Difícil de admitir

47. "Miradas de ensueño"

Desde que Ethan comenzó a revelar todas mis verdades, un nudo en la garganta azotó mi día. Mi mente se tambaleó por primera vez y caí en la nada. La muralla de protección que creí construir con acero, fue destruida con simples palabras. Dolía, me ardía el corazón de como todo sucedió. Confíe en un chico que me destruyó, hasta se hizo pasar por un ladrón solo para dejarme sin recuerdos. Mis recuerdos más importantes de mi vida fueron quebrantados y temo que no vuelvan a mí. Me sumí no solo en la tristeza, sino de rabia e impotencia de que ese huracán no estuviera donde mis miedos lo puedan ver.

—¡Ethan! —Grité desconcertada y mis ojos chispearon—. ¿Por qué me ocultaste todo esto?

Junté mi mirada decepcionada con la suya.

—Perdóname, solo quise protegerte. Perderte, no me lo perdonaría —Su garganta tragó en seco y un leve toque de sus manos me hizo bajar la vista—. Tenerte en mis brazos y verte cerrar los ojos fue una maldita tortura.

Sollocé en silencio, no logré contenerme.

—Tengo miedo de que pueda hacer algo —Confesé y él beso mis lágrimas en cada mejilla—. Llévame a casa.

Mi voz casi perceptible, gritaba con una coraza por dentro. El miedo estaba ahogándome en todo su esplendor. Verlo en cada pasillo al despertar, me llenó de un sentimiento agrio y de incertidumbre.

—Te protegeré, manzanita.

Me arropó en sus brazos.

—Quiero ir a casa, ahora.

—Nos iremos. Recogeré todas tus cosas y volveremos —Tomé un poco de distancia y nuestra mirada nunca dejó de ser tan maravillosa. Incluso en los peores momentos, logré encontrar la paz en sus ojos—. No tardo, espérame acá.

—No demores, ¿sí? —Susurré antes de abrazarlo con miedo de que esto terminé de la peor forma.

—Ahora regreso —Afirmó.

Y él desapareció por la habitación. Pequeños ruidos después comenzaron a escucharse y eso atormentó hasta lo más mínimo de mi vida. Los recuerdos me embargaron, todos ellos centrados en las noches de desvelo. En ese entonces comprendí a simple miradas que esas simples pesadillas, no eran más que verdaderos recuerdos en un dolor en el pecho. Mi subconsciente muchas veces suplicó a gritos que la verdad de mi golpe jamás la supiera. Sin embargo, esos malditos instintos una vez más me jugaron una mala pasada.

La puerta se abrió e instintivamente mi pecho comenzó a desbocarse. Subí la mirada aterrada y como signo de protección, me reguardé en el acojo de mis brazos. Victoria al verme de esa manera, sus ojos no hicieron más que chispear de la angustia.

—Lo siento —Admitió y sus ojos lagrimearon—. Estoy muy enojada con Adam y verte así hace que me sienta aún más mal. Si hay algo que...

—No es tu culpa.

Ambas nos miramos y ella se sentó a mi lado. Entre ambas se forjó ese hermoso lazo que siempre se genera. Mis miedos y el tiempo se diluyen cuando ella me acompaña. Ha visto mis lágrimas y no tiene miedo a hacerlas desaparecer, me levanta de una manera impresionante.

—Me voy, Vic —Confesé después de que todo esto se calmó un poco.

—Lo sé y me duele admitirlo. No quiero que te vayas.

—Pronto tendrás una familia y yo también quiero formar la mía.

Pasó una de sus mangas por su mejilla y en ella se formó una leve sonrisa.

—Jamás pensé que despertaras amando a Ethan. Tenía miedo de que despertaras sin quererlo.

—Creo que fue a primera vista —Sonreí sin tapujos—. Lo amo de verdad. Él es un hombre maravilloso.

—Verte así, tan fuerte a pesar de todo lo vivido, me llena de orgullo. Mereces vivir una vida en su plenitud y sé que yo no puedo dártela —Asentí y ella lo comprendió—. Solo te dejo ir si me prometes que vas visitarme siempre.

—Ninguna promesa tuya y mía ha sido rota.

—Touché —Ambas reímos levemente.

Una hora más tarde el regreso a nuestro departamento no fue lo más placentero. Aparte de que el auto iba repleto de cajas, en todo el trayecto Ethan no me dirigió la palabra. No era para ninguno nuestro mejor día. Me sentía angustiada, aunque sea por una simple estúpida razón. No paraba de ver hacía atrás por si algo nos seguía. Claramente la paranoia me consumía.

Trate de desviar mi atención, pero la captó. Su manera de conducir tan rígida, la forma en la que sus nudillos se tornaban blancos por la fuerza que ejercía, no logré comprenderlo. Su mandíbula estaba tensa, la "V" entre ambas cejas daban a entender que el enojo lo poseía. No era la única a la que esta situación le afectaba. Recordar el momento en que vi a Ethan golpear a ese hombre, fue desastroso. Noté en sus ojos rabia, impotencia consumidas entre sí.

Llegamos al estacionamiento, debajo del edificio y él aparcó el auto en pleno silencio. La radio cesó y salimos del auto rápidamente. Sacó las cajas y desde entonces seguí sus pasos detrás, como si lo hubiera perdido.

Entramos a nuestra casa y mientras yo dejaba mis llaves arriba de la mesa, lo vi desaparecerse por el pasillo, directo a nuestra habitación. Arrugué un poco mis cejas y me senté en la silla, totalmente desbocada.

El tiempo transcurrió tal cual, como la noche, como si viviéramos en mundos diferentes, ignorándonos cruelmente. Solo esa pequeña gota de amor, abrazándonos como todas las noches apaciguó un poco lo mal que me sentí sin su compañía. Por poco el miedo me abandona cuando estoy resguardada en ellos.

Por la mañana dejé de sentir su calidez y solo recuerdo un dulce beso en mis labios antes de irse. Me senté sobre la cama y recordé como acabaron las cosas ayer. Suspiré nuevamente. Puede que el miedo sigua ahí, pero no quiero su lejanía. Apoyé amabas manos sobre el costado de nuestra cama y mis pensamientos cayeron en el suelo. Quise escuchar solo voz, diciendo todo seguirá igual. Lastimosamente, aquello no funcionaba como creí.

***

Por la tarde mientras comía helado, alcé mis ojos y las cajas empacadas me llenaron de curiosidad. Las cogí ansiosa y al abrirla encontré un montón de recuerdos. Mordí mi labio al ver pequeñas notas de amor de Ethan. Como si aquella antigua tradición recobrara vida después de tanto tiempo. Una sonrisa se dibujó sobre mis labios. Por mucho que las cosas ahora no funcionaran, existía ese amor inquebrantable.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 28.10.2021

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