¡ Devuélvan a la niña !

Capítulo 15

Capítulo 15

Valentyna Petrivna estaba muy sorprendida por varias razones.

Esa mañana, para empezar, su jefe le había encargado que verificara los documentos relacionados con una niña llamada Orisia Barida.

Se sorprendió aún más cuando vio que en el certificado de nacimiento figuraba como padre Sergiy Vasylovych Lozar. La secretaria incluso se limpió las gafas para asegurarse, miró otra vez a través de los cristales bien limpios, preguntándose si no estaba viendo cosas. Luego se echó unas gotas de Corvalol, lo bebió y siguió estudiando el documento. Claro, entendió de inmediato que su jefe no confiaba en ese certificado, por eso quería que lo comprobara todo… Tal vez fuera falso: había muchos rivales y envidiosos en torno a su empresa y al propio Sergio…

Todo eso sucedía mientras el jefe iba en coche hacia la oficina. En ese momento él le había reenviado por correo electrónico el certificado de nacimiento de la niña. Valentyna envió algunas solicitudes a diferentes registros oficiales donde tenía conocidos, y también hizo una consulta al registro civil donde se había tramitado el documento. Además, pidió algunos informes sobre la madre de la niña, Vira Stepanivna Barida, a cuyo apellido estaba registrada la pequeña.

Por alguna razón, la madre no la había inscrito con el apellido del padre, pero ahora, tal vez, se entendía: estaba ocultando el nacimiento de la niña. Si es que en verdad era hija de Sergio Lozar…

La tercera gran sorpresa para la secretaria fue que su jefe llegó acompañado de esa misma niña, cuyo certificado de nacimiento reposaba ahora en el cajón de su escritorio.

La niña se parecía muchísimo a su jefe, y aunque Valentyna Petrivna no hubiera visto el certificado, probablemente, si los hubiese encontrado en la calle, habría pensado sin dudarlo que eran padre e hija. Pero su jefe no quería verlo. Evitaba estar junto a ella, le gruñía constantemente... En fin, se entendía: nunca había tratado con niños, y probablemente les tenía algo de miedo. Hablaba con Orisia como con un adulto. Y eso no estaba mal, pero hacía falta un poco de calidez y humanidad en ese trato, algo que a su jefe le faltaba claramente.

Fue entonces cuando el corazón de Valentyna dio un vuelco, sintiendo que se avecinaban grandes, muy grandes cambios. La mujer ya había visto mucho en su vida.

Sergiy Vasylovych, como jefe, la tenía muy satisfecha: era un empresario reservado, seguro de sí mismo y, además, un hombre atractivo. Aunque, claro, un mujeriego incurable.

Y ella había trabajado con muchos jefes distintos, de todo tipo. Había visto cosas que no se pueden ni contar. Pero Valentyna sabía guardar silencio, por eso la valoraban tanto y siempre recibía excelentes recomendaciones.

Sergio Lozar la había atraído de su anterior trabajo. ¿Por qué? Porque su antiguo jefe la elogió una vez en una reunión de empresarios. Y el jefe actual siempre quería tener lo mejor. Así que la consiguió: una secretaria ideal.

Valentyna Petrivna tenía una alta opinión de sí misma, era una mujer digna y valoraba su trabajo. Sabía que era una excelente profesional. Y también tenía un olfato increíble para detectar cambios. ¡Eso era esencial en su trabajo! Por eso, al ver a su jefe con la niña, comprendió que se avecinaban grandes transformaciones — tanto en la oficina como en la vida personal del jefe.

Y ya hacía tiempo que pensaba que su jefe debía casarse, cambiar un poco, dejar de ser tan seco y volverse más humano y agradable al trato. Eso era lo que realmente le faltaba en su carácter.

Pero, desde luego, no veía a Ángela, esa coqueta, como su esposa. ¡No! La esposa de su jefe debía amarlo y comprenderlo. Solo así sería feliz. Y él también debía amarla. Porque así es la única forma de tener una vida feliz.




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