Destino de Sangre (libro 15. Sicilia)

Cap. 11 Los gemelos

 

Pierangelo, el último varón Del Piero, a sus casi cinco años, era un caballerito muy formal que a diferencia de su gemela que parecía una tormenta, ya que nunca podía estarse tranquila, él, y si bien era inquieto como cualquier niño sano de su edad, era mucho más obediente y tranquilo. Piero, como lo llamaban todos, había heredado  de sus padres la pasión por la música, de modo que Damila se había apresurado a matricularlo en la academia de artes donde ella había pasado media vida. Piero había demostrado tanto interés en los estudios como en la música y era sumamente aplicado; le encantaba ir a la escuela y siempre era el primero en terminar sus deberes. Si bien el gemelo ya tenía fijados sus afectos y amaba a toda su familia, parecía haber heredado de su madre el desmedido amor por Ángelo, de modo que jamás en su corta vida, había cuestionado nada que el nonno hiciese o dijese, y, aunque también amaba a Kelly, solía molestarse con ella cuando a su juicio, ella estaba molestando a Ángelo, pues como ya se dijo, para él todo lo que dijese o hiciese su abuelo, estaba bien y lo defendía del mismo modo que lo hacía Damila.

Piero no solía discutir por casi nada, y por el contrario, era el mediador oficial entre su hermana y Giuliano por ejemplo, que sí discutían por todo en la vida, pero a pesar de su carácter dulce y sus maneras corteses, si había algo peligroso en la vida era molestar más allá de lo razonable a aquel joven caballero. No era que Piero recurriese a la violencia y era algo que había ocurrido en poquísimas ocasiones, pero sí podía ser sumamente venenoso. Y como sería necio no imaginarlo, aunque Giulio había enloquecido por su hija, hacerle o causarle alguna molestia al príncipe heredero, era el camino más corto para perder la cabeza y en cuanto Giulio se enterase.

El caso de Pierangeli era más desesperante, porque los más negros pensamientos de Fredo se habían cristalizado en aquella niña, pues era una versión femenina de su progenitor en absolutamente todo, con el añadido de la acidez de la madre. Y a lo anterior, había que agregarle que siendo una hembra, y dándose el caso de que en la familia Del Piero eran escasas, las cosas se complicaban hasta el punto de la locura. A ella también le gustaba el arte, pero de quien había heredado la habilidad  era de su desaparecido tío Francesco. Siendo que Silvano había estado regalándole móviles desde antes de que ella supiese para que servían, lo que descubrió más pronto en los dichosos aparatos fue la cámara fotográfica, de modo que vivía fotografiando todo y a todos, pero en algún momento vio una cámara de verdad, como decía, y naturalmente la quería; aquello no habría sido muy novedoso, pues en opinión de Damila su hija siempre quería algo, y aunque sin duda, a cualquiera que se la hubiese pedido se habría apresurado a dársela, ella escogió pedírsela a aquel a quien le causaría un enorme dolor con eso. La niña había notado que Kelly y Damila lograban en algunos casos, que Ángelo y Giulio se negasen, pero Nicola no le prestaba atención a nadie y le habría dado a su nieta lo que pidiese sin importar que esto fuese una piedra lunar o la cabeza de alguien. De manera que un buen día la gemelita se subió a las piernas de Nicola e hizo su petición, logrando con ello que los corazones de todos se encogiesen, pero el de Nicola estuvo a punto de romperse en mil pedazos, pues tanto lo que estaba pidiendo, como la forma en la que lo estaba haciendo, le recordó con la mayor claridad y dolor a su hijo, pero aun así, más tardó ella en pedirla que Nicola en proporcionársela.

Otra característica de la gemela, y que preocupaba a casi todos por igual, era que parecía excesivamente inclinada a los deportes extremos, y naturalmente Damila culpaba de ello a Fabiano, pues el necio aquel, la había llevado no solo a locos paseos en motos de agua o de las otras, se había lanzado con ella en parapente, y lo menos riesgoso, si se quiere, era el skateboard, aunque Damila casi le acomoda en la cabeza la dichosa tabla que le dio el inconsciente aquel en la última navidad a Piera. También era responsabilidad de Fabiano que la niña sintiese pasión por las armas, pero al menos y hasta el momento, la gemela solo había fastidiado a su padre para que encontrase a alguien que la enseñase a manejar una espada por una parte, y por la otra, un arco, aunque Luciano tenía la fuerte sospecha de que aquello último se lo debían más a Dante que a Fabiano. De manera que aquella señorita era una muy ocupada, porque debía asistir a las clases de pintura, a las de esgrima y una vez a la semana Dante iba a la mansión para enseñarla a manejar el arco.

Giuliano Alfredo, y aunque no era hermano de los gemelos, era tratado como tal y eso iba desde los padres de los anteriores, hasta los Rossi. A Giuliano no le gustaba el arte en ninguna de sus formas, pues este chico era sin duda hijo de su padre y sufría de una inquietud que siempre haría que Ángelo se preguntase de dónde había sacado Silvano que el niño no se movía mucho, lo que el señor abogado parecía haberse perdido, era que eso había obedecido a que en el momento en el que lo había dicho, el pequeño Rossi estaba luchando por su vida. Aunque Damila lo amaba y lo veía y lo trataba como si fuese su hijo, Giuliano siempre por un motivo u otro, le causaba dolor al exhibir comportamientos, inclinaciones o expresiones que habían definido a Melisa. Una de esas cosas era la pasión por la piscina, de modo que terminarían apuntándolo en clases de natación, pues aunque Gianpaolo habría estado encantado de entrenarlo, y de hecho era quien los había enseñado a nadar a todos, en realidad no podía comprometerse con un programa de entrenamiento formal, pero disfrutaba en forma indecente diciéndole a Fredo que su hijo tenía una técnica mucho mejor que la suya. Giuliano a diferencia de su progenitor, no le gustaba la escuela y en eso también se parecía a Melisa quien siempre había dicho que la escuela era una tortura, pero teniendo a Piero y a Piera, a fuerzas se había ido adaptando, pero aún no terminaban el prescolar y ya Giulio tenía una indecente cantidad de citaciones por causa tanto de Piera como de Giuliano.




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