Destino de Sangre (libro 14. Familia)

Cap. 35 Tensión

 

Módena, septiembre 2018

Ruffini había descendido de su auto al mismo tiempo que lo hacía Freni, pero cuando estaba a punto de hablar, escucharon la explosión y ambos se giraron.

  • Stupidi scolari [1] – masculló Ruffini

No obstante, y siendo que Freni era mucho más desconfiado que Ruffini, tenía prisa por hacer la entrega.

  • Hanna – dijo Luciano
  • En proceso – contestó Hanna
  • Atención – dijo Luciano cuando vio que Freni se llevaba la mano al bolsillo y extraía su móvil

Luciano había estado recibiendo los informes de sus compañeros en cuanto al número y posición de los hombres de los dos rufianes, mientras él los vigilaba a ellos y se iba aproximando, así que en cuanto escuchó que Freni le gritaba a Ruffini, él dio la orden.

  • ¡Ahora!

Repentinamente la plaza pareció encenderse y la gente comenzó a gritar mientras Damiano, Ivo y Diego les gritaban que se tirasen al piso. Entre tanto, los que se habían posicionado en las alturas, habían efectuado los primeros y precisos disparos poniendo fuera de combate a la primera línea y que consideraban más problemática, permitiendo así que Luciano y Silvano avanzasen con relativa seguridad. Daiki por su parte, había corrido hacia el camión donde estaba la mercancía, deslizándose por debajo del mismo.

  • LA7 en posición – informó
  • Copiado LA7 –  contestó Mauro

Astor había bajado a toda prisa de donde estaba, con Fabiano cubriendo su carrera, y se dirigía hacia el vehículo en cuestión. Dante y Paulo también habían abandonado su posición y ahora corrían hacia el mismo lugar; Dante le hizo señas a Paulo indicándole que él iba hacia el otro lado del vehículo.

  • A1 – escucharon a Valentino – helicóptero aproximándose por el sureste – informó
  • Deshazte de él, Danger – le ordenó Luciano

Entre tanto y como todo se había desarrollado en forma paralela, Luciano y Silvano escucharon que Freni le gritaba a Ruffini.

  • ¡Traidor!
  • ¿Crees que yo organicé esto? ¿Eres estúpido o qué?

En ese momento ambos fueron lanzados al piso por sus guardaespaldas, pues habían visto lo que ellos no, es decir, que se acercaban Luciano y Silvano.

  • ¡Al suelo, Lucky! – escucharon la voz de Carmelo

Luciano obedeció al igual que Silvano, pero todos vieron con claridad que Luciano había sido alcanzado.

En Punta Dorada y siendo que Giulio y Fredo estaban viendo todo a través de las MC, los informáticos escucharon la groserísima maldición de Giulio junto con una orden.

  • ¡Que lo saquen de allí, ahora!

No obstante, en casos como aquel, los miembros del equipo y eso incluía a los informáticos que en cualquier caso eran los que lo habían escuchado, solo obedecían al jefe de la operación, y suponiendo que Luciano hubiese caído, era Dante quien daba las órdenes.

  • Lucky – escucharon a Dante en cuanto Mauro había pasado la información
  • Lucky fue herido – informó Hanna antes de que Luciano pudiese hacerlo – Pulso y respiración ligeramente alterados y no se registra una excesiva pérdida de sangre
  • Cierra la boca, Hanna – dijo él – Estoy bien, continuamos – escucharon a Luciano

Carmelo ya le había metido un disparo en la frente al que le había disparado a Luciano, mientras que Silvano había alcanzado a Ruffini.

  • Te agradecemos la colaboración, Jacobo – le dijo – pero ahora debemos marcharnos
  • Pero…
  • ¡Estúpido hijo de perra! – vociferó Freni elevando la mano donde sostenía un arma
  • Eh, eh – dijo Luciano, aunque no se escuchó debido al chillido del sujeto, pues Luciano había lanzado su navaja de reglamento atravesándole limpiamente la mano

Entre tanto, Valentino había interceptado al helicóptero, pero tuvo algunas dificultades para convencer al tripulante de la nave de retroceder, pero cuando finalmente lo consiguió y una vez que lo sacó de la zona urbana, sonrió.

  • Hasta nunca, infeliz – y dicho esto accionó el mando haciendo volar la nave

Sin embargo, cuando estaba a punto de informar de esto a Luciano, escuchó que esté había sido alcanzado y todo su sistema nervioso pareció colapsar.

  • ¡Hamlet, informe! – gritó
  • Estamos verificando – le llegó la voz de Misael – Regresa al punto de extracción

Aquello no era necesario que lo dijese, pues ya él iba a toda marcha hacia allá. Pero como siempre y atendiendo a la ley de probabilidades, las cosas iban a complicarse.

  • Vehículos a gran velocidad acercándose a la plaza – informó Misael
  • ¿Policía? – preguntó Luciano
  • No –  contestó él de forma escueta y en realidad no necesitaba agregar nada más
  • Atención – dijo Luciano – debemos salir de aquí. ¿Dark, Speedy?
  • En posición – contestaron ellos
  • Procedan




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