Destino de Sangre (libro 14. Familia)

Cap. 27 Últimos Alfa

 

Punta Dorada, julio 2018

Luciano no se hallaba en Punta Dorada cuando todo el lío con Gianni, de modo que le tocó a Dante arrestar a Dinka aun sabiendo que era injusto, pero no podía oponerse a las órdenes de Ángelo pues él no era Luciano.

Una vez resuelto aquello, Ángelo mandó a llamar a Camilo, algo que preocupó al galeno, pues pensó que su amigo se estaba sintiendo enfermo, de manera que apenas llegó a la mansión, lo hizo peleando con Alessandro.

  • ¡Ey! – exclamó éste – Alto al fuego. Hasta donde sé y acabo de verlo, no está enfermo

Camilo se tranquilizó un poco y entró al despacho aún no muy seguro, pues recordaba que Amanda no le había dicho a nadie que estaba muy mal hasta que fue inevitable.

  • Gracias por venir, Camilo – dijo Ángelo después de los saludos – Tengo algo que pedirte, pero es una cuestión delicada, y aunque sé que puedo confiar en ti, necesito que prometas absoluta discreción

En otras circunstancias Camilo habría podido sentirse ofendido, pero aquel preámbulo lo que hizo fue preocuparlo más.

  • Sabes que puedes contar con eso, pero… ¿Te sientes…?
  • No se trata de mí – lo interrumpió él

Después de eso procedió a explicarle el incierto origen de Gianni, algo que en primer instancia sorprendió a Camilo pues ya había escuchado a todos referirse a él como el hijo de Fabiano, y ciertamente el parecido era innegable, pero lo entendió cuando escuchó toda la historia.

  • De manera que quisiera determinar cuál de los gemelos es el padre – finalizó
  • ¿Por qué ahora? – preguntó Camilo después de un momento
  • No es porque dude de su sangre…
  • Seguro, pues eso podría decírtelo cualquiera sin ninguna prueba
  • Lo sé, pero creo que es importante saber quién es el padre
  • Bien, podemos intentarlo, pero te recuerdo que Fabiano y Francesco eran gemelos monocigóticos, y en esas circunstancias se hace casi imposible determinarlo, pues eran genéticamente iguales – le dijo, pero al ver su expresión, decidió agregar – Te recuerdo que los gemelos idénticos se desarrollan a partir de un mismo óvulo, así que comparten información genética idéntica, es decir, el ADN de uno es exactamente igual al del otro

Ángelo ciertamente entendió, pero eso no resolvía su problema y se frotó la frente.

  • ¿Qué sucede Ángelo? ¿Por qué es tan importante esto?

Sin embargo, después que se lo dijo, Camilo rompió a reír y esto no puso del mejor humor a Ángelo.

  • ¿Qué te parece tan gracioso?
  • Lo siento – dijo apenado – ¿Me permites ser honesto?
  • No seas necio, hombre
  • Bien, asumo que eso es un sí – le dijo – La cuestión es que creo que es… ¿absurdo? – dijo con inseguridad – Todos conocemos bien a Fabiano y conocimos igualmente bien a Francesco, de manera que lo que buscas y suponiendo que eso pudiese ser determinado, estaría localizado en el código genético de ambos por igual, así que en mi opinión, de nada te serviría establecer quién es el padre, pues según lo anterior, ambos podrían haberle aportado exactamente lo mismo – hizo una pausa y agregó – Ángelo, deja de preocuparte, es un hecho que los jóvenes serán siempre iguales aunque haya algunos más tranquilos que otros, pero en este caso en particular, nada ganas amargándote y es mejor que simplemente estés preparado para hacerle frente a los muchos líos que posiblemente tendrás que enfrentar.

Aunque aquella no le parecía a Ángelo la mejor de las perspectivas, terminó por olvidarse de su absurda petición, pues en verdad eso no iba a evitar que Gianni hubiese heredado de su padre, fuera quien fuere éste, las mismas características.

*************************

Luciano había estado varias veces en Punta Dorada, pero solo por unas horas en cada oportunidad, a pesar de esto, no dejaba de pasar un momento por la mansión aunque nadie lo viese con excepción de los gemelos y Giuliano, o a veces solo la gemela que era quien seguía demorándose más en dormir.

En una de aquellas visitas, una más prolongada que las demás, pidió los informes de Francesco, pues ya se había cumplido el primer semestre de entrenamiento. En esta ocasión quien presentó el mencionado informe fue Dalmiro.

  • ¿Algo que agregar? – preguntó una vez que concluyó
  • ¿Te parece que podría agregarse más? – preguntó a su vez
  • Pues conociéndolo, de poder, se puede, créeme – le dijo
  • Lo que creo es que estás rematadamente falto de juicio.
  • Bueno, como eso no es muy novedoso, asumo que vas a informarme de tus razones para repetir algo que escucho con excesiva frecuencia – dijo encendiendo un cigarrillo
  • Por empezar, deberías dejar eso, va a matarte algún día – le dijo

Dalmiro, debido a su afección cardíaca y aunque la operación había sido un éxito, era uno de los individuos más sano del programa y el más aburrido en opinión de Dante, pues no bebía y ciertamente detestaba los cigarrillos, pero como eso a Luciano lo traía sin cuidado y él lo sabía, prosiguió.

  • Hace casi nueve años, dijiste que no admitirías más niños en el programa pues no necesitábamos más. Sin embargo, después de eso ingresaron Ícaro, Snow, Candy, Liberty y Galileo, convirtiendo el programa en un circo, porque todos tenían diversas edades y casi hubo que entrenarlos de forma individual – decía él y Luciano tenía expresión de fastidio, tanto por la inexactitud de lo que estaba escuchando como por la imposibilidad de que Dalmiro dijese cualquier cosa si ésta no estaba presentada en forma ordenada y cronológica – Esto se salía mucho de la idea inicial, porque según lo que tú mismo me dijiste, el programa estaba diseñado para…
  • Dalmiro – lo interrumpió – te aseguro que estoy perfectamente al tanto no solo de quiénes son los agentes y del número de ellos que integran mi programa – puntualizó
  • Entonces te fallan las matemáticas, amigo – dijo él – porque en la actualidad tenemos casi trescientos agentes…
  • Doscientos setenta y siete incluido el personal informático, el de control de daños, el médico y el AA; y serían doscientos ochenta y seis de no ser por las nueve bajas que hemos tenido en estos años
  • Bien, pero se suponía que debían ser ciento cincuenta
  • ¿Cuál es el punto, Dalmiro? ¿Acaso estás cansado y quieres la baja? – preguntó en tono burlón




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