(Hanssen)
Este fin de semana fue una completa locura no solo por lo sucedido con Collet sino porque fue mi culpa que Ariadne muriera.
Fui un completo idiota al pensar que migrando de Preston cambiaría algo, últimamente la culpa no me deja dormir por las noches, siempre sueño con aquella vez donde ella comienza a huir y alejarse de mí, esa sensación donde soy un completo monstruo, esa es la última sensación que quiero creer por parte de ella ahora que ya no está en mi vida.
Después de que ella dejara de existir, sus padres no me inculparon, me agradecieron haberla hecho sonreír, pues durante mucho tiempo su rostro había sido gélido no solo con ellos, sino con aquellos que se le acercaban, aunque aun no comprendo porque conmigo fue diferente. Aquella niña de dulce mirar había sido opacada por una enfermedad incurable, a pesar de todo lo que hicieron la Señora kardy y el señor Mark para que ella siguiera viviendo no pudieron salvarla.
Recuerdo que una semana a la muerte de Lau, me llamaron porque ella me había dejado cierta parte de su herencia y una casa de playa, obviamente les rechace, diciendo -yo no fui alguien digno para ella, y por ello no aceptaré nada de lo que deje en mi nombre.
Antes de que pudiera seguir la señora Kardy me invitó a pasar.
-Hans escucha, ella hubiera querido que vivieras feliz, sabes que eres como un hijo para nosotros, por favor deja de culparte-me dijo
En ese momento me desmorone por completo, me arrodille hacia ella y le suplique perdón... continúe con ello... por favor perdóneme, por favor.
Ella me levanto, secó mis lágrimas y dijo – no tenemos nada que perdonarte-, mientras tomaba la mano del señor Mark, él puso su mano en mi hombro y comenzó a contar una anécdota mientras miraba por la ventana.
-Sabes, ella nunca se sintió cómoda incluso bailando con su padre, una tarde los vi cerca del balcón y me quedé en silencio mientras los observaba, ella te tomaba y daba todo de sí para impresionar con su baile, tú parecías nervioso y un poco tenso, más que mi pequeña, - no es algo raro -exclamó
Siempre supe que serias el indicado para ella, pero la vida fue tan cruel que se la llevó antes- solloza el señor Mark-
-Ahora te pido que comiences desde cero y aceptes lo que ella te dejo- me dijo
-Vive feliz Hans eso es lo que hubiera querido ella para ti, y cuando tengas a alguien con quién compartir tu vida no dudes en traerla con nosotros- dijo la señora Kardy
Antes de despedirme sacó una carta de su bolsillo y me la entregó.
-Esto te pertenece- me dijo
Los abracé y salí, cuando me encontraba fuera de esa mansión, la contemplé por un tiempo y recordé todo lo vivido con ella.
Era otoño y mis padres recibieron la invitación de la familia Omerson, sus amigos de la infancia.
El sobre era pequeño pero vistoso, en él decía-Nos gustaría que nos acompañen y que pasaran una tarde por el hipódromo-
----Con estima Mark y Kardy-----
Llegó el día y nos preparamos todos, en aquel entonces aún se encontraban conmigo. Recuerdo que ellos nos estaban esperando junto a una mesa VIP, a decir verdad, tenía una vista increíble, la primera aparición con Ariadne fue un poco simple, mis padres y los señores Omerson nos presentaron.
-Hola, buenas tardes señor y señora Omerson- dije
-Mi nombre es Hanssen Dei- mencioné
Mi hermano hizo lo mismo, sentí que a ambos nos parecieron muy simpáticos.
-Hola Hanssen y Frank -respondieron
Ella es Ariadne, pero de cariño le decimos Ari.
-un gusto- le dijimos
Ella prácticamente dijo - si como sea, igualmente-, creí en ese entonces que era alguien creída y mimada, no solo por ser la única hija sino porque su familia era adinerada, mis padres también tenían lo suyo, pero después de su muerte todo fue más complicado
La estudie, puesto que siempre me gusta observar a la gente, con sus padres era cariñosa, pero con las demás personas era solo gentil por cortesía, en ese entonces no sabía mucho de Ari, pero luego de pasar más tiempo con ella todo se volvió tan claro.
Pronto se volvería cotidiano visitar su casa, paseos en el club de golf, invitaciones al hipódromo y diferentes actividades, nuestros cumpleaños siempre se celebraban doble, primero era en la casa del complementado y posteriormente a la casa del otro, cada año era igual. De un día para otro, cuando ya cumplía 13 años y ella 15 años, me enteré por casualidad de la extraña enfermedad de Ari.
En la fiesta de cumpleaños de ella, el doctor también era uno de los invitados.
Yo me encontraba saliendo del baño y los señores Omerson estaban reunidos con el Dr. Oudinot por el pasadizo.
El doctor les dijo- hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos, pero no podemos hacer nada más por ella, solo podremos tratar de apaciguar su muerte con antibióticos y medicamentos-
- ¿Cuánto tiempo? – dijo la señora Kardy
-4 años como máximo, pero si la cuidan y no la dejan salir al exterior, puede durar un poco más- respondió el doctor