Destino de Sangre (libro 15. Sicilia)

Cap. 73 Hijos

 

Una de las cosas que más había preocupado a Camilo cuando se enteró de la sorpresiva boda de Emilia y Luigi, fue algo que no sabía nadie excepto él. Hacía unos quince o dieciséis años atrás, y poco antes de que Luigi fuese enviado fuera del país para proteger su vida, él había llamado a Camilo pidiéndole verse en la otra clínica. Camilo automáticamente pensó que se había metido en uno de aquellos líos por los que Ángelo hacía mucho escándalo, pero que al final, era quien terminaba encargándose, de manera que en primera instancia le extrañó que fuese Luigi y no el anterior, quien lo llamase, porque aquellos chicos no parecían lo bastante responsables de sus actos ni antes ni después del desastre.

Lo que Camilo no sabía, pero se enteraría aquel día, era que Luigi no era como su hermano Fedele, por ejemplo, ni como sus primos en cualquiera de sus versiones. No obstante, de la extrañeza pasaría velozmente a la incredulidad.

Lo anterior, obedecía a que Luigi no lo buscaba por lo habitual, y, aunque efectivamente se presentó con una chica, esta se quedaría en la sala de espera, pues si la llevó, fue porque aquel individuo era demasiado hábil e inteligente, y sabía que si su tío se enteraba de que había estado en aquel lugar, y estaba seguro que lo haría, porque no había casi nada que su tío no supiese, él se aguantaría el sermón, que en cualquier caso, asumía sería menor que el que Ángelo solía largarles a sus hermanos y primos, algo que sabía, pues había estado presente en la única ocasión en la que Aldo, su muy serio y estudioso hermano mayor, se había metido en un lío como aquel.

La cuestión era que Luigi no había llevado a la chica porque estuviese embarazada y quisiera deshacerse de la criatura, sino como tapadera para su verdadero objetivo, que no era otro que el mismo por el que lo había buscado Luciano unos tres años antes, es decir, quería esterilizarse. Camilo se sintió muy consternado y preguntándose que les sucedía a aquellos chicos. Lógicamente él hizo su mejor esfuerzo por disuadirlo, y asumiendo que era una forma algo arbitraria y del todo exagerada e innecesaria si lo que quería era evitar sorpresas.

  • Luigi, hay formas igualmente seguras y menos traumáticas de evitar…
  • No quiero hijos, Camilo, ni ahora ni nunca

Como Camilo había conocido a todos aquellos niños desde la cuna, sabía que aquel era uno de los menos simpáticos y sí muy problemático, aunque hasta la fecha no se había presentado con él la eventualidad de una paternidad dudosa. Camilo intentó entonces asustarlo diciéndole que aquello era invasivo, innecesario y doloroso, pero había sido como si le hablase a la pared, porque cuando finalizó una larguísima y muy exagerada exposición de motivos adversos, Luigi solo preguntó cuánto tiempo debía permanecer hospitalizado, pues necesitaba esa información para acomodar su agenda y que Domenico no interfiriese.

Como no hubo forma de convencerlo de lo contrario, al final Camilo le dijo que en realidad era una intervención ambulatoria, es decir, ni siquiera tendría que quedarse en la clínica más que unas pocas horas.

Siendo que Luigi estaba sano, el preoperatorio solo consistía en una analítica de sangre, Rayos X de tórax y un electrocardiograma, de manera que pautaron hacerlo al día siguiente.

Lo que Camilo nunca sabría, era que si bien era cierto lo que le había dicho Luigi en el sentido de que no quería tener hijos nunca, era algo que, el mismo Luigi no había pensado con anterioridad, sino que sucedió unos días antes cuando una chica muy tonta, quiso endilgarle un embarazo del que estaba positivamente seguro no era responsable ya que nunca la había tocado siquiera, pero ella estaba demasiado ebria la única vez que habían salido, y en realidad no había salido con él precisamente, sino en el grupo en el que él estaba. No obstante, esto lo hizo pensar en que era algo que podía ocurrir, aunque él se había cuidado mucho de ello, y más que por responsabilidad, y aunque eso no lo sabía en ese momento y no lo sabría hasta muchos años después cuando iniciara la terapia con Samuel, si no quería tener hijos, era por su propia experiencia de sentirse abandonado, y de acuerdo a lo que le explicaría Samuel, no quería hacerle aquello a un hipotético hijo.

El asunto fue que, cuando Camilo se enteró de aquel precipitado matrimonio, supo dos cosas: la primera, que no era debido a un embarazo, pues él había efectuado aquella esterilización hacía más de quince años, así que no había ninguna posibilidad de que fuese por eso; y la segunda, que en realidad Luigi nunca podría darle hijos a la suya. Pero si pensó que Emilia no lo sabía, era porque en verdad no conocía como creía a Luigi, ya que una vez que Luigi se rindió ante sus sentimientos, una de las primeras cosas que le dijo a Emilia fue aquella, de modo que cuando él, intentando ser lo más delicado posible, quiso saber si su hija estaba al tanto, se enteraría que era así.

  • Papá, lo que quieres saber no es si quiero tener hijos, sino si sé que Luigi no puede tenerlos, y sí, sí lo sé
  • Emilia…
  • Tranquilízate, es verdad que no me lo había planteado, pues tú mejor que nadie sabe, que nuestra profesión es demandante, y si no había tenido ocasión de plantearme una relación, menos aun lo había hecho en el sentido de tener familia, pero me enamoré, papá, y sé que él me ama, así que no, no es un problema para mí que no podamos tener hijos, porque, en cualquier caso, ya hay muchos niños en esta familia y seguramente vendrán más




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