres mayores, pensaban que se había peleado con Kelly. Alessandro sabía también, que Ángelo podía pasarse días bebiendo sin control y antes de perder la consciencia, de modo que se sorprendió mucho cuando fue mandado a llamar por Piero.
Había cristales rotos por casi todo el piso, varios sillones estaban volcados, las finas y ornamentadas botellas de cristal donde se colocaban los licores y en su mayoría, estaban hechas añicos, y el señor abogado estaba tirado de cualquier manera sobre el sillón giratorio.
Estaba efectuando un chequeo básico cuando escuchó la voz angustiada de Enzo.
La exclamación de Enzo obedecía más que al desastre reinante, algo a lo que todos en aquella familia estaban acostumbrados pues Ángelo era un Del Piero y todos ellos parecían decididos a destruirlo todo cuando enfurecían, y esta característica parecía haber sido copiada también por su hermano menor, así que no era eso lo que lo impresionaba, sino el estado de Ángelo. Sus ropas estaban manchadas y en absoluto desorden; la corbata, y aunque seguía en su cuello, no en su posición original; varios botones de la camisa parecían haber sido arrancados; la chaqueta estaba tirada en el piso y tenía una mano sangrante. Después de aquel veloz inventario visual, se apresuró ayudar a Alessandro y a Piero en el proceso de levantarlo de allí para trasladarlo a su habitación.
Alessandro no discutió, porque por la hora, ciertamente ella debía estar en otro lugar de la casa. Lo que no sabían ellos, era que Kelly estaba en el departamento de Luciano y que después de tranquilizarse, él con mucho más juicio que Ángelo, había procedido a contarle lo sucedido. Kelly al igual que Damila, se tomó el asunto con más calma y con menos sorpresa que los miembros de la familia que habían estado presentes en la entrevista con Natalio.
No obstante, a Luciano no le iría precisamente bien después de exponer su posición ante aquello, porque si Damila era directa y desagradable para decir las cosas, Kelly le llevaba la ventaja de la experiencia y de los conocimientos, así que vapuleó a Luciano como quiso.
A Luciano no le gustó lo que escuchó, pero a partir de ese día y en cuanto todos estuviesen al tanto de la novedad, y aunque no lo dijesen en su presencia, se enteraría que igual sostenían que todo el conjunto de características que compartía con sus parientes, no habían sido copiadas, sino que venían en su código genético. No obstante, en ese momento se olvidó de lo que Kelly había dicho para preocuparse por el gesto de ella de llevarse la mano a la cabeza.
#10458 en Otros
#1683 en Acción
#2254 en Novela contemporánea
mafia familia venganza, secreto descubierto, violencia lealtades
Editado: 28.07.2022