Difícil de admitir

49. "Oscuro presagio"

—Cariño, ocurrió algo con tu pastel y bueno... —su voz poco a poco terminó cayendo—. ¿Alison, que ocurrió aquí?

—Y-yo... —Intenté hablar, pero me fue un vano.

Mis ojos chispearon al ver como Ethan observaba incrédulo todo el desastre provocado.

—¿Ali, dime? —Mi vista bajó y fue entonces cuando se dio cuenta de todo. El miedo me hizo retroceder con fuerzas—. Déjame ver que lo que está sucediendo, linda.

—N-no... —Susurré entre sollozos.

—Vamos Alison, puedo ayudarte —Imploró mientras avanzaba—. Cielo, deja ver.

Seguí oponiéndome, pero Ethan avanzó de tal manera que logró arrebatarme el teléfono de la mano. Rompí en llantos mientras él con uno de sus brazos trató de contenerme.

—Me está amenazando con hacerle algo a mi familia.

Me alejé de Ethan, quien comenzó a leer el mensaje. Su quijada de pronto comenzó a tensarse, la furia una vez más lo poseía.

—Tenemos que ir a denunciarlo con la policía —Ordenó enojado y yo asustadiza comencé a negar.

—¡No! ¡Estás loco! Le hará algo a mi familia, a ti Ethan ¡No me lo perdonaría en la vida! –Declaré atemorizada.

Por primera vez veía mi mundo hundirse por completo.

—¿Por qué no lo entiendes, cielo? Este tipo solo quiere asustarte.

Tomé mi rostro con ambas manos, temblando como una pequeña. No sé qué ocurría conmigo. Ya no era de un acero inquebrantable, no después de mi accidente y de cómo todo ocurrió.

—¡¿Y si no es así?! —Grité asustada.

—No lo será porque yo estaré a tu lado, queriendo no irme nunca. No dejaré que te toquen —Se acercó a mí y tomo mi cara con sus manos, sin perderme de vista—. Ese imbécil quiere verte así. Abre los ojos, Ali. Si te hubiera hecho algo, lo hubiera hecho hace mucho tiempo. Todo estará bien, confía en mí —Tomó un poco de aire—. Acaso te he decepcionado alguna vez, ¿dime?

—Nunca —Murmuré firme.

—Entonces, cariño. No tienes que temer, iremos a la comisaria y lo denunciaremos —Asentí mientras recibía un beso de su parte, transmitiéndome serenidad—. Vamos, no quiero verte afligida. Tus padres nos esperan.

Mis manos sudaron como nunca. Mi respiración era como un volcán a punto emerger. Mis sentidos estaban en alerta ante cualquier cosa. Es un cambio repentino de cosas que me hace perder los estribos. El miedo está matándome con lo paralizada que me encuentro. Ethan cogió los abrigos del colgador y extendió su mano. Temblorosa me acerqué y lo cogí apenas vi sus ojos.

—No perdamos el tiempo, manzanita —Formé una leve sonrisa y él me atrajo a su cuerpo. Sentí la comisura de sus labios en mi cabello y me tranquilizó un poco—. Le mostraremos este mensaje a la policía en caso de que lo necesiten

Salimos del departamento y cuando estuvimos afuera, una sensación austera me recorrió la columna vertebral, ¿Cómo era posible que salir me provocara tanto pavor? Fijé la vista en Ethan y él cerraba la puerta. Volvió a mí con su sonrisa encantadora, tomó de mi mano y juntos bajamos el ascensor hasta los estacionamientos.

—Tranquila, todo saldrá bien.

—Sí, lo sé —Me aferré a su agarre como protección.

Las puertas del ascensor no tardaron en abrirse frente al estacionamiento. El auto de nosotros se encontraba a unos cuantos metros. Ethan desactivó la alarma, haciendo que el seguro del auto se fuera. Subimos al auto y yo con miedo giré hacia atrás para ver si todo estaba en orden, pero no era así. Mis ojos cayeron de lleno en el pastel.

—¡Mi pastel está hecho trizas! —Chillé incrédula.

Es todo un desastre repleto de crema de chocolate y papel transparente.

—Tuve un pequeño accidente —Declaró él.

Achiné los ojos y miré a Ethan, quien pasó una mano por detrás de su cabeza claramente incómodo.

—De todos modos, no puedo ir a ver a mamá después de esto —Confesé atemorizada.

—¿Por el pastel? —Negué al instante.

Tanto desearía que solo fuera el pastel.

—No es por esto, Ethan —Hice una mueca con mis labios—. Ese hombre.

—No tienes que seguir pensado en eso, Ali. No quiero que tu vida vuelva a ser deprimente. Te he visto estar así y no quiero volver a verlo —Ethan me regañó y encendió el auto.

Mi estado de ánimo no solo me afecta a mí, sino también a mi novio. Él me comprende como nunca. Si él cae, yo también lo hago.

—Tienes razón —Saqué un largo suspiro. Ocupar mi cabeza en otro lado, es dejar que las tormentosas memorias se olvidaran—. Desde ahora en adelante me concentraré en la boda.

Ethan se estacionó en la comisaría más cercana. Decidimos denunciar el caso y al instante nos llevaron con un oficial. Tomó nuestros datos e hicimos la denuncia correspondiente.

—Este hombre, Jaiden Walton ¿qué tipo de cosas ha hecho anteriormente que ponga en riesgo su integridad? —El oficial me miró fijamente en busca de alguna respuesta.

Necesita información a la cual yo no accedía.

—Bueno, yo no...

—Oficial, mi prometida tuvo un golpe en la cabeza. Lo que la hizo estar en coma cinco eternos días, ahora no recuerda nada sobre ese hombre —El oficial dirigió la mirada a Ethan—. Pero anteriormente hicimos una denuncia contra él porque se quiso propasar con ella antes de recibir el golpe en la cabeza... Hemos esperado por mucho una respuesta sobre esa denuncia, pero no ha pasado nada.

Ethan mantenía tanta información de mí, incluso más que mi memoria. El oficial comenzó a teclear en la computadora en busca de información con nuestros datos.

—La denuncia fue revocada por el juez, por falta de evidencia —El oficial confesó de golpe.

—¡¿Que?! —Ethan alzó la voz levantándose del asiento, dejándonos a todos atónitos—. ¡¿Cómo es posible?! ¡¿Mi prometida casi muere por su culpa?!

—Ethan, cálmate —Susurré a su lado.

Agarré su brazo para tranquilizarlo, sus manos ya estaban en forma de puño. Poco a poco comenzó a controlar sus impulsos y a perder su fuerza. Suspiré aliviada cuando por fin se sentó de vuelta en la silla.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 28.10.2021

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