Punta Dorada, diciembre 2018
El último día del año amaneció mucho más soleado que los dos días anteriores, de manera que los chicos y en su mayoría, estaban en diversas áreas del extenso jardín. Aquello no gustaba especialmente a los GA, pues aunque no tenían evidencia de una amenaza inmediata, que estuviesen tantos niños correteando al descubierto no les lucía como la situación más segura. Sin embargo, todo se estaba desarrollando con relativa normalidad, porque ya Franco y Gianni se habían peleado por causa de las carreras de moto que evidentemente ya no eran las mismas que les había regalado Fabiano, sino unas más acordes con sus tamaños y edades.
La vieja pista y que inicialmente tenía unas dimensiones reducidas pues eran máquinas de poca velocidad, había sido extendida para horror de Kelly, pues no solamente veía el peligro, sino que habían destruido una buena parte del jardín lateral, y la parte posterior de la casa en donde antes había estado una glorieta,[1] había desaparecido dando paso a aquella monstruosidad que en su opinión estaba diseñada para que los niños se rompiesen el cuello.
Giancarlo era sumamente sobreprotector con todas las niñas de la familia, era verdad que se peleaba a diario con Amelia por una cosa o por otra, pero eso no hacía diferencia y era el único que podía hacerlo, porque si era otro, enseguida se hacía acreedor a la ira del chico, de manera que escucharlo gritarle a una y en especial a esa, los sorprendió a todos incluido él mismo cuando lo notó, pero no alcanzaría a disculparse, pues lo próximo que sintió fue un doloroso puñetazo que lo hizo aterrizar en el piso.
El error de Aurelio estuvo en no escuchar, porque un segundo después estaba tirado en el piso y casi tira a Renzo que ayudaba a Gianni a ponerse de pie. Franco no lo había golpeado como a Gianni, sino que se había limitado a deshacerse de él en forma poco delicada.
Aunque los chicos no estaban muy seguros y de lo que sí lo estaban era que su tío Enrico iba a apalear a Franco si se enteraba de lo que acababa de hacer, decidieron no intervenir de ninguna manera y las cosas siguieron su curso normal.
Tony tenía la misma edad de Dino y de Renzo, es decir, un año más que Gianni y Franco, pero a diferencia de los dos primeros que parecían indigentes como decía Giovanna, él era un atildado caballerito que parecía mucho más preocupado por su apariencia que Gianni, y en opinión de Renzo, aquello era enfermizo. Sin embargo, tanto Gianni como Renzo juntaron las cejas cuando escucharon a Giovanna.
Franco, y aunque no estaba con ellos, estaba cerca y escuchó, así que un poco después, se acercó a Giovanna.
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Editado: 28.07.2022