Cap. 51 Verdades que sanan
Cuando Luciano había llegado a la base, y antes de que Javier les informase del estado de Isabella, como él sabía sin margen de error lo que la chica había intentado hacer, había dado órdenes de registrar en primer término la habitación de Isabella, pero como ese registro no había arrojado luz sobre qué podía haber ingerido la chica, tuvo que esperar por los resultados del laboratorio, y estaba con Silvano que había salido un momento, cuando Javier les informó del resultado.
- El componente activo de lo que haya tomado, es Benzodiazepina
Luciano compuso expresión de horror y no precisamente por el hecho actual, sino porque automáticamente pensó en Kelly, así que sin decir nada más, le dio la espalda y comenzó a correr por el pasillo dando órdenes después de pedir conexión abierta.
- Raider
- Aun dormida – le dijo
- Atención – continuó y todos la prestaron – quiero un registro exhaustivo de toda la casa – puntualizó – que no quede un rincón sin revisar, y lo que están buscando es cualquier medicamento que contenga Benzodiazepina
Para cuando terminó de girar las órdenes, ya se estaba subiendo a su moto y escuchó a Hanna.
- Raider solicita comunicación encriptada
- Conéctalo
- Lucky, no he dejado de efectuar ese registro a diario
- Lo haces en su habitación y en su estudio, pero evidentemente esto está en otro lugar, porque fue lo que tomó Isabella Rossi. Y, en cualquier caso, asegúrate de revisar el equipaje de Ika, porque estuvo en su casa
Bianco sintió que algo muy frío recorría su espalda al pensar en eso, pero estaba bastante seguro que ella no estaba atravesando ninguna crisis por esos días, pues si había alguien que después de tanto tiempo pudiese notarlo, era él. Aparte de lo anterior, y suponiendo que lo hubiese traído de su casa, Isabella no lo habría sabido ni habría tenido oportunidad de tomarlo. Sin embargo, procedió a efectuar el registro y aún estaba en ello cuando llegó Ángelo, de modo que tuvo que explicarle por qué estaba revisando los efectos personales de Kelly. Ángelo corrió hacia la cama y sujetó su mano.
- No se preocupe, ella está bien, solo está dormida y sus constantes se encuentran estables
Como Ángelo no dijo nada más, continuó en lo que estaba hasta finalizar y Ángelo lo miró.
Ángelo no tenía intenciones de bajar a cenar, y cuando Luciano llegó se fue derecho a aquella habitación, aunque ya Bianco le había informado que no había encontrado nada.
- ¿No crees que ya deberíamos despertarla? No ha comido nada en todo el día – le dijo
- Sí, pero estoy esperando que llegue Samuel
- ¿Por qué? Ella no…
- AG, ya sé que ella no intentó nada en su contra en esta ocasión, pero no tenemos idea de cómo va a afectarla la situación, porque a duras penas es capaz de enfrentar el hecho de haber atentado tantas veces contra su vida y es algo que sabes, porque cada vez que pierde el conocimiento por cualquier motivo y despierta desorientada, lo primero que vemos es su expresión de terror al pensar que lo hizo de nuevo. Así que siendo que yo no soy psiquiatra y no sabiendo cómo va a reaccionar al enterarse que alguien cercano a ella lo ha hecho, prefiero tener la ayuda correspondiente y adecuada
- ¿Y cuándo llegará Samuel?
- Está en… – pero se detuvo - ¿Cómo has dicho? – preguntó y Ángelo supo que no era con él, pues se había girado comenzando a caminar hacia la puerta
Si Ángelo quería enterarse de lo que estaba sucediendo, tendría que ir tras él, porque Luciano salió sin decirle nada, así que se apresuró a alcanzarlo y lo vio correr hacia el final del pasillo, de modo que pensó con horror que a Don Guido le sucedía algo, pues la mayoría de los Rossi dormían en el otro pasillo y Luciano acababa de doblar hacia allá. Sin embargo, una vez que llegó y al no ver al anciano, recordó que se había quedado en la base, así que prestó atención.
- ¿Ya revisaste toda la habitación? – le estaba preguntando a Dinka
- Esta sí, de la de la señorita Rossi se encargaron Ghost y Shadow
- ¿Ghost?
- No encontramos nada, así que la única caja del medicamento es la que se encontró al lado del cesto de la basura en la habitación de Don Guido, pero aún no terminamos con la revisión del resto de la casa
- ¿Qué sucede? – preguntó Ángelo
- Al parecer ya sabemos de dónde sacó las pastillas – le dijo extendiéndole lo que parecía un récipe médico y la caja vacía que había mencionado Carmelo – Le recetaron ese medicamento a Don Guido
- ¿Por qué? – preguntó con extrañeza – Él es hipertenso y no tiene ningún problema mental
- En ocasiones, los médicos recetan esa clase de medicación a pacientes hipertensos para que duerman más o para que bajen sus niveles de estrés – le llegó la información de parte de Pavel y Luciano se la transmitió a Ángelo
- Vamos niño, si hablamos de estrés – puntualizó – yo sería más candidato a eso que Don Guido y ciertamente no me han dado algo así
- Seguro, porque si con dificultad te tomas lo que debes, nadie iba a recetarte nada más