Dieciséis años sin Jhon

IV

He intentado no pensar en nada, pero la verdad se me ha hecho imposible, hablé mucho con mis hijos y me enteré de cosas que ni me imaginaba, James tiene novia hace 3 meses y Katy dejó las malas amistades que había hecho meses atrás. Han demostrado ser buenas personas después de todo, les dije que mandaran solicitudes a Universidades de Estados Unidos, pues he decidido que no puedo quitarle el estudio a mis hijos, ni mucho menos puedo vivir con miedo toda mi vida. 
Con Luke hemos tenido ya tres citas, ¿se imaginan? Es un tipo maravilloso, hasta a mis hijos les cae bien. Pero yo aún extraño a Jhon, no puedo olvidarlo, no puedo resignarme y admitir que nos dejó hace dieciséis años y no volverá. No puedo aceptarlo porque aún lo amo, y seguramente dirán ¿Cómo puedes amar a alguien que está muerto? Pues no lo sé, pero no puedo rendirme, a pesar que yo escuché ese disparo, me abstengo a pensar que Jhon esté muerto.

Volviendo al hoy, dejé a mis hijos en casa porque tengo cosas que decirles y preguntas que me perdí de hacer por estar trabajando.

-Bien, chicos vamos a conversar y ustedes me van a contar todo- dije sentandome en la mesa.
-¿Qué quieres que te contemos?- preguntó James.
-Lo que quieran- respondí. 
-Bien, pues Mackenzie es genial, de verdad es asombrosa- habló mi hijo con un brillo en sus ojos- Vamos en serio, ¿saben? Y queremos estudiar juntos, intentaré entrar a la Universidad de Chicago. 
-Eso es muy bueno, James, suerte con Mackenzie- dije yo.
-Yo, quiero ir a la NYU, y si no logro entrar Chicago es mi segunda opción- dijo Katy.
-¿Algo más que quieran decir?
-Yo...-comenzó a tartamudear Katy- extraño a papá, se que no lo recuerdo pero lo necesito. 
-Katy, esta bien hacerlo, yo aún no logro olvidarlo. Hay algo que no les he contado- sonreí. 
-Mamá por favor, basta de sorpresas- dijo James.
-No bromees Austin, y Sophia estoy muy orgullosa de ti- dije y me miraron raro- Esos son sus verdaderos nombres, Austin y Sophia Johnson. 
-¿Cómo que verdaderos nombres?- dijo Katy. 
-Cuando llegamos aquí tuvimos que usar identidades falsas, para que los mafiosos esos no nos encontraran, entonces Dante el mejor amigo de su padre, me dió nuevos nombres y apellidos para todos. Mi nombre real es Taylor Johnson, el tuyo -dije señalando a James- es Austin, y el tuyo -miré a Katy- Sophia. 
-Nuestra vida es un cliché- finalizó Katy. 
–Eso ya lo se, cariño. Nuestra historia es digna de una película de Hollywood. 
–En ocasiones, creo que tal vez esa historia de papa era solo una farsa televisiva y que hay camaras por todas partes, algo asi como la película "El show de Truman"– dijo James. 
–Oye, mamá. Quiero que me sigan llamando Katy, es el nombre con el que crecí y con el cual me identifico. 
–Pienso lo mismo–dijo James. 
–Asi será, entonces. Oigan, diganme, ¿qué quieren estudiar el próximo año? 
–Yo planeo estudiar un doctorado en fisica nuclear–respondió Katy. 
–Pues, aún no lo decido del todo, pero me gustaría estudiar algo relacionado con arquitectura o diseño. 
–Oh, niños, eso es genial. Estoy tan orgullosa de ustedes. Realmente no puedo creer que hayan crecido tan rápido, parece que fue ayer que los estaba pariendo. 
–¡Mamá! No digas esas cosas–dijo James riendo.

Finalmente pasamos toda la tarde riendo y contandonos historias.

Jamas me había sentido tan feliz como hoy.

 



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En el texto hay: viaje, argentina, accion

Editado: 24.07.2019

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