Destino de Sangre (libro 14. Familia)

Cap. 19 Aceptando

 

Punta Dorada, septiembre 2017

Ángelo se pasó toda la noche bebiendo como un cosaco, algo que no había hecho desde hacía mucho tiempo. Alessandro parecía el único verdaderamente preocupado, pues los demás y en su mayoría, estaban furiosos o simplemente molestos por aquella actitud de Ángelo, y desconociendo el motivo pues era algo que solo sabían los hombres mayores, pensaban que se había peleado con Kelly. Alessandro sabía también, que Ángelo podía pasarse días bebiendo sin control y antes de perder la consciencia, de modo que se sorprendió mucho cuando fue mandado a llamar por Piero.

  • ¿Qué sucede? – preguntó llegando en carrera
  • Creo que es su turno, DM – le dijo y abrió la puerta
  • ¡Santo Dio! – exclamó al ver el desastre a su alrededor

Había cristales rotos por casi todo el piso, varios sillones estaban volcados, las finas y ornamentadas botellas de cristal donde se colocaban los licores y en su mayoría, estaban hechas añicos, y el señor abogado estaba tirado de cualquier manera sobre el sillón giratorio.

  • Llama a Enzo – le dijo a Piero mientras corría hacia Ángelo

Estaba efectuando un chequeo básico cuando escuchó la voz angustiada de Enzo.

  • ¡Santa Madonna!

La exclamación de Enzo obedecía más que al desastre reinante, algo a lo que todos en aquella familia estaban acostumbrados pues Ángelo era un Del Piero y todos ellos parecían decididos a destruirlo todo cuando enfurecían, y esta característica parecía haber sido copiada también por su hermano menor, así que no era eso lo que lo impresionaba, sino el estado de Ángelo. Sus ropas estaban manchadas y en absoluto desorden; la corbata, y aunque seguía en su cuello, no en su posición original; varios botones de la camisa parecían haber sido arrancados; la chaqueta estaba tirada en el piso y tenía una mano sangrante. Después de aquel veloz inventario visual, se apresuró  ayudar a Alessandro y a Piero en el proceso de levantarlo de allí para trasladarlo a su habitación.

  • Tal vez sea mejor llevarlo a otra habitación – dijo Alessandro pensando en que no tenía ganas de enfrentarse a una Kelly furiosa
  • Kelly no está allí – dijo Enzo

Alessandro no discutió, porque por la hora, ciertamente ella debía estar en otro lugar de la casa. Lo que no sabían ellos, era que Kelly estaba en el departamento de Luciano y que después de tranquilizarse, él con mucho más juicio que Ángelo, había procedido a contarle lo sucedido. Kelly al igual que Damila, se tomó el asunto con más calma y con menos sorpresa que los miembros de la familia que habían estado presentes en la entrevista con Natalio.

  • Pero no entiendo – dijo en un momento determinado – Se me hace muy difícil creer que justamente él se niegue  aceptarte como…
  • No, no se trata de eso, Ika

No obstante, a Luciano no le iría precisamente bien después de exponer su posición ante aquello, porque si Damila era directa y desagradable para decir las cosas, Kelly le llevaba la ventaja de la experiencia y de los conocimientos, así que vapuleó a Luciano como quiso.

  • Sé que eres inteligente, Alex – estaba diciendo – y sé que sabes todo lo que he dicho, así que no puedo creer y me decepciona mucho que les estés haciendo esto tanto a Giulio como a Ángelo
  • No les estoy haciendo nada y en todo caso solo les evito problemas que no necesitan, porque a quién le importa un Del Piero más o menos
  • Les importa a ellos, y no solo por el asunto de los problemáticos derechos que tanto discuten, sino porque te aman
  • Ah sí, sobre todo individuos como Nicola, Domenico o Luigi que…
  • Alex – lo interrumpió mirándolo de aquel modo que hacía sentir a las personas, ridículas – Llevo seis años casada con Ángelo y algunos más conviviendo con los miembros de esta familia, y no por eso Nicola me quiere más, así que es necio esperar que todos nos quieran por el motivo que sea, y ser parte de la familia ciertamente no es uno. Te estas comportando con la misma malcriadez de Giulio y la terquedad del señor abogado, no le sumes también la manía de Nicola por hacerles la vida miserable a todos

A Luciano no le gustó lo que escuchó, pero a partir de ese día y en cuanto todos estuviesen al tanto de la novedad, y aunque no lo dijesen en su presencia, se enteraría que igual sostenían que todo el conjunto de características que compartía con sus parientes, no habían sido copiadas, sino que venían en su código genético. No obstante, en ese momento se olvidó de lo que Kelly había dicho para preocuparse por el gesto de ella de llevarse la mano a la cabeza.

  • No has dormido nada, así que ven para que…
  • Lo que voy a hacer es descuartizar a Ángelo – dijo con ira y Luciano elevó las cejas, pues hasta hacía un momento lo había estado defendiendo
  • Ika…
  • Se ha estado tomado hasta las molestias – dijo en forma irónica y Luciano sonrió – aunque tal vez primero debería apalearte a ti, muchachito, porque esto es tu culpa
  • ¿Mi culpa? Hasta donde sé y creo que compartes la opinión, ese sujeto no necesita de un motivo para beber, pero aun suponiendo que yo hubiese hecho algo mal, también sabemos que cada quien está en libertad de escoger cómo sentirse con respecto a una situación determinada




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