Difícil de admitir

17. "Mañana y cuentos"

Desperté con la almohada sobrepuesta en mi cara, aunque no importó porque había dormido como una diosa. Aunque, de pronto esto comienza a desaparecer ¡Auch! Un dolor latente galopea mi cabeza. Aventé a un lado la almohada y llevé una mano a mi frente, duele como los mil demonios.

—¡Eso dolió! —Alguien protestó.

Temerosa giré mi cabeza con lentitud hacia al lado derecho. Junté mis parpados con fuerza por un momento y al abrirlos ellos se encontraron con los suyos.

—¡Ah! —Grité desesperada logrando que todo mi cuerpo se hiciera hacía atrás hasta caerse de la cama. Me levanté adolorida de las nalgas y el muy maldito se estaba riendo—. ¡No es gracioso! Me puedes explicar, ¡¿por qué mierda estoy en una cama acompañada de ti?!

—Buenos días para ti también, hermosa —Achiné mis ojos mientras de mis oídos salió humo—. Es grata mi compañía, ¿no crees?

—No es para nada es gracioso. ¡¿Jaiden?! —Gruñí al tirarle un almohadazo y la cabeza comenzó a martillearme—. ¿P-por qué me duele la cabeza? ¿Y por qué no recuerdo nada?

Me senté en el suelo tratando de recordar algo, pero fue en vano. Absolutamente nada llegaba a mi mente, desde aquel momento con el barman no llegaba nada. Un momento, si...

—Ese hijo de... Le pedí agua y me dio alcohol —Bufé irritada y me crucé de brazos furiosa. Jaiden se asomó por la cama viéndome con una sonrisa socarrona—. ¿Y tú que tanto me miras?

—Veo que no tienes un buen ánimo por las mañanas —Chasqueó la lengua mientras negaba lentamente—. Sin embargo, ¿te he dicho lo hermosa que eres cuando te levantas?

Le devolví una mirada asesina y le aventé otro cojín que él evadió.

—¡Agh! ¡Eres un bobo! —Repliqué con molestia, sin importar que mi humor estuviera de perros.

Traté de ser ruda, pero todo es mentira. Ver esa hermosa sonrisa y su cabello alborotado al caer por su frente, se esfumaba todo.

—Entonces somos tú y yo la pareja de bobos —Confesó con simpleza. Yo para disimular mis nervios, giré mis ojos, indiferente—. Te ves realmente sexy con esa camiseta y esos pantalones.

—¿Que? —Pregunté incrédula para luego bajar mi vista. Maldita sea—. Te suplico que me cuentes que paso ayer.

—¿Quieres la versión larga o la corta? —Pregunta, gozando de la situación.

Me quedé pensativa por algunos minutos.

—¿La primera tiene cosas, no lo sé... vergonzosas que yo no quiero enterarme para no seguir humillándome? —Asintió e hice una mueca en cuestión de segundos—. Entonces la segunda.

—Bien, aunque la segunda es igual que la primera así que... —Se encogió de hombros.

Giré los ojos cansada, tenía que pasar la humillación de una u otra forma.

—¡Solo dilo! Eso sí —Levanté mi dedo en una advertencia—. No me mires cuando lo digas, te lo ruego.

Suspirando se giró para prestar su atención al techo.

—Mejor ponte cómoda para lo que te diré, porque es una historia bien larga —Trataba de calmarme lo que no funcionaría, pero lo intenté. Suspiré acostándome sobre la alfombra—. ¿Lista?

—Creo que nunca lo estaré —Murmuré tristemente.

—Bueno. La primera vez que te vi, yo estaba con una chica —Bufé con rabia. Cuando no, si las chicas y Jaiden combinaban a la perfección—. Aclaro que es mi prima. Ella estaba tan orgullosa de mí, por tenerte a mi lado y por superar a la otra chica. En fin, crucé una mirada tuya furiosa y de repente te marchaste. Fui en busca de ti preocupado, pero al encontrarte me llevé una grata sorpresa de que estaba bebida. Discutimos y por alguna razón estúpida saliste corriendo de mí.

—Creo que ya estoy avergonzada —Confieso con las manos tapando mi semblante.

—Espera, viene lo mejor —Soltó una carcajada—. Llegué detrás de ti e hiciste unas cosas estúpidas que no recuerdo bien y luego te dormiste en mis brazos. Por la parte de atrás del club te llevé en brazo y me encontré a la persona menos indicada, era mi ex novia quien nos tiró un vaso grande de cerveza. Ambos quedamos empapados, pero por suerte mi auto estaba cerca y te traje a mi departamento.

—Espera un momento, ¿Y Victoria? —Pregunté preocupada.

—No te vi con ella —Suspiró pasando una mano por sus cabellos—. Ahora, déjame seguir con la historia. Las preguntas para después.

—Okay, no es para tanto —Rendida subí mis brazos.

—Al llegar obviamente no te iba dejar que dormideras toda mojada y apestosa a alcohol, así que te saqué el vestido dejándote solo en ropa interior. Busqué entre mis cosas un pijama, te lo coloqué y te saqué el maquillaje. Déjame decirte que sin él te ves preciosa de cara y tu cuerpo, preciosa —Comenzó a silbar, ocasionando vergüenza de parte mía.

—Por favor, no me humilles más —Sentí mis mejillas arder.

—¿Sabes? Lo más que me gustó de esa noche fue que te colocaste celosa, sabiendo de mis sentimientos por ti y que dijeras que la única razón de tu ida a la fiesta fue para impresionarme. Déjame decirte que... —Se movió de la cama para dirigir su vista a mis ojos y ambos se entrelazaron en el aire—. Desde aquella situación en el aeropuerto, me quedé impresionado contigo, belleza.

Adiós dignidad. Me quedé con la boca entreabierta escuchando cada una de las palabras que emitían sus labios. Yo también recordaba aquella situación absurda que ambos tuvimos, recuerdo lo divertido que fue, él con su arrogancia y yo, la chica que nadie se pasaría de listo solo por tener un nivel superior. Claramente a ninguno nos sirvió la enemistad y es muy difícil de creer para lo demás que nosotros somos unos simples amigos.

—B-bueno tu ex novia me parecía simpática —Confesé lo primero que llegó a mi cabeza.

«Genial, eso es lo mejor que se te pudo venir a la cabeza» Digo entre mí.

—¿Como la conoces? —Peguntó curioso.

—¡Eh! Yo la encontré en el ascensor, claramente sin saber que era algo tuyo.

Me levanté del suelo y olí la sudadera que Jaiden me proporcionó. Apestaba profundamente alcohol. Hice una mueca, esto sí que era asqueroso.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 28.10.2021

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