Difícil de admitir

8."Novia de mentira"

—Bien, creo que aquí es —Le menciono, al momento de estacionar el auto frente a lo que creo que es su edificio.

Era bastante alto y llamativo, diría yo. Miré un par de autos y todo irradian lujo, muy diferente al mío. Era viejito, supongo que es de la época de los 90's, pero me llevaba a todos lados y eso era lo importante. No le tomaba mucha importancia cuando andaba por el centro de la cuidad, pero estar en estos alrededores, lo humillaban por completo. Estoy tan desconectada de este mundo lleno de lujos que no creía de su existencia.

—¿Qué? —Me pregunta, pillándome descolocada.

—Yo, nada —Respondo sin entender y luego agrego—. Será mejor irme, se está siendo muy tarde.

—Sí, aunque necesito tu ayuda de nuevo —Otra vez aclara su garganta, incomodo—. Quiero que mañana me recojas para llevarme a mi despacho.

—Okay, jefe —Digo queriendo reír ahí mismo. Nada con él funciona, ni siquiera las formalidades—. Juro que mi primer día de trabajo, será buscarte un chófer porque me robas tiempo para hacer cosas que puedo hacer en mi casa.

—Pero, ¿por qué te culpas? Si estás conmigo y mi compañía es la más grata que existe —Comenta con orgullo.

Sonrió falsamente y me niego a darle la razón. El hombre tiene un ego muy alto.

—Sí, es un acontecimiento que amo deleitar —Digo con ironía—. Te veo mañana.

—Sí, será un suplicio para ti —Se acercó hasta mí, sonriendo. Mi espacio personal estaba siendo invadido por su cara de porcelana, ¿qué pretendía? Desentendida me alejé para tener distancia entre ambos—. ¿Y mi beso?

—¿Qué dices? Los únicos besos que daré, serán para él —Articulé molesta, aunque debo admitir que eso solo me descolocó.

En ese momento hubo un gran silencio que me distraje en todo lo que estaba haciendo. Primero su expresión cambio de una serena a una totalmente seria como si estuviera con otra persona. Pero después de segundos, suspiró y sonrió.

—No será por mucho tiempo —Me reí a carcajada—. No hablo en broma.

—Yo tampoco —Hago un gesto para que abandone mi auto—. Ya, mejor vete

Lo odio, en menos de dos días ya me saca los monos a freír. Gracias a él, me encuentro en un torbellino de cosas en la cabeza.

—Adiós —Me responde, saliendo de mi auto.

Cerró la puerta y caminó hacia el edificio hasta desaparecer. «No puedes» me dije a mi misma y arranqué a mi departamento. Llegué a casa encontrando un profundo silencio en casa. En completa soledad me senté en el sofá y recordé el largo tiempo en que no me encontraba sola.

***

Primer día de trabajo me arreglé de una manera estupenda. Con ese hombre todo era diferente. No era una simple persona a la que me dirigía, sino una empresa en particular. Al igual que mi cabello, lo dejé suelto en ondas. Coloqué un poco de delineador en mis ojos y luego me tomé el tiempo de escoger una falda tubo junto con una hermosa blusa para combinar. Desde luego preferiría andar con esos cómodos trajes que mi abuela me heredó, pero con este tipo quien sabe. Jamás he trabajado con él y no quiero causar una mala impresión en una nueva área de trabajo. Ya no estaba trabajando con un modelo, sino con un empresario que tenía más empleados a su disposición.

Luego de tomar desayuno, recogí mis llaves y me despedí de la casa. Al salir en el auto había un tráfico enorme como todas las mañanas. Di marcha hacia todo ese lado sur, en donde barrios completos tenían áreas verdes y era libre de esmog. Hasta hace unas semanas todo era tan rutinario, pero mi vida dio un vuelvo tan drástico e indispensable.

Al detenerme frente a su nuevo departamento, tuve que mentalizarme en que todo saldrá bien. Solo serán tres serenos meses. Aunque me desconcierta recordar esos dos miserables días junto a él. Han sido tan disparate que van como un zigzag, de arriba hacia abajo, pero más abajo. Nerviosa quizás, mi mirada se fijó en las puertas principales y de pronto apareció vestido formalmente con un traje azul oscuro. Parecía como esos modelos de pasarela, sobre todo su estilo al caminar por el pasillo. Notó mi auto y caminó hasta mí, fijándose en mi mirada sobre la suya. Eran tan penetrante que la mantenía intacta. Me colocó los nervios a mil que me era indispensable fijar la vista en algo. La bajé y mis CD's captaron mi atención. Había tanta música excelente, pero el CD que más embelesó mis ojos fue el de Bon Jovi. Lo amaba con todo mi ser. Al rato, escuché la puerta abrirse mientras colocaba a Always en la radio.

—Buenos días, Alison —Me saluda al tiempo en que se sienta en el copiloto—. Vi que me mirabas.

—Buen día señor Jaiden y ni en sus sueños más salvajes—Le digo con discrepancia y manteniendo una postura amigable.

Me estoy rebajando a mí misma. Como me odiaré por no hablarle mal al egocéntrico.

—¿Por qué ese formalismo? —Me preguntó sorprendido.

—Porque desde ahora en adelante no eres un engreído que conocí en un aeropuerto, sino mi jefe —Le digo resignada.

—Pero yo no quiero estas formalidades contigo, Alison. Solo quiero a la chica que conocí en el aeropuerto —Negué sonriendo.

—Desearía dirigirle la palabra así, pero no puedo. Principios —Le confieso y ambos nos colocamos a reír a carcajadas—. Es broma, ¿Te la creíste?

—Claro que no —Frunce el entrecejo, sin parar de reír—. Me gustas mucho más de esta manera.

—Créeme que a mí también —Le digo sonrojada y carraspeo al darme cuenta de aquello—. Primer día de trabajo, eso significa que tendrás que presentarte a todo un personal.

—Pan comido —Dice orgulloso.

—Si estuviera en tu lugar, créeme que estuviera muerta del miedo.

—Es sencillo, solo tienes que pensar que nadie es más poderoso que tú.

—Buen consejo —Digo con sarcasmo y agrego—. Si me hubieras dicho eso, siendo mi secretario de seguro me daría un tiro en el mismo lugar. Yo pensaría todo lo contrario, diría que destruí todo el imperio que construyó mi hermano con solo un discurso, ¿cómo le harías a eso?



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 28.10.2021

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