(Salmoné)
Avanzo por el campamento estableciendo las ideas, medidas ardorosas, me digo al detenerme frente a la tienda de Alain, pero se debe hacer, debo hacerlo, al entrar lo veo sentado frente a la mesa desayunando.
-buen día –saluda con su optimismo de costumbre, Alain en físico es un hombre mirada picara con sus ojos castaños sonrisa y cabello castaño oscuro yo lo considero mi hermano porque es cómo él que nunca tuve aunque no tenemos absolutamente ningún parentesco.- ¿Qué haces tan temprano aquí, pasa algo?
-tenemos que hablar.
-¿Es algo urgente?
-es urgente.
Se limpia con la servilleta al levantarse -¿Qué pasa?
-ayer recibí una carta de mi rey, supongo que ya sabes del asedio de Télem a Hoslem –asiente- y supongo que también sabes sobre el rumor de que piensa hacer un lazo con uno de sus países vecinos es decir Nayot o Dacíl.
-no, eso es nuevo -como sospeché- pero no lo entiendo, Dacíl se encuentra inestable políticamente ¿Por qué creé el príncipe Josec que estaríamos en su lista?
-no lo sé, pero lo cierto es que se me ha adelantado la misión.
-¿De qué hablas Salmoné? –es ahora.
Aclaro la garganta –de mi misión de encontrar al príncipe Brachen.
Alain se ve confundido -¿Por qué?
-el príncipe no me dice por qué sino el que, tengo la suposición que piensa hacer una especie de trato con él, pero no estoy segura del todo.
Aquello no le cayó en gracia -¿Desde cuándo te ordenó esto?
-desde hace meses.
-¿Qué dijo sobre nuestro acuerdo?
-nada, no dijo nada todo está igual Alain. –aseguro.
Bufea –si claro ¿Tú crees que pueda ser aliado de los dos al mismo tiempo? Nada está igual Salmoné, tenemos objetivos contradictorios, tu rey busca al príncipe Safír para conversar con él y yo lo busco para matarlo por supuesto que las cosas han cambiado. –Se restriega las manos en el rostro, está estresado- ¿Por qué no me lo dijiste antes?
-porque no estaba segura de cuáles eran sus intenciones y no pensaba decírtelo hasta estarlo, pero las circunstancias me han obligado a decirte aún sin saberlo, soy un soldado y me toca obedecer.
-eres un Superior.
-no hay diferencia. Recibo órdenes tal como un soldado.
-¡Es mi enemigo! –estalla.
-¡Lo sé! –contesto y el silencio circula en la tienda.
“en situaciones difíciles, las decisiones son difíciles.” Recuerdo.
-“¿Qué pasó con lo que tu enemigo es mi enemigo?”
-esto es diferente, tengo una orden y el príncipe Brachen no ha hecho nada malo a mí parecer.
-no lo conoces.
-tu tampoco. –uno las manos para tomar fuerzas, es mi amigo pero las decisiones difíciles deben tomarse. –perdón, vine a decirte que me voy, en este punto veo que nos tocará tomar caminos distintos.–me despido inclinado la cabeza.
-¿Te vas ahora a buscarlo?
-nadie más lo hará por mí–y sin esperar respuesta salgo de la tienda.
-¡Salmoné! –Me sigue y me detengo- no puedes plantearme esto e irte.
Lo miro esperando escuchar lo quisiera oír pero no creo que sea así, el viento del norte mece las mechas de mí cabello y junto con ella la túnica de mi vestido grisáceo, mis hombres esperan a las afueras del campamento listos para partir, solo dilo, nuestra amistad no desaparecerá por esto, lo entenderé.
El príncipe Josec me había enviado a Dacíl a ganarme a Alain, un hombre joven de veintisiete años que a pesar de su juventud dirige una de las bandas más grande y organizada de Dacíl llamado los grises cuyo nombre tiene un gran trasfondo político, hay quienes ven a este grupo como como un simple bando de saqueadores pero el príncipe Josec desde los informes pudo ver más allá que eso, sabía que no era lo que aparentaban ser ellos tienen la ideología de lograr la paz en Dacíl y el príncipe Josec me envió aquí a Dacíl a persuadir al líder de los grises Alain formando una alianza, luego de eso simplemente me tocaba esperar instrucciones, hasta ahora. Pero con estas nuevas instrucciones las circunstancias están cambiando, Alain no solo le tiene odio a la reina regente sino a su sobrino, el príncipe Safír, el hecho que el príncipe Josec me ordene encontrar al príncipe Safír de alguna manera cambia las cartas y que Alain me apoye en esa búsqueda significaría despegarse a su misión de matarlo y no solo eso también significaría permitir que el príncipe Brachen tomara el trono.
Miro a Alain mientras esté cierra los ojos con una mano en el rostro.
De verdad deseo desde lo más profundo de mi ser que no nos volvamos enemigos, si él no está de acuerdo con la decisión el príncipe Josec lo más probable es que tarde o temprano terminemos enfrentándonos.
Miré a sus hombres, hemos comido del mismo pan, mis hombres y los suyos han compartido tiendas, municiones... No solo Alain y yo tenemos esta amistad también nuestros hombres...
Se pasa la lengua por los labios –solo déjame pensar.
Gracias, dije en mi interior.
-te daré este día.
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(Emily)
<<Los días pasaban y los preparativos para el viaje se fueron haciendo, creía que debía tener una respuesta antes de que se fueran, había escuchado que él príncipe Safír iría con ellos también él sr Kéber y él sr Jabné la idea que las únicas personas que conocía mejor se ausentaran resultaba inquietante pero sabía que tenía mayores problemas que esas, aun así no dejaba de sentirme confundida y extrañaba mucho a mi familia.
El desasosiego continuo me mantenía en constante ansiedad>>
Valor ¿Cómo diablos se cultiva?
Salisa me quita las vendas de la mano concentrada como de costumbre.
-¿Por qué siempre empiezas ahí?
-las cosas importantes se hacen primero señorita, y esto es una de las cosas que más me importa que sane primero, las manos para ustedes es algo que debe protegerse mucho. -¿Ustedes? Debe referirse a los Powers.
Editado: 07.01.2025