Aunque la última cosa que habría querido Damila, era asistir a otro funeral nunca, y menos habiendo estado en uno en forma tan reciente, igual se preparó para asistir a aquel. Para Kelly fue una sorpresa enterarse de que la totalidad de los Genovesse quisiese ir y más o menos por la misma razón que a Damila no le habría gustado hacerlo.
Kelly se lo agradeció, pero cuando intentó disuadir a los más jóvenes, el fracaso fue igualmente ruidoso, especialmente con Italo.
Ángelo por su parte, y a pesar de que se había pasado la vida riñendo a sus sobrinos cuando alguno le hablaba de aquel modo a sus padres, el sentía una grosera satisfacción cada vez que Italo hacía sentir a Luciano como él hacía sentir a todo el mundo.
Mauro pensó que Ángelo era muy iluso si pensaba que podía fastidiar a Luciano de ese modo, pues aquel sujeto era un experto en fastidiar a todo el mundo, mientras que a los demás les quedaba muy difícil conseguir lo mismo.
A los Rossi nadie había intentado disuadirlos, pues sabían que el sujeto fallecido, y aunque nadie lo conocía, era el tío de Damila y no había manera de que ellos no hiciesen acto de presencia.
La ciudad de Arenales estaba muy cerca de Punta Dorada, así que fue un vuelo cortísimo, y cuando llegaron ya los esperaban los vehículos que los trasladarían hasta la funeraria.
Jorge Montiel había sido unos cinco o seis años mayor que JC, se había casado y había tenido dos hijos, pero su mujer lo había dejado después del accidente, y sus dos hijos vivían en el exterior desde hacía varios años, de manera que el sujeto vivía solo, o al menos hasta donde Damila y Kelly sabían, de manera que se sintieron sorprendidas al llegar y ver a una mujer llorando sobre el ataúd.
La llegada de los Del Piero causó cierta conmoción entre los presentes que en conjunto no eran muchos, y no solo por el número de personas, sino por el personal de seguridad que los acompañaba. Damila buscó con la mirada a su padre, pero Gianpaolo que iba tras ella, se inclinó un poco.
Mientras que a Kelly le extrañó menos y de hecho pensó que el padre JC ni siquiera iría, porque su mujer siempre había odiado a Jorge. Kelly recordaba en forma vaga a los hijos de Jorge y solo sabía que ambos llevaban el nombre su padre, uno era Jorge Andrés y el otro Jorge Armando, pero, aunque intentó localizarlos, aquella era una tarea destinada al fracaso, porque los chicos ni siquiera se parecían al padre como para identificarlos por eso. No obstante, era posible que ella no los recordase, pero los chicos sí a ella y caminaron hacia el grupo, aunque fueron detenidos por los GA.
Como Ángelo asintió, Piero y Bianco les dejaron el camino libre, aunque siguieron atentos.
Después de eso hubo una breve presentación de los esposos de ambas, pero presentar a todo el grupo familiar habría sido muy largo, así que se limitaron a decir que eran familia y nada más. Cuando entraron, las mujeres Rossi iniciaron su rosario mientras que los hermanos Montiel le presentaban, a unas asombradas Kelly y Damila, a una mujer relativamente joven, como la pareja de Jorge. Ellas ofrecieron sus condolencias, pero una vez que se alejó, Damila no pudo amarrar su lengua.