Destino de Sangre (libro 15. Sicilia)

Cap. 4 Casiel

 

El ingreso de Casiel De Soria al programa había sido quizá uno de los más problemáticos, porque aquel chico había tenido unos padres y una vida normal, o al menos eso creía y creería durante algún tiempo.

La historia de Casiel en el programa se remontaba a nueve años atrás y en oportunidad de aquel cumpleaños de Favio que tan mal había terminado debido al atentado en contra de los gemelos Del Piero.

Habría sido iluso pensar que aquel tipo de fiestas no dejasen víctimas que nada tenían que ver con el asunto, y en esa ocasión le había tocado a la familia De Soria. Aquella noche y una vez que Favio se había ocupado de la policía, el recién creado equipo de control de daños se quedó haciendo su trabajo mientras los demás se iban a la clínica, pero al día siguiente cuando Favio leyó el informe, se enteró de lo sucedido con los De Soria. El matrimonio estaba entre las víctimas fatales del atentado, pero el niño, si bien no había muerto, estaba herido y en muy mal estado. Como cabía esperar, Favio llevaba muy mal aquella clase de cosas, pues le recordaban su propia situación, y, aunque no se trataba de lo mismo, igual se involucró en las investigaciones del caso.

Franco De Soria y Manuela Rodríguez habían contraído matrimonio unos diez años antes de los hechos, pero los padres de la chica se habían opuesto al mismo, porque siendo habitantes de El Valle, asumían que cualquiera que llevase un apellido italiano tenía por fuerza que pertenecer a aquella raza maldita que se había adueñado de su tierra. Por lo anterior, una vez que su hija contrajo matrimonio, los Rodríguez la dieron por muerta. En el caso del joven De Soria y si bien no podía negar sus orígenes, no estaba relacionado ni de lejos con la organización y era un humilde inmigrante milanés cuyos padres habían decidido probar fortuna de este lado del Atlántico, pero la misma resultó inalcanzable y no porque aquella no fuese una tierra de oportunidades, sino porque el señor De Soria era un bebedor empedernido. La esposa del sujeto prácticamente se había matado lavando y planchando para diversas personas, pero aquella vida que no lo era, cobró su cuota y la buena mujer falleció.

Como Franco no tenía motivos para sentir afecto por su progenitor, se dedicó a intentar salir adelante y le sorprendería poco y le dolería menos cuando se enteró de la muerte de su progenitor. Después de eso y habiendo conseguido un buen empleo en una floreciente empresa dedicada al mundo de los ordenadores, se aplicó a aprender de forma práctica todo lo que no habría tenido oportunidad de estudiar. Poco después conoció a Manuela que fue a trabajar en la empresa como vendedora, se casaron y un par de años más tarde nació Casiel. Como sus dos padres se dedicaban a lo mismo, aquel caballerito crecería entre fuentes de alimentación, memorias, microprocesadores, tarjetas gráficas y discos duros, con la resultante de que aprendería a manejar, a armar y a desarmar ordenadores casi antes de aprender a caminar.

Los De Soria no eran especialmente ordenados y su departamento estaba a medio camino entre un laboratorio de ensamblaje  y una tienda de repuestos del ramo, pero a su modo eran felices. Sin embargo, aquella fatídica noche, la pequeña familia se hallaba en el lugar y momento equivocados. El matrimonio falleció de forma instantánea, mientras que el niño fue llevado a urgencias, y en cuanto Favio se había enterado, había ido a verlo sorprendiéndose poco de encontrar a Luciano hablando con Camilo.

  • Pronóstico – estaba preguntando Luciano
  • Es pronto para decirlo con exactitud, pero en principio y suponiendo que supere el período crítico, es improbable que vuelva a caminar.

La noticia sentó muy mal a ambos chicos, aunque su malestar no se reflejó en sus expresiones.

  • Gracias Camilo – le dijo como solía hacerlo Ángelo y se marchó sin agregar nada más

No obstante, de ahí se fue derecho a ordenar la investigación de la familia, misma que llevó a cabo Favio en forma veloz, y Bianco, que era definitivamente el más diplomático de todos, fue enviado a hablar con los señores Rodríguez, pero Favio que había escuchado toda la odiosa entrevista, estaba indignadísimo, mientras que Dante y como de costumbre, expresó su opinión con su nula y característica delicadeza.

  • Tenías que haberme enviado a mí, Lucky – dijo – Te aseguro que esos tales no necesitaban una cara bonita, sino alguien que les hiciese entender sus deberes y te aseguro que yo lo habría hecho
  • No puedes ir a ningún lado justo ahora – dijo Astor
  • No, pero tampoco hay prisa, porque ni siquiera sabemos si el chico va a sobrevivir

Aunque todos sabían que Dante era lo bastante exasperante  y convencía a cualquiera por las buenas o por las malas, aquella gente era de la clase estúpida y en opinión de Bianco y de todos a decir verdad, Dante podría haberlos matado y sin duda lo habría hecho, sin lograr convencerlos de algo tan humano como hacerse cargo de su nieto, y menos si iba a quedar discapacitado.

Con las cosas así, y suponiendo que el niño sobreviviese, todos sabían cuál sería su futuro, algo a lo que Favio pasaría los próximos seis meses negándose tercamente y sería la primera y única vez que lo viesen discutir por algo.

  • Crack, no se puede, tú escuchaste lo mismo que yo, ese niño no volverá a caminar y…
  • El doctor Molinaro dijo que era improbable y eso es diferente a imposible – porfió
  • Bien, pero ciertamente tú no puedes ir por ahí haciéndote cargo de un niño cuando ni siquiera puedes tener hijos propios
  • Puede quedarse aquí y…
  • Ni siquiera sabemos qué querría, porque lleva casi seis meses aquí y no ha dicho nada – lo interrumpió Astor
  • Además, ¿Por qué querría quedarse con las personas que mataron a sus padres? – preguntó Dante




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