Destino de Sangre (libro 15. Sicilia)

Cap. 49 Despedidas

 

Aunque la última cosa que habría querido Damila, era asistir a otro funeral nunca, y menos habiendo estado en uno en forma tan reciente, igual se preparó para asistir a aquel. Para Kelly fue una sorpresa enterarse de que la totalidad de los Genovesse quisiese ir y más o menos por la misma razón que a Damila no le habría gustado hacerlo.

  • No tienes que hacer esto, Albano
  • Sé lo que estás pensando y no te voy a negar que será duro estando tan reciente la muerte de Fedele – le dijo sujetando sus manos – pero, así como tú estuviste ahí para nosotros, no esperes que nosotros no estemos para ti, porque somos una familia

Kelly se lo agradeció, pero cuando intentó disuadir a los más jóvenes, el fracaso fue igualmente ruidoso, especialmente con Italo.

  • Cielo, tienes clases y…
  • Y puedo ponerme al día mañana
  • Italo – intentó Luciano
  • Padre, si no te importa, y aunque así sea, esto es entre la nonna y yo, y no, no pienso dejarla ir sola…
  • No va sola – puntualizó – porque aparte de muchas otras personas, yo iré con ella
  • Claro, pero tú no eres yo
  • Pue eso es según­ – escuchó Luciano, aunque no le prestó atención al gracioso fuera quien fuere

Ángelo por su parte, y a pesar de que se había pasado la vida riñendo a sus sobrinos cuando alguno le hablaba de aquel modo a sus padres, el sentía una grosera satisfacción cada vez que Italo hacía sentir a Luciano como él hacía sentir a todo el mundo.

  • Veo que has cambiado tus costumbres – le dijo a Ángelo cuando Italo sujetó el brazo de Kelly y comenzaron a caminar hacia la puerta
  • No, pero casi estoy por pensar que la tan promocionada justicia divina sí existe
  • Bien, entonces te sentará bien lidiar con él, pues pasará más tiempo contigo que conmigo – le dijo alejándose y dejando a Ángelo con el habitual deseo de asestarle

Mauro pensó que Ángelo era muy iluso si pensaba que podía fastidiar a Luciano de ese modo, pues aquel sujeto era un experto en fastidiar a todo el mundo, mientras que a los demás les quedaba muy difícil conseguir lo mismo.

A los Rossi nadie había intentado disuadirlos, pues sabían que el sujeto fallecido, y aunque nadie lo conocía, era el tío de Damila y no había manera de que ellos no hiciesen acto de presencia.

La ciudad de Arenales estaba muy cerca de Punta Dorada, así que fue un vuelo cortísimo, y cuando llegaron ya los esperaban los vehículos que los trasladarían hasta la funeraria.

Jorge Montiel había sido unos cinco o seis años mayor que JC, se había casado y había tenido dos hijos, pero su mujer lo había dejado después del accidente, y sus dos hijos vivían en el exterior desde hacía varios años, de manera que el sujeto vivía solo, o al menos hasta donde Damila y Kelly sabían, de manera que se sintieron sorprendidas al llegar y ver a una mujer llorando sobre el ataúd.

La llegada de los Del Piero causó cierta conmoción entre los presentes que en conjunto no eran muchos, y no solo por el número de personas, sino por el personal de seguridad que los acompañaba. Damila buscó con la mirada a su padre, pero Gianpaolo que iba tras ella, se inclinó un poco.

  • Los señores Montiel no han llegado
  • No lo puedo creer – dijo Damila

Mientras que a Kelly le extrañó menos y de hecho pensó que el padre JC ni siquiera iría, porque su mujer siempre había odiado a Jorge. Kelly recordaba en forma vaga a los hijos de Jorge y solo sabía que ambos llevaban el nombre su padre, uno era Jorge Andrés y el otro Jorge Armando, pero, aunque intentó localizarlos, aquella era una tarea destinada al fracaso, porque los chicos ni siquiera se parecían al padre como para identificarlos por eso. No obstante, era posible que ella no los recordase, pero los chicos sí a ella y caminaron hacia el grupo, aunque fueron detenidos por los GA.

  • Nombre – dijo Piero
  • Soy Jorge Armando, Kelly – contestó él, pero mirándola a ella
  • Está bien Piero, gracias – le dijo ella

Como Ángelo asintió, Piero y Bianco les dejaron el camino libre, aunque siguieron atentos.

  • Les agradezco que hayan venido – dijo incluyendo a Damila
  • No habríamos podido dejar de hacerlo, sabes que queríamos mucho a tu papá
  • Lo sé – dijo él y ambos se dejaron abrazar por ella y luego Damila procedió del mismo modo

Después de eso hubo una breve presentación de los esposos de ambas, pero presentar a todo el grupo familiar habría sido muy largo, así que se limitaron a decir que eran familia y nada más. Cuando entraron, las mujeres Rossi iniciaron su rosario mientras que los hermanos Montiel le presentaban, a unas asombradas Kelly y Damila, a una mujer relativamente joven, como la pareja de Jorge. Ellas ofrecieron sus condolencias, pero una vez que se alejó, Damila no pudo amarrar su lengua.

  • No sabía que tío Jorge se había casado de nuevo
  • Y no lo hizo, pero Amalia siempre estuvo enamorada de él, y después que mamá se fue, y si bien nunca vivió en la casa, porque papá no quiso casarse de nuevo, ella no dejó de ocuparse de él durante todos estos años.




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