Tomo mi mochila y me dirijo abrir la puerta de mi habitación, mi cuerpo parece estar inerte al visualizar el cuadro de mi madre por el pasillo de la casa. Sí, tal vez la odio y por eso detesto mirar su cara. Mi mirada siempre me recuerda a ella, soy su reflejo en el maldito espejo. No soy guapa y mi vida es una miseria. Gill me dice que soy niña la más bella del mundo, pero yo al escuchar tales cosas siempre salgo huyendo y llorando por la falsedad de aquella mujer que alguna vez me dio tanta felicidad y hoy solo me rompe en mil pedazos. Hoy la encuentro en la sala ebria y desnuda.
Golpeo tan fuerte la puerta, y me arrodillo, finalmente me levanto con fiasco y me dirijo a la escuela.
Es en ese momento, recuerdo que no desayune, aunque eso sea algo común en mi vida, me doy un tiempo para hacerlo y pienso en ese aroma a café y el olor de pan recién horneado que emana de aquella esquina. –
- ¡Genial! -exclamo- hoy pensare que será un día hermoso y no gris como los demás.
-Hola -digo- con voz baja y temblorosa a la mesera.
Raquel lo único que hace es dirigirse a mí...
-Vaya, ¡Que sorpresa que luego de tanto tiempo regreses! - dijo-
Me levanto y le digo – Tengo clase me puedes dar un capuchino y un sándwich por favor-. Terminó y salgo rápido porque llegaré tarde a la escuela, pero en ese momento tropiezo con alguien, sacudo mi uniforme y levanto mi rostro y veo a Greg. Me disculpo y me alejo porque ya tenía mi cara tan roja como un tomate ¨literal¨.
Me emociona saber que hoy tengo arte, es la única clase que amo y probablemente es la materia en la que más destacó. Tomó el asiento que está delante de Greg y me mira desconcertado quizás por lo que pasó en la cafetería. Luego de un rato la clase está a punto de terminar.
Miro por la ventana y está lloviendo, es en eso que suena el timbre de salida. Pienso en voz alta - Claramente el canal del clima no pronóstico nada de lluvia-, ¡Genial! hoy llegaré empapada a casa. De repente Greg me encuentra parada fuera de la escuela y me dice- Deseas compartir este paraguas conmigo-. Entonces mi cabeza se enreda con tantas preguntas y murmuró -sí-.
De repente paró de llover y tomamos caminos separados, me dirijo a casa por aquel callejón y el grupo de 4 me esperan, sus voces retumban mis oídos al pronunciar mi nombre -Collet querida acércate- -No temas- jaja.
Mi alma suplica ayuda y mis ojos al mirarlas demuestran miedo. Mafa la ricachona y la maldita que parece una idol, Hye la chaparra y de pelo corto color negro, una descripción de malvada basada en el comic, pero la líder Rose, la plástica y Donia la matona de ellas la que me exprime los huesos y la sádica que no para de golpearme hasta que no esté rodeada de un charco de sangre. Recalcó, estudio en un taller de boxeo es rebelde y nadie la controla-.
-Mi querida Collet- dice riéndose Rose. -Míranos... -No estamos fabulosas con estos atuendos. -ja ja qué porquería te has puesto hoy, pareces una mendiga. -escucharon-dice
Mi mente no se desplaza a responder y mi cuerpo no atina a moverse, es en ese momento que Donia me agarra por la espalda y me agarra del cuello mientras Rose me da golpes en el abdomen y menciona -que en la cara no porque ya soy una monstrua-. Finalmente se cansan de su juguete y cuando siento que ya acabo mi vida, Mafa y Hye me patean y me adornan como pastel. De repente veo a Rose darse la vuelta y al abofetearme dice:
- No te metas con Greg él es mío-
Ahora comprendo todo era por Greg mi amor platónico y unilateral, por desgracia todavía tengo algo de fuerzas, camino hacia casa retorciéndome de dolor, pero me desvió y termino en la parte superior de un puente, hoy quiero acabar con el problema, después de todo es mejor cortarlo desde la raíz, subo las barandas y cuando me estoy por lanzar alguien me sostiene.
Al girarme para decirle que me soltara, vi a un joven muy guapo tendría algo de 21 o 22 años, me quede petrificada y sin moverme mientras mis lagrimas caían.
-Tienes una larga vida por delante, hay personas que te quieren- dijo
Soltándome de sus manos me retrocedí mientras le grité- De que me sirve esa mierda, no vale la pena vivirla, mucho menos en mis condiciones- y Sali corriendo
Al llegar a mi casa Gill estaba en la Cocina, me dispuse a subir a mi habitación y cerrar con llave, termine desmayada al costado de mi cama, me levanto luego de escuchar la puerta- no recuerda cuánto tiempo estuve inconsciente- lloro en silencio por ser cobarde.
-Collet- dice mi madre, se te enfría el almuerzo, no vine antes porque temía que no hablaras conmigo-Lo siento cariño... - Ya bajo- murmuró
-Mira me dice... mi niña ya creció.
– estaba maquillándome, pero todo salió un fracaso-. Sin embargo, todo era para tapar la abofeteada de Rose y que ella no comenzará a llorar como víctima
Después de todo, yo no siento algún remordimiento por ella y tampoco la perdono de corazón. Algo dentro de mí quiere gritarle y llorar. De repente me levanto de la mesa – impulsivamente- y salgo corriendo a mi habitación. Me molesta pensar en Gill, pero aun así sigo necesitándola y evitando su cariño no sé hasta cuándo, aunque he vivido en soledad todo este tiempo no sé porque aún me preocupa. Por ahora me prepare para ir a la cama y pensaré cómo tapar todas las heridas en mi cuerpo, mañana será un grandioso día.